Chiclana, cuna de oficios-Agente de Seguros-Manuel Torres García: Un hombre polifacético
PEPE VELA M. [colaboraciones].-
El
protagonista de este mes, Manuel Torres García,
es una de las personas más polifacéticas de nuestra localidad, ya que se ha
ganado la vida como agente de seguros, pero hasta ese momento y mientras
desarrollaba dicha profesión, ha llevado a cabo numerosas actividades dentro
del mundo social y político de Chiclana. De todo ello hablamos en esta
entrevista.
Manuel Torres o Manolito, como le conocemos la mayoría de los chiclaneros, tiene 78 años recién cumplidos, ya que nació el 28 de febrero de 1942 en la calle La Vega, en una casa de vecinos. Hijo de Carmen García y Juan Torres, conocido como el Chico aguador, oficio común que había en los pueblos para suministro de agua potable, pero con poco beneficio, motivo por el que estuvo en el colegio poco tiempo, solo hasta hacer la comunión.
Cuenta que
aprendió bien poco, que todo lo fue aprendiendo con el tiempo y qué tiempo tan
bien aprovechado. Para ayudar a su padre se puso a trabajar con nueve años,
empezando en el bar El Rincón, junto al
Museo Taurino Francisco Montes “Paquiro”,
pasando después al bar Tenorio, en la
plaza Castellar, conocida como La Escalereta o plaza del Piojito, nudo de
comunicaciones y centro de encuentro de Chiclana, donde había de todo: bares,
bodegas, peluquerías, un kiosco y la parada de autobuses.
EL NIÑO DE LOS MELONES
Tras el
bar Tenorio fue a La Cucaracha, que era el punto de encuentro de
muchos personajes como don Carlos Núñez Manso,
ganadero famoso que paraba a tomar café y a comprar melones. Manolito era un
gran aficionado a los toros, tenía todos los trastos de muletilla, practicando
en los alrededores de La Cucaracha. Don
Carlos le puso de nombre taurino El Niño de los
Melones, y también acompañaba a los tentaderos a Emilio Oliva padre.
Otro día,
estando detrás del kiosco practicando con la muleta y el capote, lo vio un
teniente coronel de intendencia de Ceuta que iba hacia allí con Rafael Vázquez. Este señor era el marido de la
ganadera Eusebia Galache y le dijo que si
quería ir a su finca a torear, invitación que aceptó.
COGIDA EN SALAMANCA
Recogió
los trastos y se fue hasta Tres Caminos para hacer autostop, con la suerte de
ser recogido es Rafael Ortega, famoso
torero isleño. Al verlo como muletilla con 17 años, la suerte le acompañó, pues
había quedado en el hotel Colon de
Sevilla, donde recalaría también Efraín Girón.
Fueron para Salamanca y se encontraron con Julio
Aparicio padre.
Estando en
el ruedo, al tercer pase el toro le dio una voltereta, que le tuvo ingresado
tres o cuatro días en Salamanca y dos meses más en Chiclana de recuperación,
mandándole don Juan de la Cruz una dieta
de recuperación a base de pollo, jamón y plátano, para la época digna de un
torero, pero con cortijo, no de los que empiezan. Menos mal que tomaba Jerez Quina, que los futbolistas le regalaban
para su recuperación.
AVENTURA RADIOFÓNICA
Después de
La Cucaracha trabajó en el bar El Rubio. Otra gran pasión suya es la
comunicación, que empieza saliendo con los altavoces, donde posteriormente el
corresponsal de Radio Juventud de Cádiz,
Manolo Ríos, le propuso quedarse para
informar de las crónicas deportivas, donde le ayudaba un gran aficionado al
deporte como era Juan Moreno Arbolí,
donde le informaba del futbol.
El
recordado Lorenzo Delgado le ayudaba
dándole forma a sus crónicas. También informaba de lo que ocurría en el pueblo
y por criticar al Ayuntamiento, terminó perdiendo el puesto, pues la radio
pertenecía a la Falange, que lo sustituyó.
Después
fue contratado por la Cadena Ser, donde
surgió posteriormente la idea de irse a Radio
Chiclana con personajes de nuestra ciudad como Tomas Gutiérrez, director general; José
Coca como director técnico y él como director comercial, siendo una gran
etapa de la radio y con buenos programas, como el de Paco Montiel, El abuelo Chano.
