HERMANITA POBRE
Miguel Angel Bolaños [colaborador]
Parece que va a pasar la legislatura y nos vamos a quedar con la misma asignatura pendiente de siempre. Desde que vivimos en el actual sistema administrativo parido de nuestra aún joven democracia, los ayuntamientos siguen aparcados en un rinconcito, como si estuvieran castigados en el rincón de pensar. Y en ese rincón hacen cábalas sobre cómo solventar los graves problemas monetarios que arrastran desde hacen años.
Las palabras claves con las que usted se debe quedar son financiaciĂłn municipal. El alfa y el omega de los quebrantos causados por la financiaciĂłn municipal ha sido el boom inmobiliario, el ladrillazo, las pequeñas y/o grandes corruptelas que en algunos casos han sazonado la actuaciĂłn de ciertos munĂcipes (casi siempre en municipios del litoral).
Durante muchos años, las haciendas locales lo fiaron todo al gran maná del ladrillo. Lo que entraba en la caja procedĂa de este sector que se convirtiĂł en estratĂ©gico sin contar con que un simple pinchazo en la burbuja iba a provocar un cataclismo de consecuencias imprevisibles y por el que aĂşn estamos temblando.
La ruina se asomaba a las cuentas municipales, y en estas estamos cuando el Gobierno anuncia que la financiaciĂłn estatal a los consistorios va a ser este año similar a la aportada en 2006. No hay dinero señores. Si los ayuntamientos están “flacos”, no digamos la Hacienda estatal que busca debajo de las piedras balones de oxĂgeno que acompañen el trecho de la salida de la crisis.
Los ayuntamientos españoles soportan una deuda total que ronda los 30.000 millones (casi un cuarto, lo adeuda el de Madrid, sumido en una crisis sin precedente y del que ni siquiera el estoico GallardĂłn sabe cĂłmo salir de ella), y para ello se han puesto en pie de guerra reclamando al Ministerio de Hacienda que abra nuevas vĂas de entrada de cash. Lo paradĂłjico es que esas vĂas quieren hacerse a travĂ©s de mayor endeudamiento, algo que el Gobierno no quiere consentir de ninguna de las maneras. Lo cierto es que parece contraproducente. Las lĂneas de prĂ©stamos organizadas por el ICO tampoco se han abierto y podrĂan ser una soluciĂłn a corto-medio plazo para aliviar las tensiones financieras de las administraciones locales, aunque se corre el peligro de acudir a lo fácil (lĂ©ase, volver a confiar en el ladrillo como modo de hacer que entre fácilmente el dinero en la caja). En estos dĂas tambiĂ©n nos hemos enterado que Hacienda les ha recordado a los consistorios que deben devolver los anticipos que el Gobierno autorizĂł y que son otro dolor de cabeza para muchos ayuntamientos que están con el agua al cuello.
Con este panorama, al Gobierno se le pasa el arroz de la financiaciĂłn municipal. Hace más de un año, la FEMP urgiĂł al ministro Chaves a que empezara a pensar en un plan para socorrer a los consistorios. Ahora sĂ, ahora parece que no. El tema es lo suficientemente grave como para dejarlo arriconado en un cajĂłn del ministerio. La hermanita pobre de la democracia corre el peligro de quedarse con lo puesto. Y la verdad es que ahora mismo sĂłlo le quedan unos pocos andrajos con los que vestirse.
Parece que va a pasar la legislatura y nos vamos a quedar con la misma asignatura pendiente de siempre. Desde que vivimos en el actual sistema administrativo parido de nuestra aún joven democracia, los ayuntamientos siguen aparcados en un rinconcito, como si estuvieran castigados en el rincón de pensar. Y en ese rincón hacen cábalas sobre cómo solventar los graves problemas monetarios que arrastran desde hacen años.
Las palabras claves con las que usted se debe quedar son financiaciĂłn municipal. El alfa y el omega de los quebrantos causados por la financiaciĂłn municipal ha sido el boom inmobiliario, el ladrillazo, las pequeñas y/o grandes corruptelas que en algunos casos han sazonado la actuaciĂłn de ciertos munĂcipes (casi siempre en municipios del litoral).
