Más de diez políticos honrados
Félix de
la Fuente [colaboraciones].-
Nos dice
la Biblia que Dios estaba dispuesto a perdonar a la ciudad de Sodoma, si
hubiera habido en dicha ciudad diez personas honradas. No las hubo, y la ciudad
fue arrasada. Creo sinceramente que hay muchos más de diez políticos honrados y
entre éstos cuento a la mayoría de los concejales y alcaldes de la España
despoblaba, que no cobran un céntimo por sus servicios.
Incluso
dentro de los partidos creo también que hay muchos políticos honrados. Pero,
sin embargo, ni yo ni la mayoría de los ciudadanos estamos dispuestos a
perdonar a los políticos no-honrados y mucho menos tomando como excusa a los
que sí lo son. Y no estamos dispuestos a perdonar a los políticos corruptos ni
irresponsables, lo primero porque estaríamos ