EL 'DEUS EX MACHINA' DE LA PASTA
Miguel Angel Bolaños [colaborador]
Si cree usted que los catĂłlicos nunca han sido buenos en el mundo de los negocios, que los calvinistas han sido unos zorros y que los judĂos inventaron la usura, puede que haya leĂdo a Max Weber y su ensayo La Ă©tica protestante y el espĂritu del capitalismo... o no.
El amigo Weber decĂa allá por 1905 (cuando escribiĂł esta obra), que “el catĂłlico es más tranquilo; dotado de menor impulso adquisitivo, prefiere una vida bien asegurada aun a cambio de obtener menores ingresos, a una vida de continuo peligro y exaltaciĂłn, por la eventual exaltaciĂłn de honores y riquezas. Comer bien o dormir tranquilo, dice el refrán; pues bien, en tal caso, el protestante opta por comer bien, mientras que el catĂłlico prefiere dormir tranquilamente”.
En esto (bueno, y en algunas precisiones algo más tĂ©cnicas), fundamenta el sociĂłlogo alemán su teorĂa sobre la relaciĂłn entre el protestantismo y el progreso de las sociedades capitalistas. En una visiĂłn ciertamente reduccionista, Weber proclamaba el Ă©xito industrial de sociedades como la británica, la alemana o la suiza al carácter individualista y emprendedor de sus habitantes, mientras que el catolicismo influĂa, digámoslo de manera poco injuriosa, en un carácter algo más ocioso para el desarrollo industrial.
Puede que Weber obviara que a finales del siglo XVIII, el empuje de la RevoluciĂłn Industrial, primero en el Reino Unido y luego en paĂses del centro y el norte de Europa, fuera el aldabonazo para un surgimiento industrial poderoso. Lastimosamente, en paĂses del arco mediterráneo (verbigracia, España), los vientos de cambio no llegaron y ahĂ Weber puso el dedo en la llaga para decir que el carácter catĂłlico no es tan afĂn al mundo de los negocios.
Sin embargo, las teorĂas del amigo Weber (tomadas como dogma de fe por muchos sociĂłlogos y economistas desde entonces), caen hoy por su propio peso al examinar el increĂble crecimiento econĂłmico de paĂses como China, India o Brasil (sin contar, el desarrollo ya conocido de economĂas tan pujantes como JapĂłn o Corea del Sur). La fenomenologĂa religiosa en su papel de deus ex machina en el escenario financiero, ya no casa hoy como hace un siglo. Los tiempos cambian, las casuĂsticas tambiĂ©n y hoy la usura ha dejado de ser sinĂłnimo de judaĂsmo y el papel de “hormiguita” econĂłmica ha dejado de ser patente de corso de los calvinistas. Quizás los economistas del presente deberĂan reformular las tesis de Weber y plantearse hablar de la Ă©tica del capitalismo basando en un mundo más sincrĂ©tico, más interracial, más intercultural... aunque, perdĂłn... no he caĂdo en que Ă©tica y capitalismo son dos conceptos que quizás no comulguen demasiado bien.
Vaya papelón que nos dejó el alemán...
Si cree usted que los catĂłlicos nunca han sido buenos en el mundo de los negocios, que los calvinistas han sido unos zorros y que los judĂos inventaron la usura, puede que haya leĂdo a Max Weber y su ensayo La Ă©tica protestante y el espĂritu del capitalismo... o no.
El amigo Weber decĂa allá por 1905 (cuando escribiĂł esta obra), que “el catĂłlico es más tranquilo; dotado de menor impulso adquisitivo, prefiere una vida bien asegurada aun a cambio de obtener menores ingresos, a una vida de continuo peligro y exaltaciĂłn, por la eventual exaltaciĂłn de honores y riquezas. Comer bien o dormir tranquilo, dice el refrán; pues bien, en tal caso, el protestante opta por comer bien, mientras que el catĂłlico prefiere dormir tranquilamente”.
