Caras viejas, proyecto nuevo
Francisco M. Navas [colaboraciones].-
Comienza la enésima cuenta atrás de la historia del PSOE en estos últimos tres años. Preparémonos para volver a escuchar hasta la saciedad expresiones como proyecto nuevo, participación ciudadana, renovación, apertura del partido a la sociedad. Han entendido el mensaje de nuevo, por supuesto, y reconocen que no han sabido llegar al electorado con sus propuestas de futuro.
La cuestiĂłn, sin duda, tiene difĂcil soluciĂłn para el PSOE a corto y medio plazo. Porque, ¿cĂłmo van a llegar a la gente de la calle con promesas de trabajo para todos, redistribuciĂłn de la riqueza, transparencia democrática, castigo implacable a los defraudadores y otros mil eslĂłganes manidos de tanto usarlos, cĂłmo van a movilizar al electorado a su favor si siguen y seguirán siendo los mismos de siempre los que ahora, una vez más, predican la buena nueva y se postulan como los gestores del futuro e idĂlico cambio?
Y mientras tanto, desde el primer segundo despuĂ©s de que Rubalcaba anunciara congreso extraordinario en julio, y su renuncia a presentarse a esas hipotĂ©ticas primarias que se dibujan en un horizonte aĂşn muy lejano, han empezado a saltar chispas en todas la federaciones autonĂłmicas, porque ya lo dice el refrán: “A rey muerto, rey puesto” y desde ahora hasta julio, la consigna no será otra que: “Y de lo mĂo, ¿quĂ©?”.
Quienes crean que con un congreso extraordinario se arreglan todos los problemas del PSOE se equivocan de medio a medio. Muchos hemos abandonado definitivamente este partido por su ausencia de democracia interna, por el férreo control de sus mecanismos de dirección y gestión, por el enchufismo y el nepotismo que se practica a diario entre los muy pocos que realmente mandan en el partido y toda la cohorte de la que se rodean, y que se nutre de sus adláteres, incondicionales, pelotas, arribistas y aprovechados.
Quien reparte prebendas a diestro y siniestro sĂłlo quiere a cambio obediencia ciega, no conciencia crĂtica. Hasta ahĂ podĂamos llegar.
AMARRAR FIDELIDADES
La elaboraciĂłn de las listas a los congresos sigue de facto siempre la misma mecánica: se presenta una lista elaborada por la secretarĂa general y sus amiguetes, se aprueba en asamblea y si alguien insiste mucho en ir, metiendo ruido y alzando algo la voz en esa asamblea, a lo mejor se le pone al final.
El problema reside en que si los congresos ordinarios admiten engañar a los militantes permitiendo estas incorporaciones de Ăşltima hora en la lista definitiva de cada delegaciĂłn, los congresos extraordinarios, reducidos per se en nĂşmero de delegados y delegadas y convocados generalmente por problemas internos de los partidos polĂticos, cierran a cal y canto sus respectivas listas, con objeto de amarrar fidelidades.
Ustedes se preguntarán: “Y si los que asistirán a este congreso extraordinario de julio son lĂderes carismáticos, presidentes, secretarios generales, de organizaciĂłn, e incondicionales de los anteriores, ¿quĂ© van a aportar de novedoso, de aire fresco, de participaciĂłn real a este congreso? La respuesta en sencilla. Nada. Cero.
Y habrá que negociar mucho esos dos dĂas, sobre todo de madrugada y a base de gin tonics y de gĂĽisqui, si es posible, para sopesar cuidadosamente a quiĂ©n se le da el voto y no quedar mal con la ejecutiva entrante, que será la que en un futuro inmediato reparta el bacalao.
TODA UNA VIDA CHUPANDO DEL BOTE
Si la renovación del PSOE viene de la mano de las Carmen Chacón, de los Patxi López, de los Eduardo Madina o de cualquiera como ellos que lleve desde siempre comiendo del partido, están apañados. Hay gente en el PSOE que se han mantenido toda una vida, como la canción, chupando del bote y no dejarán de hacerlo hasta que previamente hayan colocado en su lugar a hijos e hijas, familiares e incondicionales.
A la gente no le hace falta que el PSOE haga un congreso extraordinario, amañado de antemano, para volver a darle su confianza y sus votos. Lo que recobrarĂa realmente para ellos la confianza de la gente serĂan las listas abiertas y desbloqueadas, elecciĂłn del secretario general por sufragio universal de los afiliados al partido, propuestas como una drástica rebaja de los sueldos y privilegios de los polĂticos y la renovaciĂłn forzosa de todos aquellos que lleven más de ocho años comiendo del partido.
TambiĂ©n de sus cargos de designaciĂłn singular o de sus puestos en importantes consejos de administraciĂłn, la obligatoriedad de tener un puesto de trabajo de referencia al que volver cuando acaben sus ocho años de carrera polĂtica, el cumplimiento a rajatabla de las promesas electorales, la expulsiĂłn inmediata de sus cargos pĂşblicos de todos aquellos de los que se sospeche siquiera que han cometido alguna falta, irregularidad, soborno o corruptela.
En fin, lo que la gente de la calle entiende o creyĂł entender desde la conquista de la democracia como normalidad democrática, esa normalidad democrática que hoy en dĂa parece estar reñida con la decencia. Aunque mucho me temo que los de la casta, como dice Pablo Iglesias, el lĂder de Podemos, no están dispuestos a renunciar a sus prebendas ni con este congreso extraordinario, ni con agua caliente. El tiempo nos dará o nos quitará la razĂłn.
