El espejo del tiempo
José Antonio Sanduvete [colaborador]
El espejo del tiempo muestra las cosas como han sido, o como serán. El espejo del tiempo es caprichoso. Ahora te muestra el futuro; ahora, el pasado; y ni uno ni otro puede cambiarse, porque no puede cambiarse lo que no existe. Si miras en el espejo del tiempo todo se relativiza, pues dejan de existir el antes y el despuĂ©s, el aquĂ y el allĂ, incluso dejan de existir el yo, el tĂş y el Ă©l. Si miras en el espejo del tiempo te sientes como el espectador de una pelĂcula, completamente ajeno a ella y ni siquiera participante en un papel secundario.
Aquello que ves en el espejo no eres tú, porque tú solo eres tú en el aquà y en el ahora, ya que no eres el que fuiste, y tampoco eres el que tal vez seas. Y el resto del mundo... desde luego, tampoco eres el resto del mundo... no eres más que un observador privilegiado de la vorágine de la vida.
Para interactuar con el tiempo no vale con vivir sujeto a su continuo devenir; tampoco observarlo a través del espejo; hay que dominarlo. Dicen que el tipo que inventó la máquina del tiempo se embarcó en ella y desapareció. Lógico. Nadie inventa una máquina del tiempo si no es para viajar en ella. Y para desaparecer.
El espejo del tiempo muestra las cosas como han sido, o como serán. El espejo del tiempo es caprichoso. Ahora te muestra el futuro; ahora, el pasado; y ni uno ni otro puede cambiarse, porque no puede cambiarse lo que no existe. Si miras en el espejo del tiempo todo se relativiza, pues dejan de existir el antes y el despuĂ©s, el aquĂ y el allĂ, incluso dejan de existir el yo, el tĂş y el Ă©l. Si miras en el espejo del tiempo te sientes como el espectador de una pelĂcula, completamente ajeno a ella y ni siquiera participante en un papel secundario.
Aquello que ves en el espejo no eres tú, porque tú solo eres tú en el aquà y en el ahora, ya que no eres el que fuiste, y tampoco eres el que tal vez seas. Y el resto del mundo... desde luego, tampoco eres el resto del mundo... no eres más que un observador privilegiado de la vorágine de la vida.
Para interactuar con el tiempo no vale con vivir sujeto a su continuo devenir; tampoco observarlo a través del espejo; hay que dominarlo. Dicen que el tipo que inventó la máquina del tiempo se embarcó en ella y desapareció. Lógico. Nadie inventa una máquina del tiempo si no es para viajar en ella. Y para desaparecer.
Pon tu comentario