Desidia municipal
Francisco
M. Navas [colaboraciones].-
No resulta
ninguna novedad la existencia de un continuo y persistente vandalismo en las
ciudades. Parece como si en ellas unos pocos quisieran hacerse notar de manera
especial, destrozando lo pĂşblico sin que con ello obtengan beneficio alguno,
eso sĂ, provocando la indignaciĂłn del resto del vecindario.
Pero
gobernar una ciudad consiste tanto en resolver los asuntos cotidianos como en
subsanar cuantos problemas surjan en el dĂa a dĂa porque, de lo contrario, la
ciudad acaba convirtiéndose en una selva, en un territorio devastado por ese
gamberrismo urbano que arremete contra todo impunemente. Y para ello se
requiere una continua labor de policĂa, esto es, de vigilancia de lo pĂşblico
para poder dar parte de cuantos desperfectos se observen, a fin de subsanarlos
a la mayor brevedad posible.
No
hablamos de acontecimientos esporádicos que, por su gravedad, deben ser
atajados de inmediato, como incendios, inundaciones o accidentes de tráfico.
Curiosamente cuando estos sucesos se producen, nadie repara en gastos, todos
los servicios pĂşblicos se movilizan y se buscan soluciones puntuales pero con
proyecciĂłn de futuro, a fin de que, en la medida de lo posible, no vuelvan a
producirse en un corto plazo de tiempo.
Hablamos
de baches, de señales de tráfico, de rótulos en la cabecera de las calles, de
bombillas fundidas, de aceras por las que peligra nuestra integridad fĂsica al
caminar o de inexistentes aceras que nos abocan a ser atropellados al menor
despiste de un conductor distraĂdo.
OFENSA
PERSONAL AL CONCEJAL SI PROTESTAS
No sé
cuántas personas figuran en la plantilla municipal de PolicĂa Local. Lo que sĂ
sé es que se pueden contar con la mitad de los dedos de una mano las veces que
patrullan por algunos barrios de Chiclana. Tampoco sé la plantilla del personal
de calle que figura con la que cuenta el Ayuntamiento o sus empresas
municipales.
De lo que
estoy seguro es que no existe ningĂşn protocolo, ningĂşn formulario que permita a
estos funcionarios que patean a diario nuestras calles, denunciar cuantos
desperfectos observen, a fin de que sean corregidos a la mayor brevedad
posible.
Resulta
evidente que tampoco existe una fluidez comunicativa entre los representantes
vecinales y los polĂticos gestores de las diversas áreas de actuaciĂłn
municipal, salvando honrosas excepciones. Si se pide una cita a un concejal
ante la apariciĂłn de un problema puntual, o para tratar una deficiencia
endémica, especialmente en el extrarradio chiclanero, nuestros ediles suelen
interpretarlo las más de las veces como una ofensa personal, como un continuo
rosario de peticiones absurdas de pedigüeños de medio pelo que, según su
opiniĂłn, no tienen derecho a nada.
Parece
razonable que, si no existe esa labor de vigilancia y de denuncia por parte del
Ayuntamiento y de sus funcionarios, y es el vecindario el que observa algĂşn
desperfecto y solicita los arreglos pertinentes, al menos se le atienda con
respeto y con la voluntad de encontrar soluciones. No puede ser que pasen meses
para conseguir una cita con el concejal o la concejala de turno, y que ello
suponga que ciertos desperfectos de poca importancia acaben convirtiéndose en
otros mayores y difĂciles de subsanar.
RECIBIR A
LOS VECINOS
No es lo mismo arreglar un cristal de una parada de autobús que tener que sustituir la parada entera por haber sido destrozada poco a poco. No es lo mismo reparar un bache que asfaltar todo un tramo de carretera. Ni es lo mismo sustituir un cartel de señalización de la cabecera de una calle o de un carril, que tener que lamentar desgracias personales porque bomberos o ambulancias no sepan en un momento dado, dónde deben apagar un fuego o recoger a una persona enferma.
No es lo mismo arreglar un cristal de una parada de autobús que tener que sustituir la parada entera por haber sido destrozada poco a poco. No es lo mismo reparar un bache que asfaltar todo un tramo de carretera. Ni es lo mismo sustituir un cartel de señalización de la cabecera de una calle o de un carril, que tener que lamentar desgracias personales porque bomberos o ambulancias no sepan en un momento dado, dónde deben apagar un fuego o recoger a una persona enferma.
Detrás de
todas estas deficiencias están personas con nombres y apellidos, que sufren a
diario la desidia municipal. Las fotos que adjuntamos en este artĂculo son sĂłlo
un botĂłn de muestra de lo que decimos. Resulta indignante que un ayuntamiento
con más de cien millones de euros de presupuesto anual, no destine algunos
miles de euros a subsanar estos desperfectos que señalamos.
Y si no
quieren o no pueden arreglarlos, porque hay que ahorrar para que en verano nos
canten y nos bailen en Sancti Petri, que por lo menos se reciba a los
representantes legales de los vecinos y se les diga en su cara que, a ellos, ni
agua. AsĂ nos evitaremos el sonrojo de tener que denunciar la incompetencia de
nuestros gobernantes por escrito.
En la
antigua China, se pagaba a los médicos mientras se estaba sano. Al enfermar, se
dejaba de pagarles, porque su obligaciĂłn era mantener a la poblaciĂłn libre de
enfermedades. Tal vez deberĂamos ir pensando un sistema parecido para nuestros
gobernantes. Seguro que más de uno, por su manifiesta ineficacia, acabarĂa
cayendo en la indigencia y tendrĂa que abandonar la polĂtica para siempre.
Que no me entere yo que hay ni un solo chiclanero sin disfrutar de lo votado
ResponderEliminarPues a santana lo an dejado aparcamiento estan los santaneros con el peligroso mas contento que un cascabel y eso fue ayer y hoy ya los municipales dando vueltas con la grúa cuando hace año que no se ve un municipal por santana me parece desde que estaba la piscina del poli cuando saltábamos para bañarno era cuando venia por santana
ResponderEliminarEn el Novo y poco mas soterran los contenedores.. en los demás barrios de Chiclana no nos merecemos no tener que aguantar el pasar por las aceras tapandonos la nariz o procurando no rozarnos con esos "decorativos" contenedores al aire libre? Pagamos los mismos impuestos, o no?
ResponderEliminarEn las jardineras del centro y en la fuente frente al ayuntamiento cambian las plantas cada dos por tres. Las ponen de esas dĂ©biles, de temporada...Todo un chollo para la empresa encargada de suministrarles. Pero que ocurre con las jardineras sobre el puente conocido como "el portaaviones? Pusieron jardineras con sistema de goteo que ya hace unos años solo tienen rastrojos!. Y ahora se llevan las jardineras grandes de madera (A quien se le ocurre que una maceta sea de madera!?). Es que la Banda solo existe para que nos hayan vuelto loca su circulaciĂłn a causa del tranvĂa? Está Panzacola hasta el marquesado con los mismos carriles en los que corrĂamos de niños. Tiene narices que asfalten veinte veces la misma calle o carretera y cero veces otras.
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