Susana Díaz, o la cobardía política

Francisco M. Navas [colaboración].-

El título de  mi artículo de opinión de hoy viene inspirado en un artículo de David Bollero en el periódico digital Público que todos deberíamos aprendernos de memoria. Hace ya tiempo que necesito refugiarme en publicaciones digitales, porque las que se imprimen en papel últimamente sólo obedecen a la voz de su amo en vez de informar, y a la legua despiden un tufo de partido político concreto que da susto.  

El despropósito informativo llega hasta tal punto que si quiero estar al tanto de la situación real del PSOE me veo obligado a leer el ABC, y si quiero conocer el estado interno del PP, entonces he de leer El País.

Susana Díaz es lo que es y no da más de sí. Especialista en heredar secretarías generales, dinamitar ejecutivas, y pasar de puntillas por terrenos escabrosos cuando se trata de llamar a las cosas por su nombre.

Y esto último se reduce a la palabra abstención, propuesta por ella y ejecutada a sangre y fuego por títeres políticos como el presidente de la Gestora Federal, que será ingeniero pero, a mi humilde entender,  debería seguir algún curso intensivo de expresión oral.


ELECCIÓN DIGITAL DE LA LIDERESA

Cuando se propina un palo a un avispero, no se puede venir después con expresiones tan manidas como “coser”. Coser, claro, cuando te has colgado de una manga y, de un tirón, has reventado la chaqueta y la has partido en dos. Está claro que el PSOE está huérfano de líderes, y las lideresa andaluza que tiene sería mejor que se fuese al Rocío, a pedirle a la Virgen que intente arreglar lo que ellos y ellas han reventado.

Afortunadamente, personas como Margarita Robles o Josep Borrel le devuelven a la militancia del PSOE algunas importantes dosis de la dignidad que han perdido. Consiguen hablar con un lenguaje que entiende la gente, utilizan argumentos irrebatibles y denuncian, sin pelos en la lengua, lo sucio y lo oscuro que esconden los estatutos de los partidos políticos que, en multitud de ocasiones, contradicen a la misma Constitución Española.

Susana Díaz es simplemente mediocre. Aupada al poder por designación digital, esto es, a dedo, presume de un resultado en Andalucía que obtuvo gracias a apuñalar prematuramente a sus propios socios de gobierno, Izquierda Unida, so pretexto de que no podía consentir que los militantes de este partido decidiesen cómo debía articularse su futuro apoyo al PSOE.

Una Izquierda Unida que tan sólo se preocupó durante varios años de blindar económicamente a su líder carismático, afortunadamente ya extinto, Diego Valderas, sin preocuparse de los problemas reales de la ciudadanía andaluza. Al menos Rosa Aguilar tuvo el coraje o la sangre fría, hace ya tiempo, de cambiar de chaqueta y pasarse al PSOE, donde, visto lo visto, preveía tener más futuro político.


LA PUÑALADA DE SUSANA DÍAZ

Susana Díaz amaga, suelta la puñalada o, lo que es aún más patético, busca a algún tonto útil que la suelte por ella, pero hasta ahora nunca ha dado la cara ni un solo paso al frente. Siempre juega con cartas marcadas, y hay que reconocerle que es incluso capaz de convencer a sus próceres y mentores, Griñán y Chaves, de que abandonen el barco por la puerta de atrás por el bien de la supuesta gobernabilidad de Andalucía, su cortijo, su feudo.

Y todo ello tras pactar con el sucedáneo de la derecha que es Ciudadanos, demonizando a Podemos y, no me extrañaría, aconsejando al oído al simple de Pedro Sánchez que hiciese lo mismo en su intento de investidura  a la Presidencia del Gobierno para, a continuación, partirse de la risa cuando se estrelló en el intento.

Asestarle la puntilla tras los desastrosos resultados de las segundas elecciones era coser y cantar. Coser, efectivamente, es el verbo que tanto le gusta declinar a nuestra egregia lideresa. Coser lealtades a espaldas de la Ejecutiva Federal para defenestrar al Secretario General.

El problema es que, cuanto más te agachas, más se te ve el culo, y aunque tras el Comité Federal del pasado domingo el PSOE apoyó por mayoría la abstención técnica (que me expliquen qué es eso de abstención técnica) decisión insólita que nos regalará cuatro años más de Rajoy, cada cual quedó retratado. Da igual que la lideresa no mencionara la temida palabra. Su lugarteniente, mediocre como ella, ya se encargó de defender la abstención sin que se le cayesen los anillos.


EL PUEBLO, EL GRAN PERDEDOR

Lo de unir, coser, olvidar, perdonar…ya no cuela. La cruda realidad es que Rajoy se frota las manos mientras enciende un puro y se tira al suelo, revolcándose de puro gusto. Porque el indudable ganador de la batalla es él, ni siquiera su partido, y sin disparar un tiro.

Y los grandes perdedores de la incomparable jugada estratégica de Susana Díaz, digna de figurar en los anales de la idiotez política, seremos el pueblo llano y el PSOE, por ese orden. Y la verdad es que, después de la traición a sus votantes que van a perpetrar siete u ocho desaprensivos, dinosaurios de la política en un mundo continuamente cambiante, lo mejor que le podría pasar al PSOE para una regeneración completa sería explotar como una pompa de jabón.

Para colmo de los colmos, ahora que se han cambiado las tornas en la cúpula del partido, es Pedro Sánchez el que presumiblemente afilará su navaja para clavarla en su momento donde más duela. Y si no, tiempo al tiempo. “Cosas veredes, amigo Sancho”.