Cerca de cincuenta primos directos de la familia Vela se reunieron en Chiclana por primera vez

Comieron juntos, acompañados de sus parejas, acudiendo desde varios puntos de España

Estaban cansados de verse todos ellos en el tanatorio o el cementerio cada vez que fallecía alguno de la familia, por lo que decidieron reunirse en vida y disfrutar del encuentro antes de que alguno más se fuera a ese lugar del que nadie regresa. Contactaron con los primos que viven fuera de Chiclana y ayer sábado, 26 de junio, fue el día elegido. Sólo faltó uno que vive en Alemania, al que le fue imposible acudir por motivos de trabajo.

Cuarenta y dos miembros de la familia Vela –una de las ramas que hay en Chiclana- se reunieron ayer sábado en torno a una mesa en la bodeguita de uno de ellos. Comieron, bebieron, cantaron, rieron y visionaron un vídeo en el que contemplaron fotos de sus antepasados, los que crearon esta extensísima familia.

Fue un día de divertimento, diferente a los que hasta el momento habían tenido, ya que siempre se encontraban en entierros o funerales familiares. Fueron acompañados de sus parejas, lo que incrementó la cifra a más de setenta personas. Además de los residentes en Chiclana vinieron a la cita desde Ponferrada (León), Tenerife y Gijón.

Las fotos contaban la historia de esta familia, desde los abuelos y bisabuelos hasta épocas más recientes. No faltaron las de Pepe, barbero y músico, creador de la Rondalla del 22; tampoco Juana, la abuela, que tocaba la guitarra y que puso en marcha la primera rondalla femenina y que sus hijos y nietos continuaron con la tradición.

Entre los Vela se encontraban Diego el del 22 con sus hijos, los hermanos Cachito, los del restaurante del mismo nombre, el de los muebles de la calle Hormaza, sus hermanos, Miguel Ángel el taxista y hermano, etc.

Tras terminar la sesión fotográfica se acercaron hasta la Plaza Mayor donde se retrataron para la posteridad. Este encuentro continuó durante todo el día y no descartan celebrarlo con más frecuencia.