Administración
Francisco M. Navas [colaboraciones].-
Cuentan sus allegados que el profesor Tierno Galván repetía con frecuencia: “Si la gente deja de creer en las instituciones, detrás vendrá el caos”. Como buen filósofo, no iba nada descaminado. Y no podemos decir de él que fuese una persona anclada en el pasado: antes bien al contrario, sus bandos como alcalde de Madrid fueron el paradigma del hombre ilustrado, socarrón, maliciosamente bueno, al que todos los madrileños, sin distinción de ideologías, admiraron y quisieron hasta la hora de su muerte.
Y no iba muy descaminado el “viejo profesor”. Si hay algo que provoca auténtica desazón en los tiempos en que vivimos es, precisamente, la absoluta desprotección a la que nos tienen sometidos las instituciones que se solapan y se complementan en la administración y gobierno de España.
Basta con asomarnos a la calle para hacernos una idea del deficiente estado de nuestra administración pública. Aunque, cuidado, no se confundan, no seré yo quien proponga un modelo de administración privada, porque ahí sí que nos daríamos de bruces con la corrupción pura y dura.
La administración civil del Estado, con su cuerpo de funcionarias y funcionarios al frente, representa la mayor garantía de la preservación de nuestros derechos, el correcto cumplimiento de nuestros deberes y el pleno disfrute de nuestras libertades. Este sistema actual de oposiciones libres y empleo de por vida, ideado a finales del siglo XIX, puso fin a la enojosa y corrupta figura del cesante, esto es, del funcionario que cesaba en su empleo cuando cambiaba el partido político de turno.
Con la llegada de la condición de funcionario público por oposición, siguiendo los principios de igualdad, mérito y capacidad, el Estado se aseguró de mantener una maquinaria estatal engrasada y eficiente.
DETERIORO DE LO PÚBLICO
Desgraciadamente, lo público, y sobre todo lo institucional, han sufrido en poco tiempo un enorme deterioro, impensable hace sólo unos cuantos años. Baste con repasar brevemente la actualidad de nuestro país, con ejemplos que abochornarían a una sociedad medianamente civilizada.
Mientras el Banco de España no se entera de que la banca privada está jugando a la ruleta rusa con los ahorros de cientos de miles de familias españolas, el rey se va a cazar elefantes a Botswana, acompañado de su íntima amiga Corina; el presidente de la Generalitat, en una huída hacia delante, propone un referéndum para independizarse de España, con el objetivo de tapar una desastrosa gestión de la cuentas públicas en Cataluña de la que, por supuesto, el Tribunal de Cuentas no tenía ni la más remota idea.
Como de los sobresueldos del Partido Popular, o los vergonzosos gastos del Congreso de los Diputados, en donde se pagan cifras astronómicas por elaborar informes técnicos, ropa y hasta tiques de aparcamiento en aeropuertos, como si sus señorías no cobraran sus buenos sueldos y estuviesen allí sólo para beber cuba libres subvencionados a tres euros, y no para trabajar.
SALVAR A ESPAÑA
De otra parte, el presidente del Senado, Pío García Escudero declara ante el juez que no sabía que tenía que declarar el préstamo que le dieron de treinta mil euros, y su compinche, el señor Floriano, que no conoce la vergüenza ni a la hora de ir a misa, nos cuenta que si lo hubiese hecho habría pagado más impuestos.
Pues claro, Floriano, pero nos habríamos enterado del préstamo y de que no lo había declarado a Hacienda, en contra de lo que en su día dijo la mentirosilla de Cospedal, a la que le pongo sólo un “de” porque son ya demasiados “de”.
Y nuestro flamante y mudo presidente de gobierno, haciéndonos llorar a todos con el cuento de que pierde dinero en política. Pues que se lo cuente a los cinco millones de parados, que seguro que se apuntan a ganar doscientos mil euros al año, aunque ello les suponga “perder dinero”.
Pero la cosa no queda ahí: el expresidente Aznar, no contento con su nefasta gestión en sus ocho años de gobierno, con guerra ajena y armas de destrucción masiva incluidas, rodeado durante esos dos mandatos por los ladrones de la cueva de Alí Babá en pleno, se atreve sin pudor alguno a conceder una entrevista para decirnos que está decidido a salvar a España, si fuese necesario.
MINISTRO CON SOTANA
A lo mejor el que va a tener que ponerse a salvo será él, si siguen aflorando regalos de cuarenta mil euros para la boda de su nena, o si a algún juez le da por imputar a su esposa, la alcaldesa de Madrid más inepta que se ha conocido, por el caso de la macrofiesta del Madrid Arena.
