Emotivo homenaje al magistrado Antonio Moreno Andrade con motivo de su jubilación
Entregó su bastón de mando a la Patrona de Chiclana y muchos chiclaneros asistieron a la comida organizada en Bodegas Vélez.-
El
magistrado Antonio Moreno Andrade recibió
el pasado sábado un homenaje en las Bodegas Vélez,
al que asistieron numerosos chiclaneros, el subdelegado del Gobierno, Agustín Muñoz, y el alcalde, José María Román, entre ellos.
Será un día para recordar toda la vida, no en vano en ese homenaje se dieron cita familiares y muchos amigos, que no quisieron perderse este acto. La jornada comenzó en San Telmo, donde tras la misa, entregó su bastón de mando a la Patrona de Chiclana, Nuestra Señora de los Remedios, en la iglesia de San Telmo.
Será un día para recordar toda la vida, no en vano en ese homenaje se dieron cita familiares y muchos amigos, que no quisieron perderse este acto. La jornada comenzó en San Telmo, donde tras la misa, entregó su bastón de mando a la Patrona de Chiclana, Nuestra Señora de los Remedios, en la iglesia de San Telmo.
Posteriormente
tuvo lugar el homenaje multitudinario, organizado por amigos y con la colaboración del Ateneo de Chiclana, en el que estuvieron presentes
representantes de la sociedad chiclanera, sin olvidarnos tampoco de la
política. Además del subdelegado del Gobierno y el regidor local, que alabaron
su figura y el trabajo realizado, no faltaron tres exalcaldes de la localidad, Manuel Guerrero, José
de Mier y Ernesto Marín, así como
el portavoz popular, Andrés Núñez, y
varios de sus concejales.
Tampoco faltaron representantes de los sectores económicos de la localidad, así como de la abogacía, el Ateneo de Chiclana, o el propietario de las tortas de Inés Rosales, Juan Moreno,etc. Este último fue parte importante en la organización del homenaje.
Tampoco faltaron representantes de los sectores económicos de la localidad, así como de la abogacía, el Ateneo de Chiclana, o el propietario de las tortas de Inés Rosales, Juan Moreno,etc. Este último fue parte importante en la organización del homenaje.
Antonio Soto, en nombre de los organizadores,
manifestó que “todos los que estamos aquí
tenemos claro que no podíamos esperar más para hacerte llegar, de forma pública, el afecto y el cariño que Chiclana te
profesa. Lo de la jubilación es solo una excusa”.
Siguió
diciendo que “si hay alguien que ha defendido
como nadie lo que hoy podemos denominar marca Chiclana has sido tú. Nos
consta que has presumido y paseado tu chiclanería por toda España. Que muchas
personas ilustres han conocido (y algunas hasta han escogido nuestra ciudad
como su segunda residencia) gracias a ti y a tus continuas referencias a
Chiclana, ese paraíso particular del que siempre hablas maravillas”.
“Que los chiclaneros te quieren –siguió
diciendo- es algo que siempre has podido
comprobar cuando realizabas tu paseos los sábados por la mañana, en los que no
parabas de saludar a todos los que se cruzaban contigo con la intención de
hablar contigo, o como tú dirías: para echar un cachito”.
ENTREGA A
LA PATRONA DE SU BASTÓN DE MAGISTRADO
Antonio
Moreno por su parte, agradeció las muestras de cariño recibidas, manifestando
que “vengo ahora de San Telmo. Quería entregar
un presente a nuestra Patrona y en verdad no sabía qué hacer. Pensé regalarle
un rosario de cristal de roca, pero para ello no había más que acercarse a una
tienda y comprarlo. Creímos entonces en casa que debía ser algo
importante en mi vida y se nos ocurrió que nada mejor que mi bastón de
magistrado, 42 años conmigo y reflejo de la autoridad que el Estado me ha
confiado durante ese tiempo”.
Fue un
regalo de su esposa Margari cuando la
pedida: “¿Y en qué mejores manos? Ya es suyo de
pleno derecho y yo profundamente feliz porque la Hermandad haya aceptado mi
ofrecimiento y la Comunidad agustina lo haya igualmente acogido. Ya esa vara es
de la Virgen y de los chiclaneros”.
Tuvo una
infancia feliz, “como feliz ha sido mi vida
toda gracias a Dios y a personas y circunstancias que quedan grabadas a
fuego en mi alma”, recordando a sus abuelos y los lugares de encuentro
de la juventud de entonces. También recordó a sus padres, abuelos, tíos y
familia.
LAS BUENAS ENSEÑANZAS DE SU PADRE
Afirmó que
su padre, Victoriano, “era el hombre más generoso que he conocido, incapaz
de negar a nadie una ayuda, avalista de letras de cambio de incierto futuro y
tantas otras cosas buenas”.
Estudió
bajo “todos los regímenes, colegios religiosos,
institutos, más tarde la Universidad y, por fin, la Escuela Judicial. De todos
ellos una institución influyó poderosamente en mi educación. Ocho años estuve
en los Hermanos, primeramente en la Alameda y luego en la calle Fossi, en el
nuevo colegio que los alumnos ayudamos a construir”.
