La contaminación del aire urbano en Andalucía cae un promedio del 61% en la segunda quincena de marzo
Ecologistas en Acción ha llevado a cabo un informe por todo el país, Efectos
de la crisis de la COVID-19 sobre la calidad del aire urbano en España, en el que analiza los datos
oficiales de dióxido de nitrógeno (NO2) recogidos en 125 estaciones de medición
repartidas entre las 24 principales ciudades del país durante los meses de
marzo de 2020 y de los seis años anteriores, en el que refleja que la
contaminación del aire urbano ha caído un 61% en Andalucía.
El estudio
presenta una foto fija de la calidad del aire urbano en el último mes, antes y
después de la declaración del estado de alarma y las medidas de confinamiento.
Esta entidad medioambiental se solidariza con las personas que están padeciendo
la pandemia y sus consecuencias, así como con los servicios públicos esenciales
que están enfrentando la emergencia sanitaria y social.
Entre sus
principales conclusiones, destacan que desde la declaración del estado de
alarma el pasado 14 de marzo, se ha producido una reducción drástica de los
niveles de contaminación atmosférica por dióxido de nitrógeno (NO2) en las
principales ciudades españolas, que se ha cuantificado en un 55% de los niveles
de contaminación habituales en estas fechas durante la última década.
La mejora de la calidad del aire está siendo general, tanto en los centros de las ciudades como en las periferias urbanas, al igual que son generales las medidas de limitación de la circulación adoptadas. Si bien persiste una cierta diferencia entre la contaminación registrada, mayor en las estaciones orientadas al tráfico que en las de fondo urbano.
LOS MÁS BAJOS DE LA ÚLTIMA DÉCADA
Los
niveles de NO2 registrados durante el estado de alarma son los más bajos para
la segunda quincena del mes de marzo de la última década, en todas las ciudades
analizadas. Se mantienen muy por debajo del valor límite y la guía anual de la
OMS, cuando dicho umbral se supera frecuentemente en el mes de marzo.
Territorialmente,
se aprecia una menor reducción de la contaminación en las ciudades de la
cornisa cantábrica, debida, quizás, a factores meteorológicos no identificados.
En cambio, las ciudades del litoral mediterráneo son las que más han rebajado
los niveles de NO2, hasta concentraciones en ocasiones propias de estaciones
rurales de fondo.
Las
precipitaciones y la inestabilidad atmosférica predominantes durante el mes de
marzo también han contribuido de manera importante a mejorar la calidad general
del aire, salvo los días que hubo intrusión de polvo sahariano en Andalucía,
que hizo aumentar el nivel de partículas en suspensión.
El dióxido
de nitrógeno (NO2) es el contaminante típico emitido por los tubos de escape de
los automóviles (además de por las calderas industriales y domésticas), por lo
que su evolución está directamente ligada a las emisiones del tráfico
motorizado, siendo ésta su principal fuente en las ciudades y el principal
factor que influye en la calidad del aire urbano.

REDUCCIÓN
DRÁSTICA DE LA CONTAMINACIÓN
El NO2
provoca cada año en España alrededor de 7.000 muertes prematuras, según el
Instituto de Salud Carlos III y la
Agencia Europea de Medio Ambiente. Es un gas irritante que agrava las
enfermedades respiratorias y merma la resistencia a las infecciones, por lo que
su drástica reducción es una buena noticia, en el contexto de emergencia
sanitaria actual.
Aunque no
son objeto del informe, las partículas en suspensión (PM10 y PM2,5) y el ozono
también han disminuido de forma notable en la segunda quincena de marzo. La
drástica reducción de las emisiones de óxidos de nitrógeno (NOx), principal
contaminante precursor del ozono, puede haber contribuido a esta circunstancia,
junto al tiempo inestable y lluvioso.
La crisis
del COVID-19 demuestra que la reducción estructural del tráfico motorizado y
los cambios en las pautas de movilidad, son la mejor herramienta para rebajar
la contaminación del aire en las ciudades, aún teniendo en cuenta la
excepcionalidad de la situación extrema que estamos viviendo.
Desde la
declaración del estado de alarma el pasado 14 de marzo, se ha producido una
reducción drástica de los niveles de contaminación atmosférica por dióxido de
nitrógeno (NO2) en toda Andalucía, principalmente, en las ciudades de Córdoba
(64%), Granada (64%), Málaga (53)%), Sevilla (56%) y en la Bahía de Cádiz
(67%). La reducción se ha cuantificado en un promedio del 61% de los niveles de
contaminación habituales en estas fechas, durante los últimos seis años.
EVALUACIÓN
DE LA JUNTA
En el
mismo informe de la Consejería se reconoce que, aunque las partículas en
suspensión sí son un buen indicador de la influencia del tráfico en la calidad
del aire, al haber coincidido con un periodo de intrusión de polvo procedente
de los desiertos africanos, la popular calima, no se pueden utilizar los
niveles de PM10 para hacer una evaluación de los cambios experimentados por la
reducción del tráfico durante la primera semana de estado de alarma.
En
definitiva, esta dramática situación creada por el coronavirus viene a
corroborar algo en lo que viene insistiendo Ecologistas
en Acción y toda la comunidad científica: que la reducción del tráfico
motorizado en las ciudades tiene claros efectos en la disminución de la
contaminación, que a su vez supone una importante mejora de la salud pública.
Una vez
salgamos de esta dura crisis, del confinamiento y las limitaciones a la
circulación de las personas, esta constatación debería marcar las políticas de
movilidad urbana, implantando zonas de bajas
emisiones ambiciosas, recuperando el transporte público y potenciando la
bicicleta y el tránsito peatonal, como medios de transporte alternativos al
vehículo privado.
Pon tu comentario