Durante muchos años, las haciendas locales lo fiaron todo al gran maná del ladrillo. Lo que entraba en la caja procedĂa de este sector que se convirtiĂł en estratĂ©gico sin contar con que un simple pinchazo en la burbuja iba a provocar un cataclismo de consecuencias imprevisibles y por el que aĂşn estamos temblando.
La ruina se asomaba a las cuentas municipales, y en estas estamos cuando el Gobierno anuncia que la financiaciĂłn estatal a los consistorios va a ser este año similar a la aportada en 2006. No hay dinero señores. Si los ayuntamientos están “flacos”, no digamos la Hacienda estatal que busca debajo de las piedras balones de oxĂgeno que acompañen el trecho de la salida de la crisis.
Los ayuntamientos españoles soportan una deuda total que ronda los 30.000 millones (casi un cuarto, lo adeuda el de Madrid, sumido en una crisis sin precedente y del que ni siquiera el estoico GallardĂłn sabe cĂłmo salir de ella), y para ello se han puesto en pie de guerra reclamando al Ministerio de Hacienda que abra nuevas vĂas de entrada de cash. Lo paradĂłjico es que esas vĂas quieren hacerse a travĂ©s de mayor endeudamiento, algo que el Gobierno no quiere consentir de ninguna de las maneras. Lo cierto es que parece contraproducente. Las lĂneas de prĂ©stamos organizadas por el ICO tampoco se han abierto y podrĂan ser una soluciĂłn a corto-medio plazo para aliviar las tensiones financieras de las administraciones locales, aunque se corre el peligro de acudir a lo fácil (lĂ©ase, volver a confiar en el ladrillo como modo de hacer que entre fácilmente el dinero en la caja). En estos dĂas tambiĂ©n nos hemos enterado que Hacienda les ha recordado a los consistorios que deben devolver los anticipos que el Gobierno autorizĂł y que son otro dolor de cabeza para muchos ayuntamientos que están con el agua al cuello.
Con este panorama, al Gobierno se le pasa el arroz de la financiaciĂłn municipal. Hace más de un año, la FEMP urgiĂł al ministro Chaves a que empezara a pensar en un plan para socorrer a los consistorios. Ahora sĂ, ahora parece que no. El tema es lo suficientemente grave como para dejarlo arriconado en un cajĂłn del ministerio. La hermanita pobre de la democracia corre el peligro de quedarse con lo puesto. Y la verdad es que ahora mismo sĂłlo le quedan unos pocos andrajos con los que vestirse.
los intelectuales tiene q ser la avanzadilla y no estar a la retaguerdia, que dejas para la vejez? estamos hartos de topicazos y de gente q anda al rebufo de los lastres y las cagarrutas ...santiago seguro q sabe a q me refiero y bsabra encontrar las palabras oportunas
ResponderEliminares q no tienes idea de lo qhablas, q hermanita pobre , anda q...la financiacion muncipal se llama suelo, y han hecho lo q les ha dado la gana, anda hazle una entrevista al depositario si hay uno en este ayuntamiento, al secretario y al interventor a ver si te informas un poco.Y deesde ñuego la competencia del suelo no la debian tener los auntamientos desde hace 20 años, q ya se sabialo q iba a pasar.Otra cosa los alcaldes con tu democracia esa, pasaron de cobrar 25.000pts a cobrar lo q les daba a ellos la gana, pregunta pregunta como se fueron subiendo los socialistas los sueldods hasta llegar a los 70.000
ResponderEliminarSra. AELITA viva usted en su ciber-mundo... que a veces se sale de el.
ResponderEliminarBueno, seamos sensatos. Ultimamente y gracias a su participaciĂłn en este medio, se le esta subiendo el EGO.
Espero rectifique y vuelva a sus anteriores ideas.
al 3,mi ego no tiene q ver con la revista, pero es verdad qq acabo de leer mis comentarios y si he ofendido a alguien los retiro, pienso lo q he escrito, pero es cierto que murio mi madre justo cuando... y no me encuentro bien todos los momentos del dia, lo siento. No es cierto q viva en ningun ciber nada, te aseguro que no y pido perdon por la forma de expresar mis opiniones si te he molestado, no son formas, es cierto
ResponderEliminarar 3
ResponderEliminarcibermundo que te paje a ti.
tu si que no a salio atovia de los mundo de yupi