Aunque aquí no acaba todo: Gallardón, el exalcalde de Madrid, a cuyo municipio dejó con una deuda de siete mil millones, sin responsabilidad política ni fiscal alguna, se alía con el Opus Dei para mandar a la cárcel a las mujeres que quieran abortar en caso del malformación del feto. Si al menos dijese como la ya fallecida Teresa de Calcuta: “Si no quieren a esos niños, que los paran y que me los traigan a mí…”. No, no, para él no, para sus madres, y que revienten si hace falta.
El que quiera estudiar en la Universidad, que lo pague; a ver qué se han creído los pobretones que es esto, a ver si piensan que en nuestro país se le van a pagar los caprichitos a los pobres”. A él sí le pagamos sus guardaespaldas, y sus viajes, y sus ridículos actos públicos, donde ya no le dan ni la mano, no sea que se les contagie algo malo a sus interlocutores.
SINDICATOS EJEMPLARES
Menos mal que tenemos unos buenos sindicatos, que se dedican a repartirse dinero de los ERES en Andalucía, o a controlar una formación sin cualificación alguna, repartida religiosamente con los patronos, para recibir subvenciones a manos llenas, aunque sus cursos no sirvan ni para crear un solo puesto de trabajo.
Todas las personas que gobiernan la Administración del Estado en nuestro país son puestas a dedo. Con ello, salvan la bondad de la Ley de la Función Pública que exige una oposición para obtener un puesto de trabajo de por vida. Basta con colocar por encima del funcionario o funcionaria más cualificado una persona que tome las decisiones políticas, para que la posible efectividad de la administración pública se neutralice.
Si a los inspectores de Hacienda no les permiten investigar los fraudes, si las primas del rey son llamadas a declarar porque se llevan su dinero clandestinamente a Suiza, si el presidente del Senado no sabía que tenía que declarar a Hacienda su préstamo, si la ministra Ana Mato no sabía que el Jaguar de su marido era un regalo, si todos nos mienten más que hablan, si todo el mundo intenta robar o defraudar.
Si ni la palabra ni las promesas valen nada, y si la respuesta a todos nuestros males son frases como las siguientes: “Estamos en el buen camino, vamos en la buena dirección, hacemos lo que tenemos que hacer, lo que hacemos no nos gusta ni a nosotros, etc., etc., etc.”, será mejor que nos vayamos buscando un buen bufete de abogados, porque estoy seguro de que, como pinta el panorama, sólo nos queda seguir así, o cambiar para peor. Y si no, al tiempo.
Cuentan sus allegados que el profesor Tierno Galván repetía con frecuencia: “Si la gente deja de creer en las instituciones, detrás vendrá el caos”. Como buen filósofo, no iba nada descaminado. Y no podemos decir de él que fuese una persona anclada en el pasado: antes bien al contrario, sus bandos como alcalde de Madrid fueron el paradigma del hombre ilustrado, socarrón, maliciosamente bueno, al que todos los madrileños, sin distinción de ideologías, admiraron y quisieron hasta la hora de su muerte.
Y no iba muy descaminado el “viejo profesor”. Si hay algo que provoca auténtica desazón en los tiempos en que vivimos es, precisamente, la absoluta desprotección a la que nos tienen sometidos las instituciones que se solapan y se complementan en la administración y gobierno de España.
Basta con asomarnos a la calle para hacernos una idea del deficiente estado de nuestra administración pública. Aunque, cuidado, no se confundan, no seré yo quien proponga un modelo de administración privada, porque ahí sí que nos daríamos de bruces con la corrupción pura y dura.
La administración civil del Estado, con su cuerpo de funcionarias y funcionarios al frente, representa la mayor garantía de la preservación de nuestros derechos, el correcto cumplimiento de nuestros deberes y el pleno disfrute de nuestras libertades. Este sistema actual de oposiciones libres y empleo de por vida, ideado a finales del siglo XIX, puso fin a la enojosa y corrupta figura del cesante, esto es, del funcionario que cesaba en su empleo cuando cambiaba el partido político de turno.
Con la llegada de la condición de funcionario público por oposición, siguiendo los principios de igualdad, mérito y capacidad, el Estado se aseguró de mantener una maquinaria estatal engrasada y eficiente.
DETERIORO DE LO PÚBLICO
Desgraciadamente, lo público, y sobre todo lo institucional, han sufrido en poco tiempo un enorme deterioro, impensable hace sólo unos cuantos años. Baste con repasar brevemente la actualidad de nuestro país, con ejemplos que abochornarían a una sociedad medianamente civilizada.