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Comienza la enésima cuenta atrás de la historia del PSOE en estos últimos tres años. Preparémonos para volver a escuchar hasta la saciedad expresiones como proyecto nuevo, participación ciudadana, renovación, apertura del partido a la sociedad. Han entendido el mensaje de nuevo, por supuesto, y reconocen que no han sabido llegar al electorado con sus propuestas de futuro.
La cuestiĂłn, sin duda, tiene difĂcil soluciĂłn para el PSOE a corto y medio plazo. Porque, ¿cĂłmo van a llegar a la gente de la calle con promesas de trabajo para todos, redistribuciĂłn de la riqueza, transparencia democrática, castigo implacable a los defraudadores y otros mil eslĂłganes manidos de tanto usarlos, cĂłmo van a movilizar al electorado a su favor si siguen y seguirán siendo los mismos de siempre los que ahora, una vez más, predican la buena nueva y se postulan como los gestores del futuro e idĂlico cambio?
Y mientras tanto, desde el primer segundo despuĂ©s de que Rubalcaba anunciara congreso extraordinario en julio, y su renuncia a presentarse a esas hipotĂ©ticas primarias que se dibujan en un horizonte aĂşn muy lejano, han empezado a saltar chispas en todas la federaciones autonĂłmicas, porque ya lo dice el refrán: “A rey muerto, rey puesto” y desde ahora hasta julio, la consigna no será otra que: “Y de lo mĂo, ¿quĂ©?”.
Quienes crean que con un congreso extraordinario se arreglan todos los problemas del PSOE se equivocan de medio a medio. Muchos hemos abandonado definitivamente este partido por su ausencia de democracia interna, por el férreo control de sus mecanismos de dirección y gestión, por el enchufismo y el nepotismo que se practica a diario entre los muy pocos que realmente mandan en el partido y toda la cohorte de la que se rodean, y que se nutre de sus adláteres, incondicionales, pelotas, arribistas y aprovechados.
Quien reparte prebendas a diestro y siniestro sĂłlo quiere a cambio obediencia ciega, no conciencia crĂtica. Hasta ahĂ podĂamos llegar.
AMARRAR FIDELIDADES
La elaboraciĂłn de las listas a los congresos sigue de facto siempre la misma mecánica: se presenta una lista elaborada por la secretarĂa general y sus amiguetes, se aprueba en asamblea y si alguien insiste mucho en ir, metiendo ruido y alzando algo la voz en esa asamblea, a lo mejor se le pone al final.
El problema reside en que si los congresos ordinarios admiten engañar a los militantes permitiendo estas incorporaciones de Ăşltima hora en la lista definitiva de cada delegaciĂłn, los congresos extraordinarios, reducidos per se en nĂşmero de delegados y delegadas y convocados generalmente por problemas internos de los partidos polĂticos, cierran a cal y canto sus respectivas listas, con objeto de amarrar fidelidades.
Ustedes se preguntarán: “Y si los que asistirán a este congreso extraordinario de julio son lĂderes carismáticos, presidentes, secretarios generales, de organizaciĂłn, e incondicionales de los anteriores, ¿quĂ© van a aportar de novedoso, de aire fresco, de participaciĂłn real a este congreso? La respuesta en sencilla. Nada. Cero.
Porque de la nueva ejecutiva que salga dependerán sus respectivas carreras polĂticas dentro de ese partido en el que hay que cambiar formalmente algo, de cara a la galerĂa, para que todo siga igual”.
Y habrá que negociar mucho esos dos dĂas, sobre todo de madrugada y a base de gin tonics y de gĂĽisqui, si es posible, para sopesar cuidadosamente a quiĂ©n se le da el voto y no quedar mal con la ejecutiva entrante, que será la que en un futuro inmediato reparta el bacalao.
TODA UNA VIDA CHUPANDO DEL BOTE
Si la renovación del PSOE viene de la mano de las Carmen Chacón, de los Patxi López, de los Eduardo Madina o de cualquiera como ellos que lleve desde siempre comiendo del partido, están apañados. Hay gente en el PSOE que se han mantenido toda una vida, como la canción, chupando del bote y no dejarán de hacerlo hasta que previamente hayan colocado en su lugar a hijos e hijas, familiares e incondicionales.
A la gente no le hace falta que el PSOE haga un congreso extraordinario, amañado de antemano, para volver a darle su confianza y sus votos. Lo que recobrarĂa realmente para ellos la confianza de la gente serĂan las listas abiertas y desbloqueadas, elecciĂłn del secretario general por sufragio universal de los afiliados al partido, propuestas como una drástica rebaja de los sueldos y privilegios de los polĂticos y la renovaciĂłn forzosa de todos aquellos que lleven más de ocho años comiendo del partido.
TambiĂ©n de sus cargos de designaciĂłn singular o de sus puestos en importantes consejos de administraciĂłn, la obligatoriedad de tener un puesto de trabajo de referencia al que volver cuando acaben sus ocho años de carrera polĂtica, el cumplimiento a rajatabla de las promesas electorales, la expulsiĂłn inmediata de sus cargos pĂşblicos de todos aquellos de los que se sospeche siquiera que han cometido alguna falta, irregularidad, soborno o corruptela.
En fin, lo que la gente de la calle entiende o creyĂł entender desde la conquista de la democracia como normalidad democrática, esa normalidad democrática que hoy en dĂa parece estar reñida con la decencia. Aunque mucho me temo que los de la casta, como dice Pablo Iglesias, el lĂder de Podemos, no están dispuestos a renunciar a sus prebendas ni con este congreso extraordinario, ni con agua caliente. El tiempo nos dará o nos quitará la razĂłn.
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Una panda de corruptos indecentes
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