EDITORIAL-Agosto 2011

La alargada sombra de Román y sus “generosas” herencias

Hace mes y medio que este Ayuntamiento ya no está gobernado por José María Román, pero su sombra, cada día que pasa, es más alargada. El nuevo equipo de gobierno que lidera Ernesto Marín se encontró nada más aterrizar en el Consistorio con la anulación definitiva del PGOU, el documento más importante de una ciudad y que el PSOE no ha sabido realizar aunque haya estado quince años elaborándolo. Tres veces lo declaró ilegal el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía y el PSOE continuó, erre que erre, adelante sin resolver lo que incumplía. Finalmente, el Tribunal Supremo le dio la puntilla definitiva.


Menos mal que había un resquicio legal para no retroceder 24 años, porque sino ahora estaríamos en la más absoluta de las ruinas, porque una ciudad que no puede desarrollarse urbanísticamente, dentro de la legalidad, es donde acaba. Los desmanes socialistas nos saldrán muy caros y no sabemos cuándo podremos asomar la cabeza de nuevo y ser la ciudad que un día, no muy lejano, fue.

Pero las herencias que nos ha dejado Román no terminan aquí. El nuevo equipo de gobierno ha encontrado numerosas irregularidades en la tramitación del PLES. Por eso nunca quiso el ex-alcalde entregar la documentación que el PP le solicitó sobre este asunto. Lo grave es que Román conocía estas irregularidades porque los técnicos municipales así se lo notificaron en dos informes, uno en enero de este año y el otro en abril, un mes antes de las elecciones.

Más de cien personas han sido contratadas de forma anómala, sin los informes de Servicios Sociales, pero esto para el PSOE son “desajustes administrativos”. En vez de haber investigado esas irregularidades para acabar con ellas, se inhibió y metió en su lista electoral a una de las personas responsables de la empresa que, parece ser, ha cometido este centenar de irregularidades.

Izquierda Unida ya ha pedido esos documentos para analizarlos y si fuera como parece ser que es, exigiría responsabilidades y una comisión de investigación. A ver si es verdad y sirve para algo.

Otras herencias son los numerosos incumplimientos cometidos. Seguimos sin estación de autobuses, presa contravenidas, polígono de Miralrío, miles de viviendas públicas, Ronda Oeste ni tranvía. Este último ha sido la comidilla el mes pasado por el simulacro realizado durante tres días por parte del equipo de gobierno.

Antes de llevarse a cabo los socialistas hablaban del caos que produciría inútilmente, pero viendo que no fue tanto como se pensaba, se le subió la autoestima y hasta han pedido la comparecencia del concejal de Tráfico para que dé cuenta de todo, gasto incluido.

AYUNTAMIENTO A LA DERIVA “GRACIAS” A ROMÁN

No ha pedido Román una comparecencia suya para hablar del PLES o del fallo del PGOU, pero sí para esta cuestión. Los simulacros son sólo eso, simulacros, todo está previsto y lo normal es que todo salga bien, incluido algo como esto. De todos modos, esa prueba se debería haber hecho en una fecha normal, pero en verano o en invierno, el tranvía no debería pasar por el centro, sería la ruina de muchos comercios y no serviría de mucho.

Ya hemos dicho en otras ocasiones que este medio de transporte no es necesario. Queda muy bonito, hasta romántico si se quiere, pero Chiclana no necesita que el tranvía cercene la ciudad más de lo que ya lo está. Otro recorrido y con visión de futuro podría servir, pero la chapuza de meterlo por Solano y “El Pájaro”, no. En Pelagatos terminaría su función, mientras que en otra parte, como lo propuesto por el PP o la “Plataforma Contra el Trazado”, podría ampliarse a la playa y localidades cercanas.

De todas formas, lo mejor de esta historia tranviaria es que la Junta de Andalucía, que es la que lo impone a la fuerza, no tiene dinero para terminarlo y en San Fernando está paralizado por la ley. Por tanto, no es probable que se hagan esas obras que tanto temen los comerciantes cercanos al trazado. Y si sigue gobernando el PP, aquí y en la Junta, menos probabilidades habrá de que se cometa este desaguisado.

Otra herencia que nos ha dejado el “gran gestor socialista” es una deuda de 156 millones de euros que, como es lógico, niegan que exista, cuando hay una auditoría realizada por los técnicos municipales que así lo certifica. Pero a Román le da todo igual. Ha dejado deudas con todo el mundo, a los proveedores hace más de un año que no les paga, incluido empresas que prestan servicios al Ayuntamiento como la de las basuras o museos, que ahora tendrá que pagar Marín.

Dijo que daría una tregua de cien días al nuevo gobierno y desde el día siguiente de tomar posesión no ha dejado de hostigarlo, la mayoría de las veces con tonterías y mentiras, impropias de quien ha regido esta ciudad durante siete años y treinta su partido, que nos ha sumido en una ruina.