Mientras el Banco de España no se entera de que la banca privada está jugando a la ruleta rusa con los ahorros de cientos de miles de familias españolas, el rey se va a cazar elefantes a Botswana, acompañado de su íntima amiga Corina; el presidente de la Generalitat, en una huída hacia delante, propone un referéndum para independizarse de España, con el objetivo de tapar una desastrosa gestión de la cuentas públicas en Cataluña de la que, por supuesto, el Tribunal de Cuentas no tenía ni la más remota idea.
Como de los sobresueldos del Partido Popular, o los vergonzosos gastos del Congreso de los Diputados, en donde se pagan cifras astronómicas por elaborar informes técnicos, ropa y hasta tiques de aparcamiento en aeropuertos, como si sus señorías no cobraran sus buenos sueldos y estuviesen allí sólo para beber cuba libres subvencionados a tres euros, y no para trabajar.
Mientras, nos enteramos de que el Ministerio de Fomento construye el túnel del puerto de Pajares por la “ridícula” cifra de tres mil millones de euros, pero no se puede culminar a través de él el trazado del AVE porque chorrea agua por todas partes, con riesgo de electrocución para los pasajeros”.
SALVAR A ESPAÑA
De otra parte, el presidente del Senado, Pío García Escudero declara ante el juez que no sabía que tenía que declarar el préstamo que le dieron de treinta mil euros, y su compinche, el señor Floriano, que no conoce la vergüenza ni a la hora de ir a misa, nos cuenta que si lo hubiese hecho habría pagado más impuestos.
Pues claro, Floriano, pero nos habríamos enterado del préstamo y de que no lo había declarado a Hacienda, en contra de lo que en su día dijo la mentirosilla de Cospedal, a la que le pongo sólo un “de” porque son ya demasiados “de”.
Y nuestro flamante y mudo presidente de gobierno, haciéndonos llorar a todos con el cuento de que pierde dinero en política. Pues que se lo cuente a los cinco millones de parados, que seguro que se apuntan a ganar doscientos mil euros al año, aunque ello les suponga “perder dinero”.
Pero la cosa no queda ahí: el expresidente Aznar, no contento con su nefasta gestión en sus ocho años de gobierno, con guerra ajena y armas de destrucción masiva incluidas, rodeado durante esos dos mandatos por los ladrones de la cueva de Alí Babá en pleno, se atreve sin pudor alguno a conceder una entrevista para decirnos que está decidido a salvar a España, si fuese necesario.
MINISTRO CON SOTANA
A lo mejor el que va a tener que ponerse a salvo será él, si siguen aflorando regalos de cuarenta mil euros para la boda de su nena, o si a algún juez le da por imputar a su esposa, la alcaldesa de Madrid más inepta que se ha conocido, por el caso de la macrofiesta del Madrid Arena.
Aunque aquí no acaba todo: Gallardón, el exalcalde de Madrid, a cuyo municipio dejó con una deuda de siete mil millones, sin responsabilidad política ni fiscal alguna, se alía con el Opus Dei para mandar a la cárcel a las mujeres que quieran abortar en caso del malformación del feto. Si al menos dijese como la ya fallecida Teresa de Calcuta: “Si no quieren a esos niños, que los paran y que me los traigan a mí…”. No, no, para él no, para sus madres, y que revienten si hace falta.
Y su amigo Wert poniéndose la sotana para defender una Ley Educativa que da miedo: Los tontos por aquí, los listos para allá. Los negros, magrebíes, discapacitados, conflictivos, para la enseñanza pública, los ricos, los listillos, para la enseñanza privada”.
El que quiera estudiar en la Universidad, que lo pague; a ver qué se han creído los pobretones que es esto, a ver si piensan que en nuestro país se le van a pagar los caprichitos a los pobres”. A él sí le pagamos sus guardaespaldas, y sus viajes, y sus ridículos actos públicos, donde ya no le dan ni la mano, no sea que se les contagie algo malo a sus interlocutores.
SINDICATOS EJEMPLARES
Menos mal que tenemos unos buenos sindicatos, que se dedican a repartirse dinero de los ERES en Andalucía, o a controlar una formación sin cualificación alguna, repartida religiosamente con los patronos, para recibir subvenciones a manos llenas, aunque sus cursos no sirvan ni para crear un solo puesto de trabajo.
Todas las personas que gobiernan la Administración del Estado en nuestro país son puestas a dedo. Con ello, salvan la bondad de la Ley de la Función Pública que exige una oposición para obtener un puesto de trabajo de por vida. Basta con colocar por encima del funcionario o funcionaria más cualificado una persona que tome las decisiones políticas, para que la posible efectividad de la administración pública se neutralice.
