El día de los difuntos o “Tosantos”
Félix Arbolí [colaboraciones].-
Llevo unos días desconcertado y siempre que quiero escribir y comentar el tema, me surgen otras noticias, nada agradables por cierto, que me hacen esperar un mejor momento. De hoy, no quiero que pase, pues es la fecha adecuada para traerlo a la palestra.
Me refiero a lo que algunos, sin el menor respeto y consideración, llaman el día de los muertos. Ni siquiera tienen el decoro de llamarlos difuntos. Y lo celebran a base de fiestas, diversiones, atracones de dulces, frutos secos y regalo de chuches a nuestros críos. Como si la muerte fuera un acontecimiento festivo. Damos la impresión de que es una fecha para un juego macabro y una celebración burlesca dedicada a los que se fueron.
Yo recuerdo que en mi tierra gaditana a estos días les llaman Los Tosantos para recortar palabras y expresiones, tan usual en Andalucía y evitar tener que decir Día de todos los santos. Porque la iglesia nos ha metido en la cabeza que todos los difuntos son santos, aunque en vida hayan sido fervorosos émulos del mismísimo Satanás.
Si les soy sincero, el recuerdo que yo tengo de estas fechas en mis años de infancia, es el atracón de rezos que nos hacía recitar mi madre, que ese día lo pasaba bastante mal recordando de manera especial a su único y desaparecido amor: mi padre.
MOFA Y DESPRECIO A LA TEMIDA MUERTE
Hoy para la mayoría se ha convertido en un pretexto muy aceptado, que nos llegó como tantas otras extravagancias y costumbres de yankeelandia, para disfrazarse de las figuras más extrañas y espantosas y pasárselo bomba, como si de un alegre festejo o conmoración se tratara.
No es que alardeen de falta de respeto y cariño a los seres queridos que se fueron, sino una especie de mofa y desprecio a la temida muerte, en un intento vano de que ese día se vengan de ella.
Y de América también nos llegaron las calabazas huecas y encendidas, el truco y trato de nuestros pequeños -que nunca deben ir sin la compañía de un adulto en sus visitas domiciliarias-, y toda esa parafernalia colectiva y festiva que ese día se ve por todas partes, como algo tan natural y casi obligado que la cena de Navidad y la toma de las uvas en Año Nuevo.
Los gitanos la celebran a su manera. Son más dados al luto riguroso y al recuerdo y pena permanente a sus difuntos y en esas fechas la familia en pleno acude a pasar la jornada completa ante la tumba de sus seres fallecidos, donde comen, lanzando constantes lamentos, mientras sus mujeres las llenan de flores y las asean como si tuvieran que pasar una exigente revista de limpieza. Ellos nada de calabazas, tosantos y demás locura colectiva. Entre ambas versiones un abismo de diferencia, que no comento y comparo.
HUESOS DE SANTO
Lo que sí me acuerdo es que en el Cádiz de mi época nos saciábamos de frutos secos y de huesos de santo, que en mis cortos años me parecía raro esta macabra forma de llamar a unos dulces, cosa que sigo cuestionando aún. Hay tantos nombres más apropiados y bonitos.
Opino que los muertos no deben tener un día especial para recordarlos, ni siquiera la Iglesia debería imponerlo, ya que son pérdidas y recuerdos que solo competen al que la sufre en esos instantes o la lleva mentalmente a lo largo de su vida. Tampoco llamarlos santos, pues creo que en versión eclesiástica y dogmática no todos los que mueren son santos, ni deben ser considerados como tales por mucho que se les quiera.
Mueren muchos buitres a lo largo del año. Comprendo que duela mucho la pérdida un ser querido, pero pienso que la chavalería y no tan jóvenes no hacen mal a nadie por disfrazarse macabramente y divertirse con lo que más o menos tarde les hará llorar.
Hacen esa calaverada, nunca mejor dicho, y se evaden por unos días de ese final que nos espera. Es un intento para que olvidemos por esos días la certeza de ese trágico destino que todos hemos de sufrir y nos disfracemos jocosamente de calaveras, demonios, Dráculas y demás monstruos, mientras saboreamos esos deliciosos dulces llamados jocosamente huesos de santo que, por cierto, están deliciosos. Ironías de la vida.
