Placa en la ermita de Santa Ana en recuerdo de Ana María Rodríguez “la santanera”
Allí
nació, vivió y murió, ha sido financiada por CEMABASA y es una petición de
diversas entidades.-
Ana María Rodríguez Morales “la santanera”, fallecida el 25 de enero de
2018, ha sido homenajeada por diversas asociaciones locales, cofrades, así como
su familia, con la colocación de una placa en la ermita de Santa Ana, donde
nació, vivió y murió. Desde que era una niña cuidó este emblemático lugar.
Asistieron
al acto el alcalde de Chiclana, José María Román,
el párroco de San Juan Bautista, Juan Manuel
Daza; familiares de la homenajeada, así como representantes del Consejo
Local de Hermandades y Cofradías, asociaciones de vecinos, centros educativos
de Chiclana y ciudadanos en general.
Meses
atrás el regidor recibió un escrito con la conformidad de la Parroquia de San
Juan Bautista y la adhesión del Consejo Local Hermandades y Cofradías, AVV Ermita de Santa Ana, Mayorazgo Alto, Tierno Galván,
Fuente Amarga, CCPP Residencial La Cartuja, Centro de Mayores Santa Ana, colegios Tierno Galván y Nuestra Señora
de los Remedios, Urbanización La Pedrera,
así como de 305 firmas.
En la se
indicaba que “en consideración a la labor
realizada por Ana María Rodríguez Morales, en el mantenimiento del culto a
Santa Ana durante toda su vida en la ermita de Chiclana, solicita colaboración
del Ayuntamiento y se proceda a la colocación de una placa en su memoria en el
patio de la misma”.
UN
MERECIDO RECONOCIMIENTO DE CHICLANA
Con la
financiación de CEMABASA se ha hecho la placa que preside la vivienda en la que
“la santanera” vivió: “Fueron muchísimos años
de dedicación y un trabajo muy complejo, ya que era casi una plena disposición
al público, no solo los martes sino también el resto de la semana”,
comentó el alcalde.
Añadió que
“estamos aquí para hacerle un reconocimiento
del pueblo de Chiclana a una persona que se desvivía para que la ermita siempre
estuviera en condiciones, de cara a la visita todos los martes de chiclaneros y
vecinos de la Bahía”.
Por su
parte, Juan Manuel Daza resaltó que “homenajeamos
esa fe de las personas sencillas que se fundamentan en un amor a Dios, a través
de Santa Ana y de la Virgen María. Ana María era una persona sencilla, que
entregó toda su vida a Santa Ana. Este pequeño homenaje es un momento de cariño
y ternura por ella”.
Finalmente,
María del Carmen Marín, hija de Ana
María, leyó un escrito sobre su vida, agradeciendo el impulso de entidades y
particulares para que se llevara a cabo este acto: “Con su sencillez como madre, abuela y maestra, hemos de recordarle y
agradecerle su paso por esta vida”.
Sí claro... ahora dedicarse a cuidar de una muñeca de madera es un ejemplo de ciudadanía. PSOE abrazando todo lo abrazable.
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