Si a los inspectores de Hacienda no les permiten investigar los fraudes, si las primas del rey son llamadas a declarar porque se llevan su dinero clandestinamente a Suiza, si el presidente del Senado no sabía que tenía que declarar a Hacienda su préstamo, si la ministra Ana Mato no sabía que el Jaguar de su marido era un regalo, si todos nos mienten más que hablan, si todo el mundo intenta robar o defraudar.
Si ni la palabra ni las promesas valen nada, y si la respuesta a todos nuestros males son frases como las siguientes: “Estamos en el buen camino, vamos en la buena dirección, hacemos lo que tenemos que hacer, lo que hacemos no nos gusta ni a nosotros, etc., etc., etc.”, será mejor que nos vayamos buscando un buen bufete de abogados, porque estoy seguro de que, como pinta el panorama, sólo nos queda seguir así, o cambiar para peor. Y si no, al tiempo.
Creo, sin temor a equivocarme, que este ha sido el mejor de los articulos del Sr. Navas. Aceptico, imparcial, brillante, realista, como solemos decir, con los pies en el suelo.
ResponderEliminarSigue así Paco.
que bueno era el profesor tieenno
ResponderEliminarque tienno era
que le regalo ar pezoe toa la estrutura der psp
partido socialista popular
y convencio a sus votantes para que votaran ar pezoe
socialistas de otra marca
para que se la añadiera ar pezoe acambio de la arcardia de madrid y de subirlo a los artares
como santo varon
echandole fotos con tias en pelota
venga ya con los cuento y las chalauras
que se creeis que sois los unicos que habeis vivido esto tiempo?
me sale de aentro
lo siento mucho
no lo puedo evitar
se que esta mal
esta mu feo decirlo
no me puedo aguantar
no va con mi caracter
ni con mis principios
vete a pegarle peo a una olla nava
“Individuo” Navas, lo quieras o no, en aquellos ocho años de Aznar tu y los tuyos vivieron de lujo y, entonces si éramos un país respetado.
ResponderEliminarMuchas veces hay que hacer guerras fuera, para no tenerlas dentro, como la que tenemos o tendremos ahora, porque si esto no cambia pronto, ya te contaré.
Y otra cosa que está claro, es que en esta situación nos han dejado todos tus acólitos y progres de pacotillas, para los cuales todo el monte es orégano y reina la máxima del “aquí vale todo” y hago lo que me sale de los cojones, aunque mis libertades o libertinajes jodan las libertades de mi vecino.
¡qué pena¡ ¡qué asco¡ ¡qué lástima¡
ResponderEliminarManipular, tergiversar, engañar, deformar, sectarismo. Mente parcial. Mente atrofiada. Mente amputada.
¡Pobres los alumnos, tantos años, de semejante mente autolimitada por el odio y rencor¡ (¿qué trauma infantil puede acompañar a semejante personaje?) ¡Qué vergüenza mostrarse, públicamente, tan limitado a un lado, considerándose meritorio, cuando existe una inmensidad de consideraciones que contemplar y no sólo autolimitarse, por comodidad, por limitaciones propias, a un sólo lado¡ ¡De donde no hay, no se puede sacar¡ Pero, sí de donde hay, odio, se puede sacar, odio¡
Para la concordia, para la armonía, para la paz, es bueno que haya personas que se manifiesten, sí, pero personas con un corazón en paz, en armonía, en concordia con los demás. Y, éste personaje está a años luz de la armonía, de la concordia, de la paz. Pero muy cercano al odio y a crear odios y diferencias, a distorsionar la paz.
A propósito, Sr. Navas, no hablo de usted, por supuesto. ¡qué despropósito¡ Hablo, por hablar, sin ánimos de ofender, igual que usted.
Hablo de personas que, a pesar de la edad y conocimientos, siguen emperrados en echarnos a pelear. Ahí, en la pelea encuentra su caldo de cultivo personal. En echar a pelear a hermanos contra hermanos..., triste su sino, triste su bagaje, triste su destino.
¡¡¡Pero, leñe, por qué narices tenemos que aguantar a éstos metepatas¡¡¡
(Y, casualidad, no vale autoelogiarse por lo que se escribe).
la gente de delfi dice que increparon a los de la junta de andalucia aye o ante de aye
ResponderEliminarno se
donde gobierna er pezoe i izquierda undida
a ahora dicen esta gente
que es vergonzozo que er pepe utilice a los paraos como arma arrojadiza y con fines politicos
yo e que me parto