Chiclana, cuna de oficios-La noche-Manolo Aragón Muñoz “El Parral”: Profeta en su tierra

 

 

PEPE VELA M. [colaboraciones].-

 

La mayoría sabemos que Chiclana siempre fue un pueblo agrícola y eran pocas las oportunidades para cambiar, sin embargo no todos estaban dispuestos a seguir esa línea y querían intentar cambiar su futuro por otro camino. Uno de estos ciudadanos lo tenía claro desde pequeño y en cuando tuvo la oportunidad, cogió los aperos y los tiró para irse voluntario a la Marina y dejar las faenas agrícolas lo más pronto posible. Se trata de Manuel Aragón Muñoz, conocido como Manolo “El Parral”.

 

Era el quinto de ocho hermanos, nació en la calle Hormaza el 17 de octubre de 1945. Con 18 años entró en el servicio militar, haciéndolo en Cádiz, con la suerte de que un comandante congeniara con él. Además tenía un chalet en Chiclana que él cuidaba, llevando una buena mili.

 

Cuando terminó ésta empezó a fraguar su futuro y a hacer su vida profesional. Buscó trabajo en Los Gallos, lugar emblemático donde daban espectáculos de todo tipo, y regentado por Pepe Vázquez, siendo contratado rápidamente por la actitud demostrada. Con Vázquez estuvo bastantes años, haciéndose cada vez más profesional. A pesar de encontrarse bien no estaba contento, pues buscaba su expresión artística y personal y a los 25 años tomó la decisión de empezar por su cuenta.

 

Un compañero de trabajo le regaló una caseta, que instaló enfrente de donde hoy está Casa Maite. Además, su hermana Ana le prestó 3.000 pesetas. Ya tenía sitio y dinero para empezar a dar y hacer espectáculos, bailando incluso junto a Nicolás con un guitarrista que le acompañaba.

 

 

RESTAURANTE EL PARRAL Y NACLACHI

 

Después de ese verano, le ofrecieron un local en la calle Nuestra Señora de los Remedios, montando allí su mesón, con el nombre de El Parral, que junto al sitio, sus tapas y su arte, rápidamente obtuvo el éxito que más buscaba: el reconocimiento social a su profesionalidad.

 

Pero a pesar de este éxito no se conforma y busca con interés tener algo suyo, que expresara más cómo era él, que consiguió cuando le compró a la salida de Chiclana, en El Pilar, una finca a Tomás Gutiérrez, donde realizó su sueño. Además del mesón, puso también un lugar para la noche, el ocio y el espectáculo y así nació el Club Naclachi, en su tierra, sin tener que salir de ella para demostrar su valía.

 

A ese lugar trasladó su ya famoso Mesón El Parral. Después vendría su otro sueño, posiblemente de los primeros pubs de Chiclana, de ambiente nocturno, donde además de poder tomar unas copas en pareja o solo, había espectáculos a partir de la medianoche. Llegaron a mencionarlo en la revista Party, de tirada nacional y claro contenido gay, como un local de muy buen ambiente, regentado por su dueño y llamado Naclachi, que significa Chiclana al revés.

 

 

TRANSFORMISMO

 

En el Naclachi monta espectáculos y vienen a cantar La Terremoto, La Petróleo y muchos más, posiblemente en la mejor época del transformismo. Incluso llega a crear un grupo de transformistas, haciendo de representante y presentador, llamado Cantares 2, actuando en El Sotillo, Los Gallos y el Hotel Fuentemar, así como en otros muchos lugares de la provincia.

 

El grupo era diverso, imitaban a todas las artistas famosas como Lola Flores, Rocío Jurado, María Jiménez o Juanita Reina, acompañado de su sobrino Antonio, que era el cantante.

 

LA DOBLE MORAL DEL FRANQUISMO

 

Cuenta que su amigo Antonio Marín -al que le une gran amistad como con su hermano Ernesto y su familia-, fue quien le prestó apoyo social ante el director del Banco de Andalucía, para que le concedieran el préstamo hipotecario para la compra. Entonces fue a pedir la apertura, que se hacía con el visto bueno del Gobierno Civil. Se la denegaron, pues un brigadilla de la Guardia Civil en el expediente había puesto: “Dudosa conducta inmoral pública y privada”.

 

Siendo alcalde de Chiclana Carlos Bertón, éste le aconsejó que la solicitara a nombre de su padre, pero el abogado Antonio Serrano hizo una reclamación al Gobierno Civil, diciendo que “si se prohibía entrar en algún local a lesbianas, gays o cualquier tipo de persona, pusiera el gobierno un guardia civil de portero, preguntando a todos qué eran como personas y por su orientación para que les dejara entrar”. Adjuntaron el escrito y le concedieron la apertura.

 

 

En una ocasión, estando en una cafetería de Marruecos con su mujer Latifa, desde otra mesa les invitaron y resultó ser el escritor Antonio Gala, que estaba allí escribiendo uno de sus libros. Al ver que eran españoles entablaron conversación. Gala buscaba un matrimonio para cuidar su casa de Madrid. Ya retirado de sus negocios se fueron con él a la capital en busca de una nueva aventura.

 

EL AMOR DE SU VIDA

 

Su matrimonio con Latifa duró cinco años, estando ahora divorciados, aunque les une una gran amistad. Pero su verdadero gran amor le llegó a la vez que su éxito, nombre que omitimos por respeto y no estar vivo. Sobre si su gran amor era gay respondió: “Él no era gay ni bisexual. Simplemente era él, mi gran amor, con quien mantuve una relación muy bonita y de mucho cariño”. Al final se rompió el amor “de tanto usarlo”.

 

Se arrepiente Manolo del paso dado. La relación duró más de diez años y la sigue recordando con emoción: “Fueron muchos años de amor y cariño, es la persona que mas amé”. Hoy, ya legalizado el matrimonio gay, se hubiera casado con él. Fueron los años más felices de su vida.

 

 

LA FAMILIA, SU MAYOR APOYO

 

Su otro gran amor, como no, su hermana Carmen, con síndrome de down, que siempre estuvo a su lado, como su madre, Rafaela, además de la ayuda permanente y omnipresente de su hermana Ana y su cuñado Juan, así como su hermano Rafael. Sin ellos no hubiera sido posible llevar adelante sus negocios, El Parral, Naclachi, Gatsby y el bar del club Mosquito.

 

Afirma Manolo que la fiesta de la noche “es un asunto pendiente en Chiclana”. Su carácter social le sigue llevando a participar en actos públicos, también a través de su afiliación al PP, con el cual colabora en todo lo que puede, recibiendo hace tres años de este partido una medalla por su labor y dedicación al partido.

 

Buen amigo, colaborador, elegante, respetuoso, emprendedor, su constancia y su esfuerzo le ha hecho triunfar y en una época muy complicada, sin tener que emigrar a grandes ciudades que era lo habitual y quedarse para ser profeta en su tierra.

 

PEPE VELA M.