Allí
aprendió los principios básicos de su formación, “aquello
que se conocía por urbanidad, disciplina, trabajo, respeto y, sobre todo, amor
a la literatura”. Se empezó a estudiar Bachillerato, “pero sólo éramos cinco o seis los afortunados, a
quienes el hermano Julián nos preparaba con más voluntad que acierto y
volvíamos del Instituto Columela de
Cádiz cargados de suspensos. Hasta José Antonio Warletta,
que era el más listo, traía una buena cosecha”.
Eran los
años cincuenta, “años en blanco y negro,
de escasez y cartillas de racionamiento y la mayoría se quedaron sin
acceder al bachillerato. Personas de una valía extraordinaria que tenían que
incorporarse con prontitud a un puesto de trabajo y la vida no les permitía desarrollar
sus excelencias intelectuales. Algo en verdad penoso que jamás se aleja de mis
recuerdos”.
RECUERDOS DE MUCHOS AMIGOS
RECUERDOS DE MUCHOS AMIGOS
Recordó
así mismo a María Barbosa Aragón, Manolo Soto, Félix
Marín, Antonio Martínez “Chicharito”, El Bizco de
la Pilila, Santiago el de los Zapatos, Lolo el de la Taruga, Carlos Collantes, Canito, Bar El
Chícharo y los hermanos Nono y Manolo Vela, “y
a nuestro querido e irrepetible Joaquín Ballesteros,
que se nos fue el martes”. Cuando
inauguraron el cementerio comarcal dijo: “Tiene
guasa que me toque a mí al lao un tío malaje de por ahí que no conozco de na”.
También
tuvo otros minutos para hablar de los que ya no están como Antonio Panés, Eloy,
Paquito el del club, Joaquín el del Hogar del Camarada, Manolo Ruiz y Cristóbal,
los de Ruarque, Fernando Cagarrín, Pepe Chaves,
Juan Castro, los Martínez, doña Gloria….
Aseveró
que “apenas me asomo a casa Navarro, con el recuerdo del bueno de Pepe y la simpatía de Anita. Ya no está ni el Cine Moderno, donde no me perdí una infantil, tras pasar por la
taquilla de Carmelita, como tampoco el teatro, que tanto significó en mi
vida. Y sin olvidar a todos los del estanco”.
Y un día
fue investido miembro del Poder Judicial: “Cuanto
he sido, si de algo ha valido, me lo he ganado a pulso. Perdonen la inmodestia,
pero nunca he hecho la pelota a nadie, nunca he pedido un favor y he sido un
hombre libre, sin ataduras políticas de ninguna clase”.
UN MEYBA
PARA EL HÉRCULES DE SANCTI PETRI
Reseñó que
“he procurado que nadie que haya entrado en mi
despacho saliera con una impresión aún más penosa de su angustia y siempre he
sabido que mi profesión es un servicio público que debo a los ciudadanos”,
rememorando la máxima del don Quijote a Sancho a propósito de la Ínsula
Barataria: “Hallen en ti más compasión las
lágrimas del pobre, pero no más justicia, que las informaciones del rico.
Procura descubrir la verdad por entre las promesas y dádivas del rico, como por
entre los sollozos e importunidades del pobre”.
En
definitiva, “he procurado ser siempre un hombre
normal, un juez recto, justo y respetuoso de la Ley. He procurado ser,
sencillamente, una buena persona”.
Añadió que
si se pierde le encontrarán “siempre en las
rocas, ese paraíso inmarcesible donde me gusta observar la serpentina que en el
agua clara dibujan las mojarritas, el mundo oculto de los cangrejos y los
camarones que acarician mis piernas cuando me siento en la bajamar a contemplar
el Castillo, que parece que empieza a recobrar su color”.
Con ironía
habló del suplicio que supone pasar “por el
desagradable Hércules”, pidiendo al alcalde que haga una colecta “para que le pongan un meyba a la estatua”.
SEVILLA Y
SU ESPOSA MARGARI
El final
de su alocución fue para una ciudad “a la que
debo mucho, Sevilla”, donde ha pronunciado el pregón de Semana Santa, ha
recibido la medalla de oro de la ciudad “y el
cariño inmerecido de tantos sevillanos”.
Las
últimas palabras de este excelente recuerdo de Antonio Moreno Andrade fue para
la que ha sido “la luz de mi vida”, su
esposa. Sin ella “nada hubiera sido posible.
Cuando sonríe, espanta a los demonios como por ensalmo y todo a su alrededor se
vuelve sano y luminoso. Es Margari, la hija de uno de los
hombres más buenos que he conocido, Ignacio el de la
Vinícola. El 80 % de mi sentido común y mi compañera tan plena de valores
en la andadura de mi vida, que ya abandona su otoño”.
Como fin
de fiesta actuaron Rancapino,
su hija Ana, su nieta Esmeralda, así como los tocaores Oneto y Rampli, y el grupo J4, que le dedicó varias canciones de Serrat, que al magistrado le encantan. Gran colofón de un día para
enmarcar.
Buen trabajo, Paco,...
ResponderEliminarSe te ha olvidado añadir, cuando habla de su amiga Concha nada más comenzar sus palabras.
ResponderEliminarEn los artículos no se pone todo lo que se dice, porque serían larguísimos.
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