Oda original de Pemán a Di Stéfano

    
Félix Arbolí [colaboraciones].-

A causa de un paro cardiaco y a los 88 años de edad, ha muerto Alfredo Di Stéfano, Los ochenta es una espada de Damocles que algunos tenemos a punto de caernos en cualquier momento. Curiosamente, fue al salir de un restaurante cercano a su domicilio donde había celebrado con unos amigos su cumpleaños, que fue el 4 de julio.

No he sido ni soy madridista, mis colores son rojiblancos, lo cual no es óbice para reconocer los excepcionales méritos y valores deportivos con los que nos deleitó el desaparecido crack del mundo balompédico. Dieciocho títulos alcanzados por el Madrid durante su permanencia en el equipo, entre ellos, cinco Copas de Europa. Dos balones de oro y un único súper balón.

Quinientos diez partidos oficiales jugados y más de cuatrocientos goles marcados. Presidente de honor del Real Madrid hasta su fallecimiento. Una historia deportiva jamás alcanzada por ningún otro compañero de aventuras. Con él desaparece físicamente, que no en los anales del club blanco y del fútbol internacional la figura más espectacular de todos los tiempos.

Di Stéfano, llamado “La saeta rubia” por su velocidad en el campo y el color de su pelo, fue secuestrado en Caracas, en 1963, por el grupo terrorista de las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional, cuyo jefe era hijo de asturiano y estaban en lucha contra el entonces gobierno de Rómulo Betancourt.

Entonces Venezuela era un próspero escenario, en el que a pesar de existir el caciquismo imperante en gran parte de América latina, la pobreza no era tan ostensible y demoledora como en la actualidad. Los “maduros” o los “verdes” solo se referían a melones y otras frutas.

HOMENAJE

El secuestro fue una manera de llamar la atención a nivel mundial por parte de ese grupo revolucionario, aprovechando que el Real Madrid se hallaba en Caracas participando en un torneo entre equipos europeos y americanos. Nada de rescate económico. Era su presidente el inolvidable Santiago Bernabéu, que no viajó con ellos y quedó en su residencia veraniega de Santa Pola, en la que en uno de mis recorridos profesionales conocí y entrevisté.

Al regresar a Madrid, tras ser liberado, la Peña del Restaurante “Valentín”, formada por destacadas figuras de las letras y el arte, en la que yo participaba como periodista, le ofreció una comida homenaje al jugador. Asistí con el fotógrafo Raúl Cancio, hijo del famoso y desaparecido actor del mismo nombre, que se hallaba en sus comienzos profesionales. Cubría la información para el diario “Pueblo”.

Junto al liberado jugador, que presidía la mesa, estaban las personalidades más sobresalientes en el mundo deportivo, literario, cultural y social. Entre ellos mi paisano y amigo, José María Pemán, que al finalizar la comida leyó un poema suyo dedicado al homenajeado.

Cuando acabó su lectura y dada el afecto y “paisanismo” que nos unía, le solicité el escrito para su publicación en el diario. En un principio se negó pues era el único texto que tenía, incluso con correcciones hechas a mano. Insistí y gracias al aprecio que me tenía, lo conseguí. Está firmado.

“ROMANCE DEL RAPTO BLANCO”

“Doncellas, las de otros días, -rapta que te raptarán, -las raptaba el caballero –la mañana de San Juan. -Llegaba en caballo blanco-, todo ruegos, el galán. –Ella decía que no, -que no, que no, y a la par, -se iba subiendo a la grupa, -Pero hogaño van las cosas –de modo más singular.- Comenzado era el verano. –Ya se secaba el rosal. –Alfredo estaba en Caracas. -!Caraca con la ciudad! -Señor Alfredo di Stéfano, -¡Ya es hora de despertar!.- -Es temprano todavía, -¿dónde me queréis llevar? -Dos tipos se lo llevaban. –Más blanco su rostro está –que su blanca camiseta –amerengada y real. -Di Stéfano se quejaba. -Bien diréis lo que dirá: --¿Dónde estáis Puskas y Gento, -que no os doléis de mi mal? -Para el golpe, Araquistaín, -como lo sabes parar, pásame Santamaría, -el balón para escapar. –Delante de su tripleta –el buen delantero va. -Supongo los mis galanes, -los que me queréis raptar, -que no será por amores, -que no soy del bando tal. –Metí goles por derecho –desde mi más tierna edad. -No te vamos a hacer daño –ni a matarte ni a robar. –Te llevamos por política. -¡Cositas de por acá! –Desde Colón y Pizarro –a Cortés, y muchos más, - todos somos delanteros – centros en la Hispanidad. – Cosas son de aquestos tiempos – de prisa y publicidad. –Antes lo malo era ser- cheque, cartera o collar.  -Hora lo malo es tener –fama y popularidad. –A fuerza de gacetillas, -hinchas, aplausos y tal. -¡Ay de ti Alfonsito Paso! ¡Ay de ti, Nati Mistral! (Estos dos mencionados se hallaban presentes, pues pertenecían a la citada Peña). Alfredo se ha evaporado.- Nadie sabe dónde está. -¡Si estará chutando lunas – sobre las nubes del mar”. . Los balones en España, -lloran que te llorarán. -Banderas a media asta –en Bernabéu y Nou Camp. –Tanto el dolor a Cosío –le apena, que a punto está- de dejar al Barcelona -y de pasarse al Real. - (También formaban parte de esta Peña y asistían, José María Cosío y César González Ruano). -¿Cuya es aquella pareja –que así suspira al pasar?. –Son Bernabéu y Saporta –que parecen, según van, -un matrimonio sin hijos –sin poderse consolar. De pronto, Alfredo que vuelve. –El sol se ha puesto a brillar. –Balones y directivos –se hinchan de felicidad. -Y boquiabiertos de asombro- temor e inseguridad, -las porterías del mundo –esperan a su galán.- ¡Doncellas del violador! -Ineses de este don Juan!”.

José María Pemán, firmado y rubricado

OFERTA POR EL POEMA

En la adquisición de este poema estuvo interesado el Real Madrid, a través de la Sala de Subastas Durán, llegando a ofrecer una cifra entonces nada despreciable por este único original escrito, corregido y firmado por su autor, pero al final no se llegó a un acuerdo y continúa en mi poder.

No soy madridista, ya lo he indicado, ni excesivamente futbolero, pero comprendo el valor sentimental y literario de esta “Oda pemantina” para los aficionados madridistas. De Pemán, afortunadamente, tengo excelentes y muy buenos documentos, fotos y originales. Fue frecuente y muy cordial nuestra relación.

Me duele que este tesoro literario pueda quedar en el olvido y se pierda en cualquier rincón o carpeta en desuso cuando yo no esté. Mis hijos no participan de mis inquietudes y entusiasmos literarios, aunque sean ávidos lectores. Hasta el diario deportivo “As” se hizo eco de este poema y su posible subasta en Durán. Conservo el periódico.