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¿Indultos? Me creo a Bismarck

 


 
Fernando Perea [colaboraciones].-

 

Otto von Bismarck fue el canciller de hierro de Prusia a fines del XIX. Aclaro para los de la Logse: Prusia en el XIX es Alemania en el XXI. Y que canciller se sigue usando actualmente en tierras germanas para denominar al premier, primer ministro o presidente del gobierno. Se le atribuye una frase que siempre me impresionó. Cuentan que en un corrillo, tras un acto oficial, le rodeaban diplomáticos de las principales naciones del momento (Reino Unido, Francia, Rusia, Italia, etc.).

 

Uno de ellos le lanzó la siguiente pregunta: “Canciller, en su opinión, ¿cuál es el país más fuerte del mundo?”. Cuentan que Bismarck ni pestañeó: “Mi querido embajador, ese país es España”. La sorpresa se adueñó de la audiencia: “¿España?? ¿No es Francia, Gran Bretaña, Estados Unidos o la propia Prusia? ¿Por qué es España?” terminaron repreguntándole. Bismarck apuró la copa que tenía en la mano y explicó: “Es España porque los propios españoles llevan siglos queriendo romperla sin conseguirlo. El día que se unan y dejen esos intentos volverá a ser un gran país”.

 

A día de hoy, profetas coloniales del futuro --coloniales de plaza de Colón, me refiero-- vienen clamando: “España se rompe. Los indultos son una traición a los españoles”. Bueno... ¿Es para tanto, o no es más que un postureo propiciado por la obsesiva idea de desgastar al actual Gobierno, ese que preside el señor que pasea medio pasillo con Joe, el amigo americano?

 

Esto del indulto es algo más que discutible en su origen. Es la acción por la que el poder político (poder ejecutivo) le enmienda la plana al poder judicial. Supongo a Montesquieu muy en contra. Si existe la división de poderes, no sé qué diría el francés acerca de esta bala de plata en manos de cada primer ministro.

 

 

TODOS LOS PRESIDENTES HAN INDULTADO

 

Pero -admitiendo pulpo como animal de compañía- es algo que desde la Transacción del 76 al 78, todos los premier españoles desde Suárez han tenido. Es potestad del presidente del Gobierno ejercerlo, tal y como consagra el bodrio constitucional de 1978. Si Suárez, Calvo Sotelo, González, Aznar, Zapatero y Rajoy lo han ejercido, supongo que nadie puede objetar que Sánchez (recordemos, el amigo del yankee Joe) también tenga esa prerrogativa. ¿O es que la banda de Colón quiere usar dos constituciones, una recortada para el paseador presidencial, y la del 78 para todos los demás? Más... que un puesto de caretas.

 

Además, vistos algunos de los disparates del pasado, el indulto a los políticos catalanes presos no será el peor, ni el más grave. Aznar indultó a políticos con delitos de Estado como Barrionuevo y Vera con los GAL, impidiendo continuar en la ecuación. Es decir, impidiendo que la cárcel pudiera hacer cantar a alguno más que los niños de Viena, y evitando el despeje de la incógnita X.

 

El 23 de diciembre de 1988, el presidente del bigote, les rebajó mediante indulto parcial tanto como los dos tercios de la pena impuesta por el tribunal en julio de ese año, enviándolos a casita para comer el turrón.

 

Pudo ser la devolución de favores de un lado del bipartidismo al otro. Un gobierno de derechas indultando a reos de izquierda, tal como antes uno de izquierda lo hizo con un delincuente de derechas. González (diciembre de 1988) sin que mediara ni reparación, ni arrepentimiento público, indultó a Alfonso Armada Comyn.

 

 

LA SALUD DE HIERRO DEL GENERAL ARMADA

 

El exgeneral del Ejército de Tierra, considerado organizador del 23-F -y que luchó del lado de los nazis en la 250° división de la Wehrmacht nazi (la conocida como Blaue Division o División Azul)- fue perdonado en atención a su delicado estado de salud. Muy mala salud de hierro la de Armada, que murió... a los 25 años de su excarcelación.

