Logo Derecho - Bann

Carta a mi gran amor del pasado


Félix Arbolí [colaboraciones].-

Mi inolvidable Pilar: Hace ya la friolera de sesenta años que no sabemos nada de nosotros. Lo cual no quiere decir que te hayas borrado de mi memoria y mis sentimientos. Sabemos que nos queríamos enormemente. Éramos primerizos en sentir ese gran amor de juventud que suele perdura toda la vida, aunque acaben en un bonito y doloroso recuerdo de  nuestra memoria.

Fuiste el tiempo que estuvimos comprometidos la única mujer que ocupaba mis horas, minutos y hasta segundos. Vivía por ti y para ti. Y nada más despedirme para ir a dormir, estaba deseando que amaneciera para sentirte otra vez a mi lado. Me hacía mucha ilusión acompañarte e ir a comulgar los dos, porque entre mi madre y tú, os empeñasteis en  que estuviera en el cielo antes de morirme.


Me gustaba y admiraba tu recato y te respetaba al máximo. Hasta para el primer y único beso, un  roce de labios en la mejilla, tuve que contar con el permiso previo de tu confesor. Yo sé que a muchos les causará risa tanta ñoñez, pero para mí era más que un rito, una oportunidad de tocarte  con mis labios, queriendo poner en ellos todo mi cariño sincero y honesto.

¡Era tanto amor el que me inspirabas, que no me suponía sufrimiento o contrariedad tener que amoldarme a tus escrúpulos! Me hiciste sentir un amor tan puro y sublime, que mezclarlo con otras sensaciones me parecía un sacrilegio. No ambicionaba el amor de hombre y mujer, sino el cariño y la compañía de la mujer más maravillosa que Dios había puesto en mi vida.


LA ÉPOCA DE MI JUVENTUD MÁS FELIZ

Tú me llevaste a Dios, a rezar, oír misa y comulgar, con devoción y fidelidad y me hiciste sentir un hombre demasiado afortunado. Puedo afirmar que no habrá hombre alguno que te haya querido con la veneración, el respeto y el amor que yo te quise. Lo puedo jurar.

Fue la época de mi juventud más feliz e ilusionada. Jamás he podido olvidar esos años.
Aún recuerdo tu mirada limpia e inocente, tu pelo negro, el abrigo verde y jersey gris y falda tableada que tanto me gustaba. Hasta del azoramiento que te producía cuando te decía algún piropo que en ese instante me salía del alma. Y aunque a veces me asaltaba la idea, nunca me atreví a poder hacerte sonrojar o apurarte con mis caricias.


No  acariciar ni siquiera tu cara, para evitar contaminar tanta pureza, porque te tenía considerada una persona tan especial, que te veneraba con más fuerza que te amaba, que ya es difícil de entender. Y eso que te amaba locamente. Eras un don que Dios me había otorgado en un rasgo de generosidad.

Cuando el cielo se tiñó de rojo y mi corazón de negro, con tu ruptura y nueva relación con un paisano que sabía le gustabas, aunque no hicieras nada por animarlo, llore, con una amargura que hasta entonces no habían sentido; me enfadé con Dios por haberme dado a conocer la gloria y luego dejarme en el infierno. Hasta se me quitaron las ganas de vivir, porque contigo se iba todo mi mundo, mis sueños y alicientes.


AMARGURA

Te fuiste de mi lado, pero no de mi corazón, que es la amargura más difícil de superar.  Estuve muy cerca de cometer la mayor locura que una persona puede siquiera pensar. El paso del amor al odio dicen que es corto, pero profundo y sin retorno. Mi cariño era tan fuerte que no pude odiarte, a pesar de la enorme faena que me hiciste.

Sentí la muerte de tu hijo, a la misma edad que vivía el mío mayor. Me puse en tu lugar y me dio pena pensar que estabas sufriendo tan enorme tragedia. He intentado seguir tus pasos, saber de tu vida, verte en foto, saber cómo estás, ya que desde nuestra despedida en la balaustrada vejeriega, la víspera de mi marcha a Sevilla a examinarme de una asignatura de Derecho, no volvimos a vernos.

A tu hermana y a tu madre las encontré un día en Chiclana, donde yo veraneaba con mi mujer y mis hijos. Les dio mucha alegría verme y me senté un rato en la terraza con ellas. Me dijo que su hija estaba contigo en Caños de Meca, que fuera a conocerla. Esta mujer, fuera de lo normal por su bondad, cariño y extremada sensibilidad, que me quería como un hermano, -hasta fui testigo de su boda y  acompañarla en el coche con mi hermano, vestida de novia, hasta la Ermita de la Oliva-, no comprendía  que yo no podía colarme en tu casa de Caños de Meca para encontrarnos cara a cara.

