La mentira que jamás debió contarse

Félix Arbolí [colaboraciones].-

Ahora resulta que la Historia de España que me enseñaron en el cole y en los libros que he consultado a los largo de mi vida, estaba equivocada. He leído y aún no me lo puedo creer, es demasiado fuerte y mezquino, que Cataluña fue la que descubrió América y que Colón, el marino visionario que lo llevó a cabo, era también catalán. Más aún perteneciente a la realeza catalana. No caben mayores despropósitos.

De momento, no sé a qué realeza se refieren, ya que Cataluña ha sido un Condado dependiente de la Corona aragonesa y fue Ramón Berenguer, un conde catalán, el que llegó a ser rey, por matrimonio, pero de Aragón. No sé que pretenden con esta patada a la Historia y con arrogarse un suceso histórico del que fueron meros espectadores y partícipes colaterales, gracias al matrimonio del rey Fernando de Aragón con Isabel de Castilla, principal instigadora y protectora de la epopeya americana.

Leo que reparten unas guías entre el turismo internacional que visita la “ciudad condal”, con esta torticera versión histórica, que me figuro habrá sido autorizada por un estamento oficial, al no haberse impedido su publicación y distribución. Criticábamos a los chinos de los tiempos de Mao y a los rusos en los de Stalin, porque todo invento conocido había sido realizado por ellos. Veo que la fiebre del quiero y no puedo se contagia. ¿Cabe un disparate y ridículo mayor?

No me extrañaría que hasta indiquen en ese folleto que el puerto onubense de Palos de donde partieron las tres carabelas colombinas, perteneciera a la costa catalana y que los armadores y propietarios de estas tres naos, los hermanos Pinzones, naturales y residentes en Huelva, se llamaban “Puyoles” y que los barcos partieron de Gerona, perdón de Girona, que ahora suena mejor.

Siento chafarles esta fallida gloria, pero el descubrimiento de ese Nuevo Mundo, fue obra de castellanos y andaluces y si iba algún catalán, sería porque en esas fechas se hallaba por tierras sureñas buscando un medio de ganarse la vida y tuvo la magnífica y portentosa ocasión de formar parte, de rebote, en ese grandioso acontecimiento.

Y así lo manifiesta un andaluz cuyos ancestros fueron catalanes y hasta existe un pueblo en esa comunidad norteña que lleva su apellido, lo que no decir muchos de los que presumen de catalanismo.

CORONA ARAGONESA

Roger de Lauria, al servicio del rey de Aragón, Pedro III el Grande, salvó a Cataluña de los invasores franceses y fue uno de los hombres más gloriosos de estas tierras. Se cuenta que al ser requerido por el rey francés, a través de su emisario el conde de Foix, el caudillo aragonés le contestó: “Señor no solo no pienso que galera u otro bajel intente navegar por el mar sin salvoconducto del rey de Aragón, sino que no creo yo que pez alguno intente alzarse sobre el mar si no lleva el escudo aragonés en la cola para mostrar el dominio de dicho rey”.

Como ven, en esa época y en aquellas latitudes, todo estaba bajo la corona aragonesa. Más aún, aunque este glorioso marino tiene un monumento a su memoria en la Rambla Nova de Tarragona, está enterrado en un monasterio cisterciense a los pies de su rey y señor el gran Pedro III de Aragón. No se dice nada de corona catalana. Lo cual no quiere decir que no fuera un Condado muy importante, con ciertas atribuciones de reino.

Respecto a la naturaleza de Colón, está más difícil de aclarar que los entresijos del “23-F”, por citar uno de los sucesos más controvertidos y de naturaleza más enmarañada. Hay quien dice que era genovés, otros que portugués, incluso mallorquín y hasta gallego, pero a nadie hasta ahora se le ha ocurrido decir que era catalán y menos aún perteneciente a su realeza. No cabe mayor disparate, pues lo primero que no se puede aceptar es esa realeza catalana.

Incluso circula una versión que lo hace hijo natural de un rey o noble. Nada extraño si tenemos en cuenta que las testas coronadas, ya sean regias o de otro tipo de nobleza, -que nada tiene que ver con la que se refiere a la condición humana-, eran y son muy propicias a traer hijos ilegítimos o bastardos al mundo.

CATALUÑA, CONDADO DE ARAGÓN

De todas formas, donde haya nacido este marino es lo menos trascendental, pues su gran mérito y gloriosa odisea fueron debidos a su portentosa fe en que había tierras más allá de aquella lejana línea marítima, donde creían acababa el mundo y se caía en un profundo y peligroso precipicio. Y esta hazaña fue obra exclusiva de España.

Precisando más, de la corona de Castilla que, tras su unión con la del reino de Aragón, formaron el imperio español donde nunca se ponía el sol y del que a pesar de los pesares aún quedan muchos vestigios, una profunda huella histórica y cultural y una lengua que es una de las más habladas en el Universo. Un mundo que nuestros antepasados consiguieron dar a conocer y civilizar. Y al que le pese que reviente.

En todo caso, fueron los vascos, gallegos, andaluces, extremeños y castellanos, los que más contribuyeron al descubrimiento y desarrollo de territorios que aún permanecían inéditos para el hombre blanco. No entro en disquisiciones de beneficios y perjuicios con los que algunos quieren restar méritos y gloria al descubrimiento de América por España. El hecho está ahí desde el año 1492 y sigue escrito en la Historia.

Respecto a los vascos hemos de tener en cuenta que hasta el primero que dio la vuelta al mundo, en una navegación muy arriesgada y con numerosas complicaciones, fue un vasco de Guetaria (Guipúzcoa), Juan Sebastián de Elcano, en el reinado de Carlos I.

AVENTURAS DE CRÍOS CELOSOS

Sin obviar, por supuesto, que muchos descubridores, colonizadores y gobernadores de los nuevos territorios llevan apellidos vascos, lo que no puede decirse de los catalanes, para que estas guías los pongan como felices protagonistas de una hazaña en la que no intervinieron.

Cataluña y acabo, nunca fue un reino independiente, sino un Condado, que llegó a formar parte de la Corona de Aragón y solo por matrimonio su Conde llegó a ser rey, pero de Aragón, no de Cataluña. A ver si les entra de una vez en la cabeza y dejan de dar la coña con estas aventuras más propias de críos celosos que de señores sensatos.

Esto es lo bueno que tenemos los andaluces que no nos gusta usurpar títulos y honores que no hayamos ganado, ni sentirnos superiores a los demás, sino permanecer unidos a todos en ese bonito y grandioso empeño y magnífica realidad, llamada España,

¡ Y no será porque no hemos tenido ocasiones y momentos para ufanarnos y sentirnos orgullosos!.