Nuevas artimañas de la Junta para no entregar a Mercedes Estrada su nieta, cuando debería estar con ella de forma definitiva (I)
Presentó varios informes con muchas falsedades y terroríficos contra la abuela coraje a última hora, para que la juez suspendiera el último encuentro antes de volver con su verdadera familia para siempre.-
El pasado sábado Mercedes Estrada tenía que haber pasado con su nieta Thalía el último encuentro de noviembre no tutelado, dictado por la juez del Nº de Cádiz, antes de que se la entregara la Junta de Andalucía definitivamente, que tendría que ser en estos días sino lo hacían ese mismo sábado. Pero de nuevo el ente autonómico ha vuelto a torpedear la orden judicial utilizando unos informes llenos de falsedades, totalmente parciales, alabando a la familia acogedora hasta el paroxismo y criticando a la abuela chiclanera sin piedad alguna. Ante esto, la magistrada ordenó la suspensión de las visitas, mientras se resuelve este conflicto.
Dice la Constitución que todos somos iguales ante la ley, pero queda claro un día sí y otro también, que esa igualdad no existe, sobre todo cuando un humilde ciudadano se enfrenta al poder establecido, con dinero a manos llenas para gastar en recursos, abogados y lo que haga falta, sin nadie que lo controle y con tal de que ese ciudadano no le gane la batalla judicial.
Y esto lo estamos comprobando con la aberrante historia de Mercedes Estrada, la abuela coraje de Chiclana, que lleva seis años litigando contra la Consejería de Igualdad y Bienestar Social, ganándole tres juicios y ésta, en vez de acatar las sentencias, torpedea una y otra vez el cumplimiento de la ley, la última del mismísimo Tribunal Supremo. Los ciudadanos debemos cumplirla, pero la Junta no.
Le da igual lo que diga la Justicia, porque en vez de entregar a la niña a su verdadera familia, a la que se la arrebató nada más nacer, de forma poco clara, no deja de buscar recovecos con los que parar dicha entrega. Lleva así varios años, poniendo todas las pegas habidas y por haber, consintiendo que la familia acogedora se salte el dictamen judicial cuando le viene en gana, no avisando a Mercedes de ello antes de viajar a Granada para verla sus dos horas semanales y encontrándose con este fregado.
El objetivo desde el primer día fue aburrirla, pero Mercedes ha seguido, como Paco Martínez Soria, erre que erre. Y así lleva desde que la pequeña tiene dos años. Tres juzgados distintos han corroborado, con informes imparciales, que la abuela era idónea para su custodia, pero a la Junta le ha dado igual, cuando gobernaba Susana Díaz y ahora con Juanma Moreno. Entre otras razones porque las técnicos y psicólogos son los mismos y ya le advirtieron cuando les dijo que iría al juzgado, que perdería, lo que no ha sucedido.
Esto se ha convertido en una cuestión personal, no sabemos si por orgullo o porque detrás de esta preadopción hay algo oscuro. O pueden ser las dos. Lo que ha quedado claro es que los informes de los funcionarios de la Junta son parciales, en los que en ninguno de ellos, ¡y son 47 páginas!, dicen nada bueno sobre la abuela.
Ponen en boca de una niña de seis años y siete meses, comentarios impropios de alguien tan pequeña, por muy madura que a esa edad se pueda ser. Los acogedores son gloria bendita y la abuela y su familia unos monstruos, que están llevando a la niña a plantearse el suicidio. No. No exageramos como podrán ver después.
Ya el abogado de la Junta adelanta algunas de estas cuestiones en el escrito enviado al juzgado, donde cuenta lo mal que está la niña desde que pasa seis horas a solas, sin vigilancia de la Junta o de una entidad con la que trabajan en Granada. Curiosamente, ninguno de los sesudos técnicos, psicólogos, cuidadores, etc., de la administración andaluza ha estado, visto u oído nada en el tiempo que Thalía ha estado con sus abuelos maternos, primos, tíos, etc., por lo que no saben qué ha pasado en estas visitas.
TERCER GRADO A LA NIÑA
La niña, tras ser devuelta por su abuela, es sometida a un tercer grado por las técnicos de Cádiz, con preguntas impropias a una persona de esa edad. La petición del letrado va más allá y pide una intervención terapéutica “tanto con la menor, como con su abuela materna y el resto de su familia biológica”.
Se pregunta Mercedes “¿por qué tengo que aguantar esto? ¿Cuántas veces más tengo que demostrar que soy una persona normal y no un monstruo como me pintan en esos informes llenos de falsedades? Es lo que hace la Junta, mentir. Por eso quitan los niños a muchas familias, porque no dudan en falsear dichos informes”.
Habla del apego entre Thalía y sus guardadores, “a los que considera sus padres, no resultando adecuado ni beneficioso para la menor romper su núcleo actual de apego para probar otra medida”, que el deseo de la niña es “permanecer con su familia y su negativa a abandonar a sus padres”.