En esto (bueno, y en algunas precisiones algo más tĂ©cnicas), fundamenta el sociĂłlogo alemán su teorĂa sobre la relaciĂłn entre el protestantismo y el progreso de las sociedades capitalistas. En una visiĂłn ciertamente reduccionista, Weber proclamaba el Ă©xito industrial de sociedades como la británica, la alemana o la suiza al carácter individualista y emprendedor de sus habitantes, mientras que el catolicismo influĂa, digámoslo de manera poco injuriosa, en un carácter algo más ocioso para el desarrollo industrial.
Puede que Weber obviara que a finales del siglo XVIII, el empuje de la RevoluciĂłn Industrial, primero en el Reino Unido y luego en paĂses del centro y el norte de Europa, fuera el aldabonazo para un surgimiento industrial poderoso. Lastimosamente, en paĂses del arco mediterráneo (verbigracia, España), los vientos de cambio no llegaron y ahĂ Weber puso el dedo en la llaga para decir que el carácter catĂłlico no es tan afĂn al mundo de los negocios.
Sin embargo, las teorĂas del amigo Weber (tomadas como dogma de fe por muchos sociĂłlogos y economistas desde entonces), caen hoy por su propio peso al examinar el increĂble crecimiento econĂłmico de paĂses como China, India o Brasil (sin contar, el desarrollo ya conocido de economĂas tan pujantes como JapĂłn o Corea del Sur). La fenomenologĂa religiosa en su papel de deus ex machina en el escenario financiero, ya no casa hoy como hace un siglo. Los tiempos cambian, las casuĂsticas tambiĂ©n y hoy la usura ha dejado de ser sinĂłnimo de judaĂsmo y el papel de “hormiguita” econĂłmica ha dejado de ser patente de corso de los calvinistas. Quizás los economistas del presente deberĂan reformular las tesis de Weber y plantearse hablar de la Ă©tica del capitalismo basando en un mundo más sincrĂ©tico, más interracial, más intercultural... aunque, perdĂłn... no he caĂdo en que Ă©tica y capitalismo son dos conceptos que quizás no comulguen demasiado bien.
Vaya papelón que nos dejó el alemán...
Eso de que Ă©tica y capitalismo no casan bien es una opiniĂłn ciertamente simplista y manoseada por los anti todo como es el caso de Vd., o al menos asĂ me parece cuando a veces le leo.
ResponderEliminarPor otro lado no se crea Vd. tan versado en tehorĂas como las que expone en su artĂculo, bastante pobre en el sentido de la falta de un desarrollo más amplio de su experiencia por el mundo. No sĂ© si se debe reinterpretar a Weber, yo no soy un experto, pero lo que si me da la impresiĂłn es que ha Vd le falta mucho camino que recorrer para meterse en estas "jonduras" filosĂłficas. ¿Por que la gente con más poso intelectual son precisamente bastante menos pretenciosas que las gente recien desembarcadas en este territorio tan resbaladizo de la intelectualidad?. Dicen qu el tuerto es el rey en el paĂs de los ciegos, sepa Vd. amigo mĂo, que Chiclana ya no es una ciudad tan tuerta?. Siga Vd. aprendiendo, le queda mucho aĂşn.
anda que no es tuerta, ciega y muy ciega gracias a sus ktos
ResponderEliminaryo he leio a march y a ingels y he conocido la momia de lenin e escuchao a rostropobri, y me he tomao un cafe en el bulebar de los sueños rotos e visto como un tal jose arfredo escribia canciones que nunca escuche porque no me entraron ni las entendi, ni se quien coño es ese tal jose arfredo, no me gusto nunca los roling stone soy mas de pink floy, ni tampoco los criden criswater reverirvol ni los modi blues ni crobi estil nanh you,
ResponderEliminarasi que si no son de mi generacion no son mios ni me identifico con ellos. me identidico con todo lo que suena y habla en mis tiempo porque soy de mi tiempo y nadie a tenio jamas la pajorera idea por muy intelectual que halla sio de que er mundo ha sido y sera una porqueria y yo lo se.
y er capitalismo y er comunismo es una sola cosa