“Los desheredados de la vida”, la crisis como protagonista en el nuevo montaje de “Morraya Teatro”

Los desahucios, las preferentes, la corrupción política y la Justicia tratados de forma muy crítica en la obra de Tomás Gutier.-

El pasado sábado “Morraya Teatro” estrenó en el “Moderno” su segunda obra, “Los desheredados de la vida”, de Tomás Gutier, autor también de la primera, “Historia de un romántico”, sobre Antonio García Gutiérrez. La crisis está presente en este montaje, dirigido por Esperanza Macías, con la coordinación de Inma Guerrero.

“San Nepomuceno de la mucha jambre” es el comedor social donde se encuentran cada día un marroquí, un constructor arruinado y una monja que es la que se encarga de atender a los que acuden a este lugar en busca de un plato de comida.

El primero, Mohamed, interpretado por Antonio Meléndez, tuvo que jugarse la vida en el Estrecho para llegar a lo que él creía el paraíso, aunque tras mucho esfuerzo y trabajo perdió todo lo que tenía con las preferentes, que un avispado banquero le supo birlar con prometedoras palabras de ganar mucho en poco tiempo, quedándose sin nada y teniendo que mendigar un plato de comida.

El segundo, Juan, encarnado por Paco López, tuvo unos años felices con el boom de la construcción, aunque nunca llegó a enriquecerse porque se ganó la vida honradamente, creando una pequeña empresa. La llegada de la crisis le hizo perderlo todo, empresa, casa, esposa e hijos. El comedor social es donde puede llevarse un plato caliente al estómago cada día.

CRÍTICAS A LOS BANCOS, LA JUSTICIA Y A LA CORRUPCIÓN POLÍTICA

La tercera en discordia es la monja que regenta el comedor, Sor María (Esperanza Macías), rebelde ante la situación que se vive en el país, y que tiene que bregar con los que acuden cada día a ese lugar. Todo discurre con normalidad hasta que aparece un policía homófobo y tintes fascistas que lo revoluciona todo, interpretado por Juan Carlos Morales.

A partir de ese momento nada será igual y los desheredados de la vida, como los califica el policía, dan un paso al frente y se enfrentan a una forma de pensar arcaica ayudándose entre ellos ante las malas intenciones del agente de la ley.

En esta obra Tomás Gutier refleja el momento que vivimos y hace una dura crítica a las actuaciones de los bancos con los que no pueden pagar sus hipotecas al haber perdido su trabajo, siendo uno de los protagonistas un afectado por estas prácticas.

También se habla de las preferentes y los graves perjuicios creados a miles de personas, especialmente jubilados. No falta tampoco la crítica a la corrupción política que padecemos, con nuevos casos que van apareciendo cada día (Gurtel, EREs, tarjetas opacas, etc.), ni a la Justicia, casi siempre al lado del poderoso.

SÍ SE PUEDE

Pero estos graves problemas también son tomados con humor por estas personas que lo han perdido todo y que tienen que sobrellevarlo de la mejor manera posible. En “Los desheredados de la vida” no todo es como parece y quien aparentemente es el más desafortunado, termina siendo el que abogue por salir a la calle a rebelarse contra todos los que nos están llevando a esta ruina.

Críticas sin paliativos por la situación que vivimos, que fue recibida por el numeroso público que se dio cita en el “Teatro Moderno” con muchos aplausos en varios momentos de la representación y al final de la misma.
Tampoco faltaron las risas durante la puesta en escena, porque a pesar de lo mal que están las cosas, siempre hay un halo de esperanza para volver a sacar la cabeza y recuperar todo o parte de lo perdido, especialmente la dignidad.

Como dice el constructor arruinado, lema también de los afectados por las hipotecas, sí se puede, por lo que animan a luchar contra esas injusticias, ya que de esta forma se conseguirá cambiar los hábitos de los que nos aprietan el cuello con sus decisiones.