En una
carrera ciclista organizada por el club Chamorro-Ortiz, mandó instalar una
antena en Medina, con la que con tres reporteros en moto tenía toda la carrera
retransmitida.
PROMOTOR DE BOXEO
Promotor
de veladas de boxeo, socio con Antonio Serrano,
llegó a desarrollar más de 12 a 15 con personajes como el Redondito, Seis
dedos, los Estrada, Manolo “Pachocha” o José
Antonio Izquierdo “Chiona”.
El 50% se lo llevaba el cine donde se hacía el torneo y el otro 50% para el
resto de los gastos, pago de boxeadores “y si
quedaba algo era milagroso”.
En una
ocasión dejó 250 pesetas de beneficio y se dirigió al bar Chuleta de José
Ávila padre, de los del Molino, y
lo gastó en filetes y chuletas para los boxeadores. Tiene una anécdota al
respecto. Acompañó como delegado local de boxeo a Pepe Marín, conocido chofer del Canario,
a disputar el campeonato de España de boxeo y fue elegido campeón sin disputar
el combate, pues su contrincante no se presentó.
Un día
cerró el bar para ir con los altavoces habiéndolo pactado con El Rubio, pero éste lo echó porque lo vio
cerrado y no se acordó del acuerdo alcanzado, por lo que cambió de trabajo
entrando en Barlac, con Sebastián Gutiérrez y Pepe Ureba. Estuvo solo varios meses y posteriormente se fue al
taller de bicicletas, motos y pascualis
que su primo Manolo García Verdugo “El Gordito” tenía en la
calle La Plaza, colocándolo para tareas diversas como limpiar, llevar
repuestos, facturas, cobrador, etc.
COBRADOR DE SEGUROS
En ese
tiempo todas las Lambrettas y Mobylettes ya venían con seguros desde la
oficina de Cádiz de Previsión Española,
cuando el director, muy amigo de su primo, le preguntó por un chaval para
cobrar los seguros y le ofrece a Manolito, que aceptó encantado. Su espíritu
emprendedor le superaba, haciendo los cobros cuando salía de trabajar con su Mobylette, estando hasta las 12 de la noche
cobrando recibos.
Y le llegó
el momento del servicio militar, tocándole en Jerez, viniendo los fines de
semana y aprovechando para trabajar en el taller y cobrar los recibos,
alternando las dos ocupaciones con la mili.
Terminada
ésta continuó con el taller y los cobros, llegando un momento en que no podía
atenderlo, pidiendo a su primo que le dejase los jueves libre para que le diera
tiempo, pues ya veía los números de otra manera y una tarde dedicada al seguro
le salía más rentable. Fue cuando le dijo a su primo que se iba, “total, si no me iba bien tenía tiempo de volver de
camarero” haciendo alusión a su anterior oficio.
INTRUSO ENTRE GRANDES PROFESIONALES
En aquella
época había muchas motos en Chiclana y fue tal el éxito, que la compañía le
regaló un coche, siendo el primero que tuvo. Había entonces grandes
profesionales del seguro muy conocidos, como el Trócola, Martos,
Ramírez… Hasta Eloy Aguilar…, y con grandes compañías, por lo que era el chico,
el nuevo, el intruso en ese mercado.
Buen hacer, buena empatía y buena profesionalidad. Era una época en la que tenía como clientes a las mejores y más grandes empresas de Chiclana, e incluso buenas relaciones con los bancos, ya que sus directores les llamaban para asegurar a sus clientes, pero ahora son sus grandes competidores y enemigos comerciales.
Manolo,
cada vez más introducido en el mundo de los seguros, detectó que las pólizas no
disponían de reclamación de daños y los clientes tenían que hacerlas, y es
cuando todas las pólizas nuevas, con poca diferencia, las van incluyendo,
quedando los clientes más satisfechos.
Su primera
oficina la montó en la calle La Plaza, en la Casa Cañizares, en un par de
pequeños cuartos donde con el tiempo se instaló en las actuales, con más de 100
metros cuadrados de oficinas en la misma vía, a escasos metros de la primera.
Lo hizo con la compañía Helvetia, que
fue la que compró Previsión Española,
que era netamente andaluza, sobrepasando con su buen hacer todas las
expectativas, llegando a contar entre 8.000 y 10.000 clientes, con un volumen
muy importante de facturación.