Afirma que irse con su abuela “tendría graves consecuencias”, y que constan informes médicos sobre el fuerte apego y vinculación de la menor con sus padres, que entre la menor y su abuela “no solo no se ha creado un vínculo emocional adecuado, sino que lo que existe es un vínculo emocional ambivalente e inadecuado”.
También que la relación se ha basado “única y exclusivamente en la obligatoriedad y cumplimiento de una norma, no habiéndose establecido en ningún momento un mínimo vínculo de apego entre ambas”, no ya el vínculo como cuidador principal, sino tan siquiera “el mínimo vínculo que se pueda establecer entre un nieto y su abuelo”.
Relación que en los últimos meses “se ha visto más deteriorada desde que Thalia ha comenzado a ser consciente de tener que abandonar su familia para ir a vivir con su abuela, lo que ha provocado una reacción de mayor rechazo y temor de la menor”.
Según Mercedes, con estas palabras están intentando que pierda el control: “¿Qué esperan, que me vuelva loca, vaya a Motril y me lleve a mi nieta? ¿Es lo que buscan? Lo que están haciendo es un robo descarado de niños, dándole la vuelta en los informes a la realidad de muchas familias a las que les están quitando a sus hijos”.
La abuela coraje aconseja a estas familias que “luchen y no se rindan. Hay que acabar con esto. Están haciendo daño a muchas más personas. Hay que pararlo como sea y la mejor manera es unirse todos y luchar para que de una vez por todas se haga justicia y se termine con este tipo de actuaciones”.
BUENA SINTONÍA ENTRE NIETA Y ABUELA
Asevera el letrado de la Consejería de Igualdad y Bienestar Social que ésta y su entorno han mostrado “una actitud y posición de falta absoluta de respeto a la historia de su nieta y de empatía hacia la misma. Trata a su nieta como si fuera una posesión, menospreciando el hacer de los acogedores, transmitiendo abiertamente una valoración negativa de ellos, y expresando abiertamente su voluntad de no querer que su nieta vuelva a tener contacto con ellos”.
Mercedes responde que “cuando digo mi niña no lo hago como una posesión, sino porque es mi niña, mi nieta, y todos cuando hablamos de nuestros hijos o nietos lo decimos así, pero tienen que darle la vuelta para manipular las cosas, que es lo que han hecho continuamente. ¿Cómo quieren que le diga, la niña, la nieta, la pequeña…Es mi niña, por mucho que se empeñen en que no”.
El abogado continúa diciendo en su alegato cosas como que duda de “la capacidad psicosocial actual de la abuela para hacerse cargo del cuidado de la menor, mediante la constitución del acogimiento permanente”. Curiosamente, las personas que enviaron los juzgados a entrevistarse con Mercedes Estrada la vieron idónea para poder hacerse cargo de su nieta, pero estos profesionales no eran parte interesada en el litigio que mantiene con la Junta, sino psicólogos independientes.
Resulta chocante hablar de que volver con su familia verdadera provocaría mayores daños a Thalía, cuando ésta siempre, digan lo que digan los informes partidistas de la Consejería, ha estado en muy buena sintonía con su abuela, como demuestran varios vídeos y fotos de estos dos encuentros, en los que la niña está feliz, disfrutando con sus primos, abuelos y tíos.
Estos vídeos y fotos desmontan las falsedades de estos informes, a no ser que digan también que la pequeña estaba interpretando un papel –¡vaya actriz en ciernes!- y lo pasaba muy mal como ellos aseguran. Otras mentiras, puestas en boca de la menor por estas empleadas públicas son que no orinó en todo el tiempo que estuvo con su abuela, porque en su casa no había váter y sí un agujero en el suelo, lo que es falso como se puede apreciar en la foto.
También es falso que no comiera los dos sábados que estuvieron juntas porque no le gustaba la comida que le pusieron. Pero lo más grave es que afirmen que Thalía les dijo que la segunda semana no le dieron nada y que ellos habían comido paella y pescado. Las fotos demuestran que sí comió arroz y le gustó tanto que su abuelo le prometió que el sábado siguiente, el pasado, le haría un arroz negro.
¿Cómo es posible que cambie su discurso de esta manera? ¿Cómo es posible que una niña divertida, amable, alegre, sonriente, desinhibida con unas personas a las que acaba de conocer, con las que ha disfrutado al máximo, que no quiere irse y pide a su abuela que llame y diga que va más tarde, se convierta cuando la entregan y ve a sus acogedores, en la niña del Exorcista, grite, dé patadas a su madre preadoptiva y se vuelva loca como manifiestan en el informe emitido en Cádiz?
Está claro que algo le ha pasado si es cierto lo que señalan, pero no lo que aseguran. Lo más probable es que haya visto en doce horas con su familia verdadera más cariño, amor y respeto hacia ella, que en seis años con la familia acogedora. O que esté tan atemorizada que no le quede más remedio que actuar así, porque tiene que volver con ella, pero es difícil de creer que con seis años y medio sea capaz de cambiar tan radicalmente como aseveran en el informe enviado a la magistrada.
(CONTINUARÁ)
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