Generación perdida, “Generación X”

Vicente Marrufo Fernán

Es curioso, a la vez que apasionante, ver cómo las masas están alzando la voz contra el sistema, masas que los representantes políticos denominan, en un alarde de miedo y sensación de pérdida de poder, como “jóvenes violentos antisistema, o generación perdida”. Pues bien, analicemos dicha generación, conocida por todos, discreta en sociedad y desapercibida para muchos.


“El Cuento de la Generación Perdida o Generación X”

Existe una Generación X (denominada Generación Perdida). Todos sabemos quiénes son. Se ha hablado mucho de ellos, sobre todo en los últimos años, justo antes de la crisis ya eran noticia, los medios de comunicación les llamaban JASP (Jóvenes Aunque Sobradamente Preparados) o Generación X. Jóvenes (ahora ya no tanto) universitarios o especializados, con Masters, cursos de Posgrado, multidisciplinares, proactivos y capaces de actuar de manera tan dispar como ir de botellón, estudiar un curso de experto, apuntarse a multitud de fiestas o leer a Platón.

NACER

En plena Transición, mientras se llevaba a cabo el proceso por el que España dejaba atrás un régimen dictatorial para pasar a un estado social democrático de derecho, se estaba gestando en el vientre de muchas madres una nueva generación. Hijos frutos del amor, de padres que vivían en habitaciones para 5 familias, espectadores de la oscuridad de un dictador, pero con la ilusión de la luz de la libertad.

CRECER

Nueve meses de censura, deseos de libertad e intenso cambio social dieron paso a partos dolorosos que, sin querer, implantaron en esos fetos capacidades como la supervivencia, la igualdad y el respeto. Sus padres, exentos del poder mediático y sensacionalista actual, les enseñaron con la única herencia obtenida de generación en generación a través de padres, vecinos, tíos o hermanos, los libros.

Libros en los que se apreciaba la rúbrica de un padre cuando era niño, o un hermano mayor cuando era único. Profesores pasionarios, ricos en ideales, rayaban en la mente de adolescentes el fin de las raíces de oficio, frente a la importancia de las ecuaciones de 2º grado o el comentario
crítico, sin prestar atención a los primeros programas de telebasura.

REPRODUCIRSE

Para esos fetos, ahora hombres y mujeres, se abren las fronteras, el ansia de conocimiento adquirido desde pequeñines hace que descubran razas, culturas y un océano digital de datos. Han aprendido a pensar, organizar y elegir sus capacidades, fusionando el mestizaje con la sabiduría y el respeto hacia sus abuelos.

Se relacionan en plazas y fiestas, intercambian argumentos e ideas sin prestar especial atención al “régimen del poder”. Ha terminado de formarse una nueva generación de libre-pensadores, sobradamente preparados, capaces de hablar con firmeza de deportes, música, filosofía o derechos humanos. La Generación X.

MORIR

La alerta se dispara en despachos de mercados y mansiones, hay un error en el algoritmo de la programación que tenían prevista para la población y la creación de los nuevos estados feudales. Utilizan la televisión, prensa y monigotes varios, que el dinero les ha dado la posibilidad de comprar, para confundir a la sociedad,

-“La Generación X no es más que una Generación Perdida”, dicen.
- “A estos jóvenes solo les gusta emborracharse y molestar, tendremos que prohibirles que se junten en plazas y calles”, replican.

Los medios se esfuerzan por manipular bombardeando con telebasura, mala educación y morbo extremo, hablan en lenguajes difíciles de entender, “surprise”, “ratings”, “crecimiento negativo”.

Pero en la sombra. Hay una mutación, la Generación X no pasará a ser la Generación Perdida como el poder de especuladores y banqueros quieren hacernos ver, son capaces de elegir, son capaces de pensar, son LIBRES. Son la Generación de la Indignación.

La lucha ha comenzado, su bandera: la palabra, su pensamiento: la lógica, su arma la PAZ, su fin: la LIBERTAD.