EL REMAKE DE CHERNOBIL
Miguel Angel Bolaños [colaborador]
A algunos directivos de cierta compañĂa petrolifera, la corbata le está apretando demasiado en las Ăşltimas semanas. El indecoroso vertido de petrĂłleo en el Golfo de MĂ©xico aĂşn no se ha cobrado vĂctimas pero Obama busca a quien patear el culo (lo dijo tal cual en la televisiĂłn) porque está viendo que su Katrina particular puede restarle votos en el sur si no actĂşa con decisiĂłn ante el desastre.
Estados Unidos está viviendo su particular versiĂłn de Chernobil. Un tĂ©trico remake con distinto protagonista, pero con parecido final. DesolaciĂłn, destrucciĂłn, catástrofe. Unos tĂtulos de crĂ©dito empapados de fuel que van a dejar un poso amargo en ese sur azotado hace cinco años por el temporal y ahora por la marea negra.
En busca de respuestas, soluciones y responsabilidades se halla ahora la administraciĂłn Obama, aunque parece que ya es tarde. Sin embargo, algo bueno debemos extraer de toda esta funesta experiencia. Ya van demasiados avisos y aĂşn seguimos con los brazos cruzados. El presidente de EEUU tiene en este desastre la excusa perfecta para caminar hacia un modelo productivo sustentado en las energĂas renovables y dar asĂ una “estocada” al lobby petrolĂfero, instigador de ciertas conductas inapropiadas en el pasado. Se interesĂł Obama por el modelo energĂ©tico español y deberĂa tomar nota de las malas pasadas que le ha jugado el petrĂłleo o la energĂa nuclear a su paĂs. Exxon Valdez, Golfo de MĂ©xico, Three Mile Island... nombres asociados ya a la leyenda negra de formas de combustible que no casan bien con el movimiento en pro de solucionar el cambio climático.
Cierto es que los intereses de las petroleras son importantes, tantos que incluso pueden decantar hacia un lado u otro elecciones (más en EEUU, al financiarse los partidos de lucrativos “regalos” de ciertas compañĂas). Pero no es menos cierto, que con acontecimientos tan terribles como este vertido del Golfo de MĂ©xico, urge encontrar un alternativa a las energĂas basadas en los combustibles fĂłsiles. En pocos años escaseará el petrĂłleo y los precios subirán (tanto de los combustibles, como de casi todo), por eso, es el momento de que la comunidad internacional se ponga manos a la obra y busquemos en la naturaleza aquello que nos puede evitar males mayores.
A algunos directivos de cierta compañĂa petrolifera, la corbata le está apretando demasiado en las Ăşltimas semanas. El indecoroso vertido de petrĂłleo en el Golfo de MĂ©xico aĂşn no se ha cobrado vĂctimas pero Obama busca a quien patear el culo (lo dijo tal cual en la televisiĂłn) porque está viendo que su Katrina particular puede restarle votos en el sur si no actĂşa con decisiĂłn ante el desastre.
Estados Unidos está viviendo su particular versiĂłn de Chernobil. Un tĂ©trico remake con distinto protagonista, pero con parecido final. DesolaciĂłn, destrucciĂłn, catástrofe. Unos tĂtulos de crĂ©dito empapados de fuel que van a dejar un poso amargo en ese sur azotado hace cinco años por el temporal y ahora por la marea negra.
En busca de respuestas, soluciones y responsabilidades se halla ahora la administraciĂłn Obama, aunque parece que ya es tarde. Sin embargo, algo bueno debemos extraer de toda esta funesta experiencia. Ya van demasiados avisos y aĂşn seguimos con los brazos cruzados. El presidente de EEUU tiene en este desastre la excusa perfecta para caminar hacia un modelo productivo sustentado en las energĂas renovables y dar asĂ una “estocada” al lobby petrolĂfero, instigador de ciertas conductas inapropiadas en el pasado. Se interesĂł Obama por el modelo energĂ©tico español y deberĂa tomar nota de las malas pasadas que le ha jugado el petrĂłleo o la energĂa nuclear a su paĂs. Exxon Valdez, Golfo de MĂ©xico, Three Mile Island... nombres asociados ya a la leyenda negra de formas de combustible que no casan bien con el movimiento en pro de solucionar el cambio climático.
Cierto es que los intereses de las petroleras son importantes, tantos que incluso pueden decantar hacia un lado u otro elecciones (más en EEUU, al financiarse los partidos de lucrativos “regalos” de ciertas compañĂas). Pero no es menos cierto, que con acontecimientos tan terribles como este vertido del Golfo de MĂ©xico, urge encontrar un alternativa a las energĂas basadas en los combustibles fĂłsiles. En pocos años escaseará el petrĂłleo y los precios subirán (tanto de los combustibles, como de casi todo), por eso, es el momento de que la comunidad internacional se ponga manos a la obra y busquemos en la naturaleza aquello que nos puede evitar males mayores.
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