Te he acusado muchas veces de haberme destrozado y hecho un hombre algo alejado de la iglesia, porque la misa y los actos religiosos me recordaban a ti. Ni he podido odiarte, ni desearte mal alguno en tantos años transcurridos. Menos mal que Dios se apiadó de mí y quiso acabar con mi dolor y puso en mi camino a una mujer que me enamoró desde el mismo instante de verla y de la que ya jamás me separé.

SIN RENCOR NI ENCONO

Era precisamente el mejor antídoto que necesitaba para calmar mi sufrimiento y soledad. Ella me ha dado y sigue dando todo cuanto necesito con solo mirarme. Y hemos formado un matrimonio que a pesar de los cincuenta y seis años casados, que será el próximo día siete de diciembre, la sigo queriendo, deseando y amando como el primer día.

Es verdad que Dios no se queda con nada de nadie. Hoy, en mi afán de poner mis cosas al día y vaciar las alforjas de piedras para hacer más llevadero el camino, quiero que sepas que te perdono plenamente todo el daño que me hiciste y que no te guardo rencor, sino que te deseo que seas tan feliz con tu marido, como yo lo soy con mi mujer. Te lo mereces y Dios te debe muchos fervores.

Desde Madrid, pasando por mi cielo chiclanero, quiero que te llegue esta carta a Vejer y que ambos podamos acabar nuestros días sin dejar enconos y resabios por dilucidar. Doy gracias a Dios por el tiempo que nos permitió estar juntos. Un abrazo de amigo.  





4 comentarios:

  1. Y esto a que viene, con los problemas que tenemos con
    el peligroso esta carta tenia que ir a veger sin pasa
    por Chiclana mandale otra al peligroso pero con la
    condición de que tiene que ir a Madrid a recojerla
    a ver si se queda ahí para siempre

    ResponderEliminar
  2. Como scritor elijo el tema que quiero pub lic ar y lo haf¡go, usted, que se esconde cobardemente bajo el ançonimo, muy valiente por cierto, si no le gusta no la lea. Nadie la obliga, como ha pasado con su comentario que me lo tenido que tragar esperando a ver dondetaba lla gracia y me he quedado con las ganas. El peligroso no está en Chiclana, donde usted cree, lo tiene más cerca. Lo siento pero me parece una falta de educaciçón y de tacto ofender o intentarla escudándose en un anonimo y hablando de un peligro sin citarlo, siguiendo su estela de cobardías. Como chiclanero que soy y orgulloso de mi tierra, me apena y ofende que haya intransigentes como usted que no son capaces de dar la cara y fuirmar sus ofensas . Un saklu8dom cordiakl de Félix ARBOLI, YO NO ME C ESCONDO aqH, Y EWS¡SCRIBIRÉ LO QUE QUIERA Y SI NO LE GUSTA NO ME LEA, VOY A SEGUIR DURMIENDO. ´ñia,

    ResponderEliminar
  3. Perdona e estado leyendo otros comentarios y no e visto este segundo tu pones tu nombre porque sin ser
    militar te quieres poner galones yo no te e insultado
    ni quiero galones no te escude en la distancia para
    poner a la gente de cobarde, por lo que se ve ahora
    quiere ganar el premio planeta ya va tarde sigue
    escribiendo que te estaré contestando todo el que no
    quiere protagonismo firma como anónimo no como tu y
    por favor que Madrid me coje muy lejo

    ResponderEliminar
  4. Por segunda y ukltima vez, n o voy a congtestar a ningun comentario aníonimo. No me gusta contestar o mantenb¡n er contac to con alguien que no da la cara. TYo no quiero galones, no soy m ilitar, pero firmo porque nme fresñponsabilizo de lo que dich¡go, pienso y escribo, no me hace falta esconderme. Escribo porque es mi progfesion y me ha gustado y lo he hechop siempre, no voy ahora a xcambiar. Un co0rdial salouido y que encuent4res a ese ser tabn peligroso que te r'¡tiene nervioso.

    ResponderEliminar

Los Comentarios publicados son de exclusiva responsabilidad de sus autores y las consecuencias derivadas de ellos pueden ser pasibles de sanciones legales.

Por favor al redactar tu comentario sobre EL TEMA, cuida las formas.
No utilices 'copiar y pegar' para grandes textos, ni mayúsculas en exceso. No poner textos en el nombre. No direcciones web externas. Mejor sin abreviaturas SMS. Los comentarios pueden ser borrados (ver Advertencia Legal)
.