EDITORIAL AGOSTO 2017-Chiclana, ciudad sin rumbo

Decíamos el mes pasado que el Ayuntamiento de Chiclana era la casa de los líos, y lo que ha acontecido con Alrumbo lo confirma.-

Ya les contamos en un artículo lo dicho por ambas partes, organizadores y Consistorio, por lo que no vamos a repetirnos. Pero el lío es grande, muy grande, no en vano se suspendió dos días antes del comienzo, con más de 20.000 entradas vendidas, muchos apartamentos y chalés alquilados para quedarse esa semana en Chiclana, gastando y conociendo la ciudad y alrededores.
   
Y es grande, sobre todo, porque posiblemente se hubiera podido evitar el escándalo a nivel nacional, pues la marca Chiclana salió muy mal parada por este hecho. El PSOE lleva dos años en el poder tras la etapa del Partido Popular y las actividades musicales no han podido ser más pobres.

Si el año pasado fue flojo, éste lo es aún más. Lo único que nos podría haber sacado de esta mediocridad era Alrumbo, uno de los festivales más importantes de España, que en solo siete años logró reunir a un promedio de 40.000 personas diarias, con importantes figuras de la música actual, nacional y extranjera.

Este año volvían a Chiclana, donde nació y de donde es la empresa organizadora. Y lo hacían de la mano de nuestro alcalde, mentor en este regreso, a los que prometió el oro y el moro para que dejaran la tierra de Rocío Jurado por la de García Gutiérrez y Paquiro.

ORO POR BARATIJAS

Y se hizo fotos, y les echó el brazo por encima con amplias sonrisas profidén, y tuvo la desfachatez de meter el festival en su programa electoral. Pero como ha sucedido con otras promesas hechas hace dos años, no la cumplió y encima cambió el oro por baratijas doradas.

Para rizar más el rizo le dijo en mayo al presidente de los hosteleros provinciales, preocupadísimo éste porque Alrumbo se llevase a cabo, que estuviera tranquilo, que hacían falta muchos papeles y que no iban a poder presentarlos todos en tiempo y forma. Los papeles eran cosa suya. Y acertó.

La experiencia de siete años de papeleos en tres ayuntamientos distintos, el nuestro incluido, no sirvió de nada en Chiclana. Aquí todo es diferente, desde que sea el alcalde el que te diga que vengas, que te ponga bandeja de plata y después te deje tirado.

Si lo dicho por el sheriff de Horeca es cierto, que no hay por qué dudarlo y que, además, José María Román no lo ha desmentido, nuestro cambiante regidor podría haberse metido en un lío. Los tribunales dirán quién tiene razón, si es que al final acaban en ellos, pero de momento hemos hecho el mayor ridículo del país, dejado casi hundido el festival y con un verano tan pobre que los jóvenes, y mayores también, se van a otras ciudades del entorno para poder ver algo decente.

FALTA DE INFRAESTRUCTURAS

El Ayuntamiento socialista de Chiclana no solo es la casa de los líos, sino que camina sin rumbo desde hace mucho tiempo. Podría haber empezado a sacar la cabeza este verano y sin embargo se le torció el rumbo, que seguro costará mucho enderezar.

Tampoco andamos bien de infraestructuras. En Chiclana hemos duplicado la población y en verano se triplica. Hay más habitantes, más coches, más turistas…, y las mismas carreteras y con las deficiencias de siempre. Se tarda más de Jerez a nuestra ciudad que de Frankfurt a la capital del vino.

Y Román no hace ni dice nada. Está derrumbado, le faltan ganas e ilusión para cambiar el rumbo de Chiclana y no sabe dirigir el barco con el rumbo preciso para que esta ciudad emerja de su apatía y abandono en el que está metida desde que recobró el poder. Marisol iba rumbo a Río, pero nosotros vamos rumbo al precipicio.