Los directores de Secundaria de Chiclana afirman que no podrán cumplir las instrucciones de la Junta para el nuevo curso
La falta
de espacio y docentes “hace muy dificultoso
garantizar la seguridad de los alumnos y el cumplimiento de las medidas
establecidas por la Consejería”.-
Los
directores de los centros de Secundaria de Chiclana Ciudad de Hércules, Pablo Ruiz
Picasso, Poeta García Gutiérrez, Huerta del Rosario, Fernando Quiñones y La Pedrera
Blanca, han emitido una nota de prensa en la que hablan de las
instrucciones de la Junta de Andalucía, sobre las medidas que deben tomar en la
vuelta al instituto en el próximo curso escolar.
En
relación con la organización de los centros docentes para el curso escolar
2020-21 y el documento de medidas de la Consejería de Salud y Familias, los
directores de los centros públicos y concertados de secundaria, “queremos dejar constancia de las dificultades con las
que nos encontramos para garantizar la seguridad y el cumplimiento de las
medidas establecidas para organizar el curso”.
Señalan
que estos centros “hemos experimentado desde
hace años un crecimiento en unidades, ampliación de la oferta educativa y una
ocupación máxima en las aulas de secundaria obligatoria y bachillerato, lo que
ha ocasionado la ejecución de obras menores, reestructuración de espacios y uso
polivalente de aulas y otros espacios que en principio no están destinados para
la docencia, como puede ser el caso de bibliotecas, talleres y laboratorios”.
La
ocupación en los centros “es muy superior a la
población escolar inicialmente prevista, y la superficie media de las aulas
hace complicada la docencia en circunstancias normales, en las que hay entre 30
y 33 alumnos en ESO y entre 35 y 38 en Bachillerato”. En estas
condiciones, “las medidas que se plantean en
los documentos resultan en su mayoría imposibles de cumplir, en especial
algunas de ellas”.
DISTANCIAMIENTO
E HIGIENE
Sobre el
distanciamiento de 1,5 m. en las aulas, esta circunstancia “nos obliga al establecimiento de grupos de
convivencia escolar (pensados para otra etapa educativa) y la utilización de
espacios polivalentes y específicos (como es el caso de las aulas de música,
educación plástica, informática, laboratorios o talleres) como aulas de
referencia para esos grupos, sin que puedan ser usadas para la finalidad a la
que estaban destinadas, en detrimento de la calidad de la educación”.
Dentro de
este establecimiento de grupos de convivencia escolar y derivado de la etapa
escolar en la que nos encontramos, se podrá minimizar el número de niveles por
docentes, “pero es muy difícil reducir el
número de ellos por grupo e inviable que uno imparta clase en un solo grupo”.
De igual
forma, aunque se sectoricen los espacios abiertos de los centros para los
tramos de recreo, el elevado número de alumnos en cada etapa, dificulta la
limitación de contactos entre los diferentes grupos de convivencia escolar,
debiéndose aumentar la ratio que marca la normativa del profesorado de guardia
de recreo, con el correspondiente reajuste de las horas no lectivas del horario
regular contempladas en los Proyectos Educativos, que redundará en pérdida de
horas dedicadas para la coordinación de planes y proyectos y cualquier otra
hora contemplada que beneficia la organización y funcionamiento del centro.
Respecto a
las medidas de higiene y lavado de manos, los centros disponen aproximadamente
de un servicio por cada 100 estudiantes, los cuales tendrán un aforo limitado,
“haciendo inviable el frecuente lavado de
manos, si además debemos evitar que haya interacción entre los grupos de
convivencia”.
LIMPIEZA Y
DESINFECCIÓN
El
aislamiento de casos sospechosos es otro problema, al no disponer de espacios
que no se estén utilizando para actividades docentes o administrativas. En los
casos más favorables se podría contar con un espacio pequeño, “pero en centros con una media de 1.000 alumnos, puede
resultar un espacio insuficiente e inadecuado en determinados momentos del
curso”.
La
flexibilización horaria hace inviable la elaboración de éstos en los centros de
secundaria, con tal cantidad de líneas y donde existen diversas etapas
educativas, en las que hay que contar muchos factores condicionantes como la
optatividad, los itinerarios, el bilingüismo, los grupos mixtos, los grupos
flexibles y las medidas de atención a la diversidad.
Las
medidas de limpieza y desinfección no se podrán llevar a cabo “con la regularidad y minuciosidad exigida, si no se
amplía considerablemente la plantilla de personal de limpieza”. Los
entornos urbanos de los centros de secundaria de Chiclana “no cuentan, en algunos casos, con accesos seguros que
permitan la salida del mismo, evitando aglomeraciones en el acerado o en la
parada del transporte escolar”.
GRAN
RESPONSABILIDAD PARA LOS DIRECTORES DE LOS CENTROS
A las direcciones de estos centros escolares, en virtud de su autonomía, “se nos asigna una gran responsabilidad para crear un entorno escolar saludable y seguro para el próximo curso, con una sensación generalizada de incertidumbre, unas instrucciones que no tienen en cuenta la realidad de muchos centros de secundaria y partiendo con las mismas infraestructuras, los mismos medios y sin formación adecuada en Salud Laboral y Prevención de Riesgos Laborales, debemos elaborar un protocolo de actuación que garantice el cumplimiento de estrictas medidas, para evitar poner en peligro la salud de la comunidad educativa”.
Por todo
lo expuesto, “creemos que es nuestra obligación
informar a las autoridades educativas, de la gran dificultad para dar
cumplimiento a las medidas establecidas en las instrucciones de la
Viceconsejería y, por tanto, de garantizar la vuelta a las aulas de forma
presencial, en un entorno escolar seguro en las actuales condiciones de
espacios e infraestructuras y con la formación y el personal del que disponemos”.
El escrito
lo firman Antonio Marín Domínguez, Alfonso Acuña García, Francisco Javier Haro García, José
Manuel Iglesias Martínez, Rosario Álvarez
Alías y Jesús Garrido Pérez, directores de los centros
citados anteriormente.
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