"Opino que los muertos no deben tener un día especial para recordarlos, ni siquiera la Iglesia debería imponerlo, ya que son pérdidas y recuerdos que solo competen al que la sufre en esos instantes o la lleva mentalmente a lo largo de su vida. Tampoco llamarlos santos, pues creo que en versión eclesiástica y dogmática no todos los que mueren son santos, ni deben ser considerados como tales por mucho que se les quiera."
ResponderEliminarEste es, en mi opinión, el verdadero fondo de su artículo. Lo demás son manifestaciones culturales de distintas tierras que como es lógico tienen distintas formas de expresar su cultura, que nos pueden gustar más o menos.
Ambos estais equivocados.El dia de todos los santos no es el de los difuntos, que es mañana dia 2, aunque hoy se vaya al cementerio no es hasta mañana cuando deberíamos honrar a nuestros muertos. Hoy es dia de todos los santos, porque muchos no tienen día asignado en el santoral y por eso se puso este día. Asi de simple.
ResponderEliminarNúmero2 buenos mal que hay gente que se informa antes de abrir la boca
ResponderEliminarAl N°. 1: No todos los difuntos son santos. Más no es porque es mi difunto hijo, más...,es porque falleció en desgraciado accidente y muy lejos de su madre..., más no es porque era lo que había laboralmente para la gente joven y muy preparada el Ejército ya que saquean las arcas públicas para arruinar más al país...es que recuerdo a mi hijo y ver sin saber que fue tan querido en esta corrupta España, en cualquier sitio hacia amigos...fuera ANDALUCÍA, ASTURIAS, CATALUÑA ...es que era ese carácter afable ANDALUZ...que recuerdo tantas cosas bonitas de mi hijo ...tantas cosas...que mi hijo era un SANTO perdonarme; era generoso...con amigos...familia...no gustaba contrariar y mucho menos...discutir y, un día le hoy decir...triste...muy triste a unos amigos; nosotros tenemos suerte que tenemos para poder COMER..., más cuántas personas hay por desgracia que no pueden o no tienen para...comer. Con tristeza le oí decirlo. Hoy lo recuerdo y ver su vida por desgracia tan corta...y tan bien niño? Que me digo mi hijo fue en la tierra tan buen niño, con sus hermanas y todos quien le conocía que me digo que fue un SANTO para su madre y todo quién le ha conocido. Hará el 13 de Diciembre 8 años que lo tengo en mi corazón y en mis eternos recuerdos mientras ViVa, más no necesito el día 2 de difuntos para ponerle un ramo de flores...mi querido hijo hasta que yo muera...siempre tendrá un sentimiento unas rosas o un ramo de flores porque mi vida ya no se la puedo dar...no le pude ayudar...mas mi corazón se lo ha llevado por lo bueno y el buen hijo que fue, y en mis recuerdos le tengo recordando sus últimas llamadas tlf.: madre!! que ganas tengo de llegar a casa a mi ANDALUCÍA, en Galicia no para de llover...te tengo un regalo sólo falta una semana el día 20 llego a Cádiz...
ResponderEliminarN1 por lo que sededuce o no tiene respetó o tu familia es inmortal o lo que sobra en este mundo los bocazas
ResponderEliminarAl nº 4 y Nº5. Veo que no habéis entendido lo que el número 1 ha querido decir. Ella ha entrecomillado la mayor parte del texto, porque no son sus palabras, son palabras del Sr. Felix Arbolí, que es quien las dice en su artículo. Si os habéis sentido ofendidos, quiero suponer que todo es por una confusión producida quizás por la pesadumbre que os embarga el alma por el fallecimiento de algún familiar querido.
ResponderEliminarComo bien dice el Sr. Arbolí, no hace falta un día especial para recordar a nuestros muertos, los recordamos a diario y nos acompañan el resto de nuestras vidas.