Asociaciones animalistas denuncian condiciones infrahumanas en la Residencia Canina “La Luna”

Estas entidades exigen a los Ayuntamientos la adopción de medidas urgentes para la mejora del servicio de recogida de animales y gestión de éstos.-

Representantes de varias asociaciones pertenecientes al colectivo animalista gaditano, mantuvieron una reunión en Puerto Real el pasado 26 de septiembre, para analizar la situación generada en la Bahía de Cádiz tras el cierre de la perrera GESSER, y posterior adjudicación del servicio de recogida de animales cedidos y abandonados, a la Residencia Canina La Luna, convertida en nueva perrera. Dicho colectivo denuncia las condiciones infrahumanas en las que sobreviven y mueren los animales recogidos por la citada perrera, sita en la pedanía de La Ina, en Jerez. 

Dicen las entidades que lo conforman que “nuestras quejas son ignoradas sistemáticamente. No nos escuchan. No les importa lo que allí pasa. Llevamos muchos meses advirtiendo a los Ayuntamientos de las condiciones infrahumanas en las que sobreviven y mueren los animales recogidos por la perrera La Luna”.

Son ocho los Ayuntamientos que han suscrito contratos con esta perrera, Chiclana entre ellos. En estos Consistorios entregaron un escrito en el que exponen las graves deficiencias en las instalaciones de La Luna.

En la citada reunión se desglosaron las innumerables deficiencias observadas en la gestión de la actual perrera, incumpliéndose así lo establecido en la Ley andaluza 11/2003 de Protección de Animales.

NUMEROSAS DEFICIENCIAS EN LA PERRERA

Entre las deficiencias reseñadas, las más relevantes son ausencia de veterinarios, innumerables muertes de animales después de agonizar largas horas en condiciones infrahumanas, instalaciones absolutamente inadecuadas y sin espacios reservados para cuarentenas, inexistencia de programas de prevención de posibles contagios, obstaculización a los miembros de protectoras del acceso al recinto de la perrera, inexistencia de una página web, absoluta falta de transparencia en cuanto a su gestión y actividades, etc.

Ante la deplorable situación descrita, las asociaciones reunidas decidieron remitir a los Ayuntamientos involucrados un escrito en el que se les reclama la adopción de medidas conducentes a poner fin a la misma, en aplicación de lo establecido por la Ley.

Asimismo, se analizaron las medidas recientemente impuestas desde instancias externas respecto a la exigencia de esterilizar a todos los animales, como requisito previo a su retirada de la perrera, reclamándose una aclaración escrita de las mismas. Dicha exigencia no se atiene a la literalidad de la ley andaluza, dotada de cierto margen interpretativo como se demuestra en otras provincias andaluzas.

Según la interpretación mayoritariamente adoptada, la obligación de esterilizar corresponde a la perrera si bien, cuando no dispone de los recursos necesarios, se delega en los peticionarios, comprometiéndose éstos a llevarla a cabo con posterioridad a la retirada del animal, muy especialmente en el caso de cachorros o animales enfermos.

COLEGIO DE VETERINARIOS

También se trató un asunto de gran relevancia en la gestión de colonias felinas, relacionado con las competencias autoatribuidas por el Colegio de Veterinarios y asumidas por los Ayuntamientos de nuestra provincia, a diferencia de lo que ocurre en otras zonas de Andalucía.

Desde dicha entidad se emiten directrices relacionadas con procedimientos y precios a aplicar en las esterilizaciones de los animales. Precios sensiblemente más altos “de los que pueda acordar libremente cualquier asociación y que, a su vez, cuando se imponen en el marco de convenios firmados con Ayuntamientos, implican que un dinero público financie intereses privados”.

Es sabido también que el Colegio de Veterinarios exige la inclusión “de unos test   innecesarios, de escasa fiabilidad y costosos, ya descartados por la gran mayoría de gestores de colonias”. Por dichas razones, y con el fin de optimizar los escasos recursos disponibles, las asociaciones exigen de los Ayuntamientos la supresión del papel intermediario adjudicado al Colegio de Veterinarios en la gestión de colonias felinas.

GATO EN SITUACIÓN CRÍTICA

Hay dos casos muy duros que se reflejan en las fotografías. El primero de ellos hace referencia a un gato, que entró en la perrera el 20 de junio de 2016 que carece de pata trasera.

Un día después un miembro de un colectivo animalista lo sacó de allí. Tenía unos dos meses. Al mirar por las ventanas del transportín “veo con horror que asoman huesos dentro de una masa sanguinolenta. Llevo el gatito directamente al veterinario esa misma tarde. Son las 21,00 horas”.

Lo operan de urgencia al día siguiente. Hay que amputar el resto de la pata. Pero eso no es lo peor: el gatito tenía en el vientre una inflamación septicémica, consecuencia del desplazamiento de las bacterias por vías linfáticas desde la zona infectada en la pata destrozada. Era cosa de horas que dicha septicemia se hubiese generalizado a todo el cuerpo.

El veterinario no garantiza su supervivencia. El gato estuvo grave durante semanas, pero sobrevivió gracias a la administración masiva de antibióticos durante ese tiempo.

HAMBRE Y DESNUTRICIÓN DE UN PERRO

El segundo asunto hace referencia a un cachorro de perro a causa del hambre y desnutrición. Entró en La Luna el 26 de septiembre. Once días después es adoptado por una asociación protectora de animales de Chiclana. El perro está tan deshidratado que no se le puede poner la vacuna de la rabia antes de salir de la perrera. En sólo dos semanas el animal perdió mucho peso. Ha pasado hambre y presentaba síntomas de desnutrición. A día de hoy está en observación.

Reseñar que desde el 1 de octubre no se recogen animales callejeros en Chiclana, por lo que éstos vagarán a sus anchas sin control alguno.