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Chiclana, cuna de oficios: Dependiente-Manuel Espada Guerra: Más que un comodín



 
PEPE VELA M. [colaboraciones).-

El color blanco que ahora luce contrasta con el negro que tenía de pequeño, pues era el que predominaba en la oficina, nombre con que denomina a la carbonería situada en la calle Gravina junto al bar del Chato Caro, que su madre, Juana Guerra Leal, medio alimentaba a sus hijos después de quedarse viuda. Su padre, Ricardo Espada García, guardia municipal, falleció en 1951 a la edad de 33 años de tuberculosis, todo un drama para esta mujer, sin paga y sin ayuda de parte de la familia del marido. Gracias a un tío suyo, pudo tirar hacia adelante con la carbonería

En este ambiente bastante negro se cría nuestro amigo y súper conocido Manuel Espada Guerra. Ahí hacen toda su vida pues era el único sitio que tenía su madre para trabajar y vivir con sus cuatro hijos, además de él, que es el mayor, le seguía Pepa, recientemente fallecida. Después vinieron Juan y por ultimo María, que su padre no llegó a conocer, además de Isabel, su otra hermana que murió joven, a la edad de 54 años.

 

 

Iba al colegio Pan Para Pan, en La Banda, donde hizo su primera comunión: “Iba con zapatillas de deportes y unos pantalones limpios. Era lo que había”, me dice, agregando que “dos tías mías me llevaron a Cádiz para la foto. Fuimos a casa de otra tía que vivía allí y me dejaron. Eran jóvenes y solteras y se fueron a tomar café con churros, olvidándose para qué habíamos ido. Sigo esperando la foto”.

 

La carbonería daba para poco y había muchas bocas que alimentar. Lo pasaron muy mal hasta que a los 9 años empezó a ayudar a su madre trabajando con Rita la del gas, en la plazuela de San Carlos. Continuó con Julio Sánchez, que tenía la tienda de comestibles en la calle Huerta Chica, muy conocido, pues su padre regentaba el bar La Marina en la calle La Plaza. Estuvo allí hasta que se fue al servicio militar.

 

 

LA MILI, CÁDIZ Y EL AMOR

 

Lo hizo en un barco en la Zona Franca. No sabía si la cercanía era mejor o peor, pues para venir a Chiclana en autobús no tenía dinero, así que durante la semana se quedaba a dormir en casa de su tía, hermana de su madre, y los fines de semana se venía haciendo autostop con los Macka, camiones que iban de la cantera del Berrueco hasta Cádiz. Así también venia algunos días y se iba a la tienda de Julio, donde antes había trabajado, para ayudar a su madre, además de tener algo para comer.

 

Había con él uno de Chiclana que era hermano de leche del capitán, pues su madre lo había amamantado cuando era pequeño y lo tenía enchufado. Por su relación, a Manuel se lo llevó a su casa de repostero. Allí comía y en casa de su tía dormía.

 

Los problemas por culpa del servicio militar se agravan con la marcha de Chiclana a San Fernando de la chica que le gustaba para novia. Una tía se la había llevado a ver si le salía novio militar y no de pueblo, que tenían mejor sueldo. Así estuvo dos años, desde el 2 de enero de 1964 hasta el 22 de diciembre de 1965, mili eterna, pero todo empieza y todo acaba.

 

 

 

 

NUEVA VIDA, BODA Y VIAJE DE NOVIOS

 

Tras licenciarse habló con Cesáreo, hermano de Julio, para poder continuar con ellos, pero en otras condiciones. Cesáreo compró en la calle Concha Espina una finca para montar una tienda, para que Manuel la llevase a medias. Empieza a ver la vida de otro color, pues puede ayudar a su madre y afrontar un noviazgo con otro futuro. La familia de la novia ya lo veía con otros ojos. Empieza en 1966 y las cosas le iban bien, pues tenía tienda y novia. Faltaba casa y boda.

 

Después de cinco años de novios se casó en agosto de 1970 con Josefa Estrada Ortiz en la iglesia de San Juan Bautista: “En la celebración de nuestra boda nos preguntó el cura donde iríamos a vivir y le dije que era hija única y nos iríamos con mis suegros. Más tarde me dijo una cosa que todavía no entiendo después de 50 años. ¡Ten cuidado, que las paredes oyen!”.

 

Celebraron el enlace en la pastelería España con café y dulces, yendo en autobús hacia Algeciras, donde empezarían su viaje de novios. Mal día cuando llegan allí. Jugaba el Real Madrid la final del Trofeo Carranza, dejando a su mujer en la habitación y yéndose a ver el partido, ya que era un gran aficionado al futbol y madridista hasta más no poder: “Mi mujer no me perdona esto ni en cincuenta años. Menos mal que ganó por 4 a 2 y yo cumplí tanto o más que el Madrid”. Fue la anécdota del viaje, que continuaron por Málaga y Granada.

 

 

PLURIEMPLEO

 

Una vez casado se sacó el carnet con la intención de comprarse un coche, dando una señal en El Gordito, pero ese mismo año le surgió la oportunidad de quedarse con la tienda por 500.000 pesetas y eso hizo, perdiendo la señal. Por motivos familiares construyó detrás de la tienda un parte de la casa, tan pequeña que le recordaba a la oficina. Con su mujer y sus dos hijas, Inmaculada y Juana Mari, se tuvo que mudar y dejar la casa que había hecho encima de la de sus suegros.

 

Entre la tienda y la casa no le permitía comprarse el coche que necesitaba, hablando con su amigo Manolo Rueda y éste le ofrece trabajo de comercial en Producciones Izquierdo, que está en pleno auge con la venta de cintas de carnaval. Acepta y le pone un Renault 4L a su servicio, quedando su mujer en la tienda y él haciendo la ruta de las gasolineras.

 

Conoció las provincias de Cádiz, Córdoba y Huelva. Por fin empezó a ganar dinero y al cabo de un año y después de ver que esto sí funcionaba, adquirió su primer coche, pero no uno cualquiera: “Me di el lujo de comprarme un ¡Renault 6! Lo tenía todo, coche familiar y furgoneta de reparto. Todavía guardo la matricula CA 4466”.

 

Al cabo del tiempo, la tienda se comía los beneficios de las cintas. Además, también empezaba a decaer la venta de éstas, pues las propias comparsas se encargaban de la venta y después de 24 años, en 1990, tuvo que cerrar.

 

 

HOSTELERÍA Y COMPROMISO

 

Tras esto empezó una nueva etapa laboral en la hostelería, trabajando en el bar Chapela, en el restaurante El Azor, continuando en Los Pescadores, en La Barrosa y terminando en la venta Florentina, que es donde se jubila.

 

Comprometido siempre con temas sociales, colaboró en meter agua y alcantarillado en la calle Concha Espina; estuvo en la APA del colegio de las Hermanas de la Cruz, en la directiva de la Peña Perico Alcántara, presidente de la Asociación de Mayores Huerta Rosario, en la directiva del Chiclana CF, además de colaborar en Chiclana en fotos.

 

También ha sido reconocido en el centro de mayores de San Antonio como el más activo y en Canal Sur elegido el vecino ideal entre varios candidatos. Manuel es polifacético, polivalente, más que un comodín, todo un as. Es el AS de ESPADA.

 

 

 

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