BODA EN VESPA Y POLÍTICA
Se casó en
1972, cuando tenía 30 años, con Antonia
Velázquez Barea, con la que ha tenido tres hijos, Manuel, Mari
Carmen y Jesús, continuadores de
su gran labor comercial. Ese día tan señalado, en vez de montar en un coche
como es normal, la feliz pareja se fue en una moto Vespa con el logotipo del Motoclub Chiclanero.
El seguro
se lo ha dado todo, ha tenido momentos, situaciones y clientes de todo tipo y
recuerda una póliza de vida que le hizo a Antonio
Marín como de las mejores. Una de las peores la tuvo con el siniestro
del incendio de Maderas Polanco en el
polígono El Torno.
Colaborador
de Carlos Andrade, todavía en la época de
la dictadura, decide después de casarse, presentarse a las elecciones por el
tercio familiar, que era votado por el pueblo y solo por los cabezas de
familia. Otro era el tercio sindical, elegido por el sindicato, y por ultimo
estaba el tercio de entidades, donde el gobernador civil seleccionaba entre los
propuestos por los comerciantes, entidades locales o gente de la cultura. Ésta
era la forma de elegir ediles que existía entonces, saliendo de concejal de
Alcaldía, Fiestas, Playas y Tráfico en 1973.
MOTOCLUB CHICLANERO
Hombre
comprometido con la vida social, cultural y deportiva, ha colaborado en la
creación de múltiples asociaciones, agrupaciones y clubes de todo tipo, además
de cargos sin ánimo de lucro como Cruz Roja,
Chiclana C.F., donantes de sangre, Colegio local de Árbitros, Federación
provincial de Boxeo, hermandad de la Patrona, etc.
También
fue delegado de El Periódico de la Bahía y
director de Radio Chiclana, así como
fundador de la Asociación de Amigos del Mus
y del Moto Club Chiclanero.
El seguro
le conectó con motos y vehículos y es cuando un gran aficionado, Pepe García, le propone montar un club de motos
y se funda el citado moto club en 1967 con más de 30 socios, llegando hasta
cerca de los 300. Uno de sus mejores recuerdos de esa época es cuando le puso
la insignia de oro de la entidad al malogrado Ángel
Nieto.
RECONOCIMIENTOS
En esa
misma fecha se hizo en Chiclana un homenaje flamenco al “Perro de Paterna”, patrocinado por un gran
amigo suyo, Rafael Gómez, empresario
cordobés conocido como Sandokán, que
cuando conoció la labor de la asociación, le donó un cheque de 500.000 pesetas,
que no “me creía hasta que lo cobré”.
Le han
dado muchas distinciones. Recuerda con cariño que el presidente de la Asociación del Síndrome de Down de San
Fernando, le pidió ayuda para una furgoneta para los pacientes, llevando a cabo
en Radio Chiclana un maratón de 24 horas
para recaudar dinero, consiguiendo la recaudación suficiente para la compra del
vehículo.
Dos meses
después, en una comida celebrada por dicha entidad, se le entregó la Cañaílla de Plata en San Fernando por dicha
ayuda, donde los niños se arremolinaron sobre él, dándole las gracias por el
coche, siendo la entrega de la insignia más emotiva que ha tenido. La más
popular fue la Capacha del Año,
entregada el verano pasado por la Peña Carnavalesca Perico Alcántara, reuniendo a su alrededor más de 800 personas,
acto público difícil de superar.
Otras
distinciones recibidas son la Careta de Oro del Carnaval, el Escudo de Oro del
Ayuntamiento de Chiclana y las insignias de oro del Chiclana C.F., Moto Club
Chiclanero, Peña Ciclista Chamorro-Ortiz
y la de Sancti-Pectri.
EL MUNDO DEL TORO
En una
vida tan dilatada no podemos olvidar su afición a los toros, donde también ha
dejado su huella además de su interés por ser torero, habiendo estado en el
Club Pepe Gallardo, promotor del Rancho El Toreo, miembro de la comisión del
bicentenario de Francisco Montes “Paquiro”,
así como vicepresidente de la comisión de su monumento.
Pocos políticos o personas públicas tienen el currículo social y colaboracionista de nuestro protagonista, hombre afable, generoso, trabajador, emprendedor, colaborador y, sobre todo, altruista. Nació un día señalado para los andaluces como es el 28 de febrero, siendo el primero que alzó la bandera andaluza siendo concejal, dejándola bien alta como él ha puesto la línea.
Una persona digna de tener entre nuestras amistades, ya que a su lado, estoy convencido, estaremos bien seguros.
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