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La Chiclana que necesitamos. El sentido perdido de lo que fue nuestro pueblo (II)

Intervenir en el cauce del río y replantear la zona de la Alameda del Río son algunas medidas para que nuestra ciudad recobre su identidad.-

El mes pasado Juan J. Rodríguez Ballesteros hablaba de la necesidad de un plan urbanístico con unas zonas especiales inundables a desurbanizar a la larga, realojar a esas personas y llevarlas hacía zonas más altas. Diseñar el urbanismo adaptándonos a un río que puede bajar embravecido como sucedió en octubre de 1965. Este mes ahonda con más actuaciones necesarias para luchar contra las inundaciones en Chiclana.  http://puentechico1.blogspot.com/2025/02/la-chiclana-que-necesitamos-el-sentido.html

La Huerta de la Plata regaba su vergel con una pequeña fuente monumental hoy ya olvidada, pero cantada por el poeta Arriaza en honor a Frasquita Larrea. Frasquita no era tonta, salía por detrás de su casa al río viendo el torreón del Castillo ya ruinoso, romántico, con rapaces, lechuzas, con un cementerio en lo alto, cuando aún el cerro estaba cubierto de lentiscos y acebuches.

Bajo ese encuadre paisajístico, que hay que ir recuperando, vivían los que venían de Cádiz o América con dinero y alta alcurnia burguesa, a pasar sus temporadas. Así fue que construyeron las desaparecidas Cinco Casas; una joya neoclásica cuya esquina es digna de reproducirse ya mismo, allí mismo. ¿No existe para los políticos y arquitectos de hoy el verbo reconstruir?

INTERVENIR TODO EL CAUCE DEL RÍO

En todo el cauce del río hay que intervenir, pero ese sitio es la clave de bóveda de Chiclana. No debiera ser atravesado por un tranvía, lo profana. Ni necesita la plaza sobre el río pues no se ha de cubrir más vergüenza que la han originado las administraciones responsables de la degradación del sitio que le daba sentido a Chiclana.

También habría que quitar por el lado de La Banda, desde el Puente Chico, toda la manzana que ahora acaba en la parada de los autobuses, incluyendo los Pisos de los Maestros, que en tan mal estado están. Al desaparecer todas las casas pegadas al río, esté y nosotros lo agradeceremos en caso de riada. El Centro de Especialidades, los institutos y la barriada de pisos que se construyó en la Longuera, quedan como un pegote que tendrá que resolverse con el tiempo y el “vuelva usted mañana”.

REPLANTEARSE LA ZONA DE LA ALAMEDA

El inicio de la Alameda debe repensarse, los juegos de los niños estarían más seguros al otro lado de ella, junto al Tablao, pero le han puesto grandes escalones bajos. Sobran quicios del aparcamiento, que habría que cambiar por buenas barandas forjadas; quitar el pequeño edificio municipal y, desde luego, los rótulos, azulejos, pinturas y cartelería.

Hay que engrandecer ese lugar porque es el punto de encuentro de Chiclana, hay que darle caché y elegancia. El hormigón habría que cubrirlo con algo fresco, que recuerde a la Fuente de las Galeras de El Puerto de Sta. María, ¡agua que anuncie un vergel! No sería sino, trasladar allí lo que fue la fuente de la calle de la Fuente que estuvo muchos años en la plaza de España.

De momento, que nada de lo que se ve de la horrible plaza sobre el Iro se vea. Nada de cristal sino balaustrada o baranda de hierro; piedra ostionera o semejante. Traer las piedras que aún quedan del Puente Grande en Chiclana y se usen para ornamentar el sitio y no quede hormigón a la vista. Poco a poco se llega lejos.

EXPERIENCIA ROMÁNTICA

Frasquita Larrea unía en un solo cuadro la visión del Castillo y el cementerio postrado como un pañuelo a sus pies. Chiclana no debe olvidar ese lugar ni los poemas a los cementerios que anunciaron el romanticismo, como lo hizo en Las Noches Lúgubres el gaditano José Cadalso, que muy bien conocía Chiclana -venía a sacarle dinero a su tío de joven- o los poetas ingleses como Thomas Gray. Lo gótico, lo oscuro, lo barroco, Sturm und Drang: nuestro Truenos y rayos.

Tormentas y aves nocturnas, conformaban la escena perfecta para hacer volar la imaginación, la sublime experiencia romántica. Así vieron ellos a Chiclana. Un cementerio no era sino una prolongación de otro lugar sagrado, de un templo o iglesia. Un siglo después de Frasquita, se siguió usando y encalando. Allí se enterró El Paquiro. Para un romántico el templo no era ya la iglesia sino el propio cementerio, el lugar donde reposaban los tiempos y los sueños de toda La Banda y El Lugar.

TORRE PARA EXTRATERRESTRES

El cerro anda pelado, plastiqueado, ahora con una torre para extraterrestres perdidos en el espacio. ¿Qué hay que ver allí? Se ha perdido todo el recato y el sentido de la sacralidad. A ese cerro, hecho de arena de fregar, deben serle consolidadas las paredes, con terraplenes de piedra ostionera u otra de su color, como en Tánger, dejar que crezcan los lentiscos y los acebuches y, abajo, plantados al pie del cortado una fila semicircular de cipreses piramidales, de cementerio, de jardín, que vayan creciendo.

