La tragedia de un joven y comentarios desafortunados

Félix Arbolí [colaboraciones].-

La muerte de ese joven torero en pleno ruedo, es una tragedia para todo aquel que tenga un mínimo de sentimientos y solidaridad para con la familia afectada. Conste que no soy taurino, aunque  respete que a otros les guste. Entre ellos mi propia mujer, que sabe más de toros que nuestro paisano “Paquiro”, el inolvidable autor de “La Tauromaquia”. 

Andalucía, es una comunidad muy taurina y cuna de grandes figuras de nuestra Fiesta Nacional. Pretender desterrar esta internacionalmente famosa fiesta de sus límites, es casi como si se borrara una de sus señas de identidad. Nadie debe permanecer indiferente ante la tortura o muerte de un animal  Me  refiero incluso al abandono de perros y gatos y los malos tratos que a veces reciben de sus dueños.

Incluida la horrible visión de ver  a esos infelices galgos ahorcados en los árboles, cuando al bestia de su dueño le parece que ya no le sirve para sus cacerías y diversiones. Ni la manera tan cruel que tienen algunos mataderos para sacrificar a sus víctimas.
 
La tortura animal la tenemos arraigada en nuestras fiestas  populares. Esos festejos donde se suelta un animal, generalmente un toro, al que se persigue, acosa y se mata alanceado o a base de patadas y palos o con unas antorchas encendidas colocadas en sus cuernos, para que el toro corra enloquecido y estresado y acabe muerto de cansancio, locura y terror.

ALICIENTE TRIUNFALISTA

Ni ese cisne que ya cuelgan muerto, pero antes lo hacían vivo, al que unos caballistas tenían que arrancar la cabeza al pasar. También esa cabra viva que lanzaban desde lo alto del campanario de la iglesia. De éstos no se habla tan airadamente como las corridas de toros.

Hay animalistas y críticos anti taurinos para los que tiene más importancia la muerte de un toro en la plaza, que la de un chaval de treinta años que exponía y perdía su propia vida, intentando poder conseguir sus sueños e ilusiones. La noticia sobre su muerte ha provocado en algunos un verdadero aliciente triunfalista.

Sabiéndose que si al animal no se mata en la lidia, se haría en el matadero no siempre mediante métodos indoloros, aunque justo es reconocer que en la mayoría se siguen  procedimientos más humanos y menos dolorosos. Luego, si no se es vegano u otra causa por el estilo, si que nos gusta saborear su carne en los restaurantes.

También la bestialidad de algunas de las granjas avícolas donde pollitos vivos son echados a la trituradora y las gallinas no pueden moverse en todo el tiempo que dure su vida y este proceder tampoco resulta muy humanitario, aunque afortunadamente las haya también donde se siguen normas y cuidados  menos torturadores.  ¿Es que creen que esa vaca, ternera, cordero, pollo, gallina, etc., que nos comemos, son sacrificados siempre mediante anestesias y procedimientos sin dolores?


MUESTRA DE INHUMANIDAD

Ya les digo que no me entusiasman las corridas como tampoco la caza, el safari para matar a un bonito ejemplar, ni dar patadas o hacerle daño a un indefenso perro que no se atreve a hacerle frente porque es su propio dueño y su fidelidad es mayor que su fiereza.

Pero estos casos no se exhiben con tanto ruido. Gozar de la muerte de un chaval y desear la muerte a toda su familia y publicarlo alegremente, me indica que en lugar de animalista, debería llamarse animales. Ni un simple gesto de solidaridad, comprensión y humanidad para sus padres destrozados y sufriendo una de las mayores tragedias que pueden sentir unos padres normales.

Dan  muestra de una inhumanidad que hasta a los que no nos entusiasma la fiesta taurina, aunque respetemos el que a otras les guste, los insultos que se han vertido contra esta desafortunada familia, a la que expreso mi sentimiento y solidaridad, me causa desdén y rechazo.