Miles de ciudadanos siguieron la Cabalgata de la Ilusión por las calles de Chiclana

Hubo lanzamiento de fuegos artificiales desde la Iglesia de San Juan Bautista.-

Las calles de Chiclana estuvieron repletas de familias que no quisieron perderse la Cabalgata de la Ilusión. Casi no se podía ni andar ante la avalancha de personas que había a esas horas, muchas de ellas haciendo las últimas compras de regalos. La llegada a la Plaza Mayor fue espectacular, contando este año con una sorpresa: fuegos artificiales.

A las 17,00 horas partió la Cabalgata de la Ilusión de la Caseta Municipal y a partir de ese momento cientos de personas acompañaron las diez carrozas por las calles de La Banda primero y del Lugar después.

“La bella y la bestia”, “Hobbit”, “Aviones”, “Blancanieves” y los siete enanitos a pie de calle, saludando a los niños; la Chiclanera Mayor y sus damas de honor, la del Cartero Real, Estrella de Oriente y las de los tres Magos fueron desfilando entre el clamor del numerosísimo público que se agolpó a ambos lados de las vías por las que transcurría la parada navideña.

En un acto festivo no podía faltar la música y de eso se encargó y de forma magistral, con canciones de todo tipo, la Banda Municipal de Música “Maestro Enrique Montero”, con su director, Manuel Forero, al frente de la misma.

Desde las carrozas se iban arrojando caramelos mi entras en las calles los niños y mayores acudían raudos a recogerlos, algunos de ellos acompañados de paraguas para coger los más posibles.

MUCHA SEGURIDAD

En las carrozas iban 134 niños, ataviados con diversos disfraces, así como custodiando las de los Reyes Magos principalmente. Para que todo discurriera  sin incidentes se preparó un plan de seguridad especial en el que tomaron parte Policía Local, Guardia Civil, Protección Civil y Cruz Roja.

Otra novedad fue que en vez de tractores, cutres y peligrosos, este año era modernos automóviles, 4x4, que le daba un aire más elegante al desfile, además de ser mucho más seguro. En todo momentos, miembros de los cuerpos de seguridad citados se encargaron de que ninguna persona se acercara a los vehículos y que éstos pudieran girar con normalidad en las distintas esquinas, donde había aglomeración de personas.

Reseñar así mismo la numerosa cantidad de personas de la Asociación de Reyes Magos que también formaron parte del cortejo y que ayudaron en la seguridad y organización del mismo, además de muchos funcionarios municipales, de Obras y Servicios principalmente.

El momento más espectacular de la noche fue la llegada de los Magos de Oriente, la Estrella y el cartero Real a la Plaza Mayor, atestada de chiclaneros. Los Reyes se fueron bajando de las carrozas mientras sus pajes se colocaron a ambos lados del pasillo que cruzaba la plaza.

CONTACTO DIRECTO CON LOS NIÑOS

En ese momento comenzó a sonar la música de Miklos Rozsa de la película “Ben Hur”, la que se oye cuando están desfilando las cuadrigas en el circo romano antes del comienzo de la carrera, en la que Judá Ben-Hur gana a Messala.

Los Magos (Bernardo Fontao, Melchor; José Naranjo, Gaspar, y Jesús María Tocino (Baltasar), la Estrella de Oriente (Pilar Pérez) y el Cartero Real (Salvador Virués) fueron saludando y besando a los niños, que les miraban con caras diversas, unos de alegría, otros de miedo y la mayoría con sorpresa, mientras les entregaban caramelos.

Los Reyes se sentaron en sendos tronos, con sus pajes, la Chiclanera y damas, así como el Cartero y Estrella a su lado. El alcalde de Chiclana, Ernesto Marín, les dio la bienvenida y les agradeció que trajeran sus alforjas llenas de juguetes para que ningún niño se quedara sin ellos. A continuación entregó la llave de la ciudad a Baltasar para que pudiera entrar en las casas chiclaneras y repartir los regalos.

Éste, en nombre de sus compañeros, se dirigió al público que llenaba la plaza, agradeciendo el recibimiento y asegurando que venían cargados de juguetes para hacer felices a los más pequeños de la casa.

OFRENDA Y FUEGOS ARTIFICIALES

Seguidamente se dirigieron hacia la Iglesia Mayor, donde le esperaban el párroco y otros miembros de la parroquia. El padre Francisco Aragón fue el encargado de entregar un cofre con el oro y la mirra a Melchor y Baltasar, y el incienso a Gaspar. Una vez realizado este acto, los Magos y su cortejo se adentraron en el templo entre el humo, desapareciendo a los ojos de las miles de personas que se encontraban en la plaza, cerrándose las puertas.

A parir de ese momento, se produjeron dos hechos a la vez. Mientras los Magos hacían la ofrenda y la adoración al Niño Jesús, con los sones de villancicos del Coro “Aljamía”, en lo alto de la Iglesia Mayor se llevó a cabo un espectáculo de fuegos artificiales. Espectacular broche final a un día inolvidable para muchos niños.