Cubriendo la vista del corte del cerro a cierta distancia, en todo el perímetro de la cantera, detrás de ellos un pasillo y un largo y curvo arriate con jazmines, madreselvas, damas de noche. ¡Jardines, verde por allí, en vez de aparcamientos y parterres al estilo de Miami! Hasta hacer llegar el verde de la bandera de Andalucía a toda la Huerta de la Plata y, enfrente, esa gran noria en la Fuente del Ejío, con sus dos álamos.

Tras todo eso la Alameda del Río, terminando en El Jardín que era un cachito de la Alameda de Apodaca de Cádiz traído a Chiclana. ¿No hay valor para rehacerlo siguiendo el molde gaditano? ¿Todo tiene que ser de nuevo diseño? Sobran también los ladrillos vista tipo Bailen, rojos, que nada tienen que ver con nuestra encalada identidad.

RECONOCIMIENTO AL MAGISTRAL CABRERA

Cuánto hubiera ganado la Plaza Mayor si en lugar de ese edificio ataúd, hubieran reproducido las fachadas de la Casa del Obispo, del mismo Club Pepe Gallardo, de la casa con arcos superiores de la antigua Plaza Mayor, de tantas otras casas valiosas destruidas con desprecio hacia nuestro patrimonio y permiso del ayuntamiento o haciéndolo él mismo.

Por cierto, saquen a Paquiro de detrás de la fuente de los leones y que mejor sitio que su plaza del Santo Cristo, en alto pedestal, junto a su ex-bodega, mirando hacia su ex-casa. La estatua del Magistral Cabrera estaba en el centro de la plaza de Andalucía, era de hecho como la rotonda de La Parada. Antonio Cabrera, chiclanero, fue un gran sabio ilustrado, botánico, ictiólogo, que le gustaba el vino, viviendo al máximo la revolución romántica gaditana y aquí en Chiclana no tiene ni calle, ni una rotondita.

QUE CHICLANA RECOBRE SU IDENTIDAD

Considero que Chiclana debe hacer ni la decima parte de lo que hizo Madrid con su scalextric tipo japonés de Atocha. Si en Madrid lo tiraron para preservar su identidad ¿porqué en Chiclana no se hace y asistimos a su degradación; a su urbanicidio? Se trata de la invisibilización total de la encrucijada original de Chiclana, desde que fue ocupada por los humanos hace mucho más de 3000 años, el doble, y pervivió intacta hasta que, tras la riá de 1965, tiraron el puente Grande o de Isabel II; de piedra rubia.

Lo tiraron e hicieron uno nuevo de los Remedios -a mala leche urbanística-, de hormigón, cruzándole la cara, como un mal navajazo en el rostro, a ese punto central de Chiclana. Se cargaron de una vez la antes rectangular plaza hoy de Andalucía, con la Escalereta, el más importante lugar de socialización de la Banda y sus viajeros y la Huerta de la Plata, el vergel con sus Cinco Casas de estilo gaditano del s. XVIII, al gusto y con el visto bueno de Benjumeda. Y no es este el último acto urbanicida, la lista es larga e implica, por desgracia, al Ayuntamiento.

Pero todo es posible si queremos que Chiclana recobre su identidad y vuelva a recuperar ese sitio de reunión, de agua y corazón verde, que nos vuelva congregar como el río que antes nos unió y ahora nos separa, uniéndonos, dotándolo de un gran corredor verde, resiliente ante riadas y amable con su vecindad.

JUAN J. RODRÍGUEZ BALLESTEROS

 

8 comentarios:

  1. La persona que escribe este artículo podría trabajar como asesor del ayuntamiento en la concejalía de Obras, Urbanismo o incluso Turismo y no todos los mamandurrias vividores que el alcalde tiene contratados como asesores.
    Muchas gracias por este artículo tan brillante.

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  2. A Roman no le interesa la gente inteligente porque le hace sombra. Lo que quiere son borreguitos que agachen la cabeza a su paso y le alaben. Pelotas, vaya. De esos tiene un montón.

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    1. Cómo en todos los partidos. En el tuyo tampoco se libran de lo mismo.

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    2. Yo no sé si en todos los partidos de Chiclana pero el nivel intelectual de Román y sus concejales es muy bajo, no hay más que pasear por las calles, mirar las aceras cuando las hay o mirar las plazas de la ciudad, urbanimo cero.

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  3. Solo nos queda aguantar estos destrozadores y Arranca pinos será porque como no sabe nada de nada todo lo que ase es una chorrada pero no el sino todo su equipos y gracia ti JUAN J. RODIGUEZ BALLESTEROS GRACIA POE ESTOS ESCRITO QUE NOS INFORMAS

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  4. Gracias Juan ¿Se podrá alcanzar algún día ese sueño? Yo de momento solo puedo decir
    ¡Viva la utopía!

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    1. Que la cosa no va de sueños, que es una pesadilla que le ha caío a Chiclana en lo arto, muy peligrosa y destructiva!!

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    2. Efectivamente este artículo no es un sueño, es algo realizable, con buena voluntad por parte de los que tienen el poder, y los que estábamos de espectadores tendríamos que haber alzado la voz para impedir, que algo como lo que ha sucedido no se llevara a cabo. Y dar las gracias a los que son capaces de denunciar tantísimas atrocidades urbanísticas, aunque algunos puedan creer que es utópico

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