 

Por cierto, Armada fue preceptor del actual Emérito desde 1954 y Secretario de la Casa Real de 1975 a 1977. En una época que el Emérito no lo era, sino que reinaba amparado por el pack constitucional del 78. La Carta Magna que el heredero de Franco pronto trasmutó en Carta Manga gracias a la carta blanca (inviolabilidad legal) que le propiciaba total cobertura para sus mangancias al Fisco, y para probar el funcionamiento bancario de casi todos los paraísos fiscales- y eso debió contar para su indulto.

 

Puede que el campechano Borbón no estuviera muy interesado en que Armada entonara La Traviata, porque mucho sabía de las querencias monetarias del marido de Sofía de Grecia. O porque más tarde también fueron los elefantes fuente de sus problemas. Los de color blanco -precisamente- hacia 1981.

 

Creo que nunca sabremos si el sentido telegrama de pésame enviado por el defraudador cazaelefantes a la familia Armada tras su muerte en 2013, solo siete meses antes de dejar el trono, fue una especie de agradecimiento póstumo por un acuerdo de indulto por omertá.

 

 

INDULTOS DE VERA Y BARRIONUEVO

 

Ni con un indulto, ni con el otro, vimos entonces a legiones de seguidores de la derecha manifestándose masivamente contra el indulto a Vera y Barrionuevo, a pesar de los delitos de sangre de los GAL. Ni en Colón, ni en la plaza de Américo Vespucci. Tampoco a hordas de socialistas y comunistas hacer lo propio por el indulto al moribundo Armada. Ni en la plaza Pizarro, ni en la de Hernán Cortes. Nadie se quejó.

 

Que los delitos del GAL eran graves y de sangre, creo que no admite dudas. Como que, de haber triunfado el 23-F pergeñado por mano de Armada sobre diseño de elefante blanco, lo de correr sangre era cuestión de tiempo. De muy poquito de lo segundo y de mucha, mucha, mucha de la primera. Y nadie se soliviantó por esos indultos. Y ha habido muchos más. En total, tantos como 10.500 de 1996 a 2018, según datos de la Fundación Civio.

 

No me atrevo a decir si los Junqueras, Turull, Romeva, Bassa, Forn, Rull, Forcadell y Jordis (Sánchez y Cruixart) son plenamente merecedores o no al indulto. Lo que sí sé es que lo suyo (siendo muy grave) no fueron delitos de sangre ni con violencia a las personas. Pero si me atrevo a cuestionar que si Armada y Barrionuevo fueron indultados con delitos más sangrantes, ¿por qué estos no?

 

Lo de la falta de arrepentimiento que el Supremo invocó esta semana como causa para su dictamen no vinculante que desaconseja la excarcelación es eso, una opinión que no obliga (que no vincula) al Gobierno de turno. Como en su día, no obligó al gabinete de González a seguir a pies juntillas la recomendación del mismo Supremo para indultar al exteniente coronel Antonio Tejero, a pesar que el dictamen del máximo órgano judicial reconocía la ausencia de arrepentimiento.

 

 

 

OTROS PEORES FUERON INDULTADOS

 

Aquí el Emperador de los Bonsais no patinó, y dejó sin indulto al portador con más deshonor de un tricornio de la historia de la Institución fundada por Francisco Javier Girón un día de marzo de 1844.

 

Como tampoco nadie de la derechona de entonces -los Aznar-boys- se atrevió a tentar a la mismísima Jefatura del Estado con no firmar los indultos, como ahora hizo doña INDA (Isabel Natividad Díaz Ayuso). Los republicanos nunca estaríamos más contentos si el actual habitante de La Zarzuela se niega a cumplir su deber constitucional, siguiendo el consejo de doña INDA.

 

La hiperventilación de la huestes coloniales de Abascal, Casado y Arrimadas no tiene parangón en nuestra Historia de los últimos 45 años, y solo encuentra competencia en su avanzada carrera de pérdidas neuronales en escogidos episodios de LePen o Salvini. Y nunca la comparación les puede resultar más odiosa a ojos del sector sensato del electorado.

 

Por todo ello, concluyo que no hay motivos de peso -a la luz de la comparativa en la historia contemporánea española- para negar a éstos con los que no comparto nada de su ideología secesionista, lo que a otros peores se les concedió abierta y fácilmente.

 

 

GRANDES ZOZOBRAS EN LA HISTORIA

 

Es más, encuentro una razón de oportunidad que aconseja su otorgamiento. Proviene de la dualidad Puigdemont-Junqueras. Deliberadamente, hasta este momento, he obviado a los huidos por el mismo hecho de la acción de la Justicia. El primero, el expresident de la DUI (Declaración Unilateral de Independencia) de Cataluña/Catalunya.

 

La percepción social de Carles Puigdemont, huido en el maletero de un coche, no pasa de la de un político pobre de luces y cobarde. Por contra, coinciden tanto independentistas como unionistas, la percepción de los hechos para Oriol Junqueras es que se quedó para afrontar las consecuencias de sus actos, para comerse el marrón judicial y penitenciario correspondiente, y para poner pecho a las balas a lo que le viniera desde ese momento. Eso le ha merecido respeto de sus contrarios, y reconocimiento como más que como un héroe -como un mártir- para las filas independentistas.

 

El indulto mitigaría el componente de martirio ante la masa secesionista. Retirarle la pena de cárcel le acercaría más al status de héroe (que no podemos negar que, ante los suyos, mantendrá de por vida). Si el indulto no contemplara la pena de inhabilitación, el Estado se asegura a un Junqueras en la calle, menos mártir para los suyos, y fuera del Parlament y del Palau de la plaça Sant Jaume. Sería lo más inteligente.

 

Hemos tenido grandes zozobras en nuestra historia: las tropelías del rey felón con Napoleón, que nos costó una invasión y una gran guerra; las de su salidísima niña en aquella Corte que parecía más un burdel, en la que se hacía cualquier cosa menos gobernar; el hartazgo del pobre Saboya de nuestras fraternales peleas.

 

INDULTOS QUE NO ROMPERÁN NADA

 

La huída del no menos harto presidente Figueras en la Primera República (con su sensacional frase del cierre de su último Consejo de Ministros: “Señores, estoy hasta los cojones de todos nosotros”) o cuando el XIII de los Alfonsos nos regaló la dictadura de Primo de Rivera.

 

Si la Guerra Civil nos obsequió también al Gran Dictador (Franco); si ETA y los GAL nos dieron años de plomo; si El Gran Libro de la Corrupción escrito por el Partido Popular con prólogos del Partido Socialista, no han roto España, yo le doy la razón a Bismarck. Estos indultos no tienen entidad para romper nada. El amigo de cortos paseos de Joe Biden lo sabe. Y los coloniales también, a pesar de los shows rojigualdas de la Plaza de Colón.

 

PD (1). La prueba del nueve: sectores tan bolcheviques y revolucionarios como la Confederación de Empresarios y la Asamblea de orondos Curas (léase aquí Conferencia Episcopal) se han manifestado a favor de los indultos. No se confirma la noticia pero hay rumores que, tras esto, Arrimadas se va a sindicar en Comisiones Obreras; Casado va a pedir la apostasía, y Abascal piensa exiliarse, aunque duda entre Pyongyang o Waterloo.

 

PD (2). Repasando datos del artículo, encontré un mentido. El exgeneral Armada no murió 25 años más tarde de su indulto por motivos de salud. No, no es cierto el dato. Le faltaron 23 días para los 25 años. Pido disculpas por tamaña incorrección. Al menos, todo el resto del texto es rigurosamente cierto.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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