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Tertulianos y juristas


Francisco M. Navas [colaboraciones]

A tan sĂłlo pocos dĂ­as de la toma de posesiĂłn del nuevo gobierno de España, ya tenemos sobre la mesa un montĂłn de asuntos polĂ©micos con los que nutrir las numerosĂ­simas tertulias en las que personas que, al parecer, sĂłlo se dedican a eso, opinan de todo y sobre todo, con una suficiencia a veces que da hasta vergĂĽenza, y que me recuerdan aquel dicho que se atribuĂ­a al maestro Liendre, “que de todo sabe, pero nada entiende”.

Da igual que los medios de comunicación pongan a debate tal o cual asunto, allí están los tertulianos para defender ferozmente sus posturas y, de una u otra manera, arrimar el ascua a su sardina, esto es, a la ideología que defienden.

Pero no dialogan, porque no saben; no escuchan, pero pretenden que se les escuche; no responden al contrincante, sino que sueltan sus respectivas peroratas aprendidas de memoria; se interrumpen unos a otros, se mofan de lo que el contrincante defiende y, a menudo, se insultan y se ridiculizan, como si la falta de argumentos fiables de los que a menudo carecen, permitiese todo tipo de marrullerías dialécticas, a fin de salir airosos en la defensa de sus respectivas posturas.

Y mientras los presentadores y locutores que dirigen estos debates interminables en sus respectivos medios de comunicaciĂłn se afanan en buscar asuntos polĂ©micos de actualidad con los que cebar a la audiencia de estas tertulias infinitas, la gente de la calle se pregunta, y no sin razĂłn: ¿Y de lo mĂ­o, quĂ©? Los problemas cotidianos no interesan a nadie.

TERTULIANOS

Volviendo al inicio, el revuelo mediático levantado por el llamado pin parental, ha supuesto un verdadero punto de inflexión en lo que a discusión pública se refiere, acaparando por igual el interés de todos los medios audiovisuales.

Y claro, como tertulianos de honor, nuestra clase política, cuya calidad humana y su prestigio profesional y personal se ha ido degradando de una manera alarmante, opinan sacando pecho sobre el asunto, afirmando verdaderas barbaridades y desdiciéndose simultáneamente de otras barbaridades defendidas con anterioridad con el mismo ímpetu y, por qué no decirlo, con la misma poca vergüenza.

 
HabrĂ­a que aprobar una ley por la que se impidiese el voto a tuercebotas, a mentirosos, a corruptos, y a cualquier otra clase de personas de las que quedase fehacientemente demostrada su falta de Ă©tica personal. Les aseguro que el panorama polĂ­tico se aclararĂ­a enormemente y, sobre todo, se dignificarĂ­a.

Y verán que no pongo nombres, porque opino que la mayoría de nuestra clase política no es digna de representar al pueblo español, no a los míos ni a los tuyos, repito, al pueblo español en su conjunto. A pesar de que se deben a él desde el momento en que han sido nombrados como cargos públicos. Y desde luego, menos aún merecen el sueldo que cobran y los privilegios de los que gozan.

PIN PARENTAL

Pues bien, con eso del pin parental, que no es otra cosa que un burdo pero soterrado ataque a la escuela pública, se pretende que el alumnado tenga que mostrar una y otra vez la autorización de sus padres para realizar tal o cual actividad complementaria, incluso después de haber sido aprobada por el Consejo Escolar de Centro. Vamos, lo que en tiempos del dictador Franco se conocía como censura previa. Y todo ello cuando ni existe alarma social alguna, ni innumerables denuncias de adoctrinamiento, ni malestar en la comunidad educativa por los currículos.

Y yo me pregunto: ¿Puede un padre o una madre negar la asistencia de su hijo a una charla sobre cambio climático, porque Ă©l o ella sigan creyendo que todo es una mentira orquestada, como no, por los comunistas de mierda? ¿Pueden unos padres impedir que su hija asista a una conferencia sobre mĂ©todos anticonceptivos y transmisiĂłn de enfermedades sexuales porque Ă©l y ella creen que las mujeres deben casarse como Dios manda y quedarse preñadas cuantas veces quiera Dios?

¿Puede un matrimonio negarse a que sus hijos asistan a un taller sobre las diferentes formas de relaciones afectivas o sexuales porque ellos consideran que gays, lesbianas, homosexuales, transexuales, bisexuales e intersexuales son un conjunto de pervertidos tarados a los que habrĂ­a que reeducar, aunque las leyes los reconozcan y los amparen?

 
¿Pueden esos mismos padres hablar de adoctrinamiento pernicioso en las escuelas pĂşblicas, del que no existen denuncias, cuando conocen de primera mano el adoctrinamiento religioso al que se somete sistemáticamente al alumnado de los colegios religiosos privados concertados, y los casos de pederastia con los que a veces se ven salpicados?

EDUCACIĂ“N DE CALIDAD

La escuela pública representa la garantía de que nuestros hijos tomen contacto con la realidad que les rodea, se relacionen con personas de todo tipo y reciban una educación de calidad, basada en la igualdad, en la diversidad y el respeto a los demás. Y cualquiera con un mínimo de honradez y de sentido común debería defenderla como un valor inestimable y necesario.

Decía Javier Pérez Royo, catedrático de Derecho Constitucional en la Universidad de Sevilla, que resulta muy fácil detener la implantación de esa aberración educativa conocida como pin parental.

Y a diferencia de los tertulianos, demostrando que Ă©l sĂ­ sabĂ­a de lo que se hablaba, se referĂ­a al artĂ­culo 161, punto 2, de la ConstituciĂłn Española, que reza literalmente asĂ­: “El Gobierno podrá impugnar ante el Tribunal Constitucional las disposiciones y resoluciones adoptadas por los Ăłrganos de las Comunidades AutĂłnomas. La impugnaciĂłn producirá la suspensiĂłn de la disposiciĂłn o resoluciĂłn recurrida, pero el Tribunal, en su caso, deberá ratificarla o levantarla en un plazo no superior a cinco meses”. Alto y claro.

Esa es la diferencia entre un jurista de prestigio y la plĂ©yade de tertulianos que a diario nos bombardean con idioteces. Ah, y como guinda, afirmĂł, ratificándose más tarde en lo dicho, que Pablo Casado es un analfabeto en Derecho. Y las razones que adujo sobre la obtenciĂłn de su tĂ­tulo universitario no dejaban lugar a dudas. AhĂ­ queda eso.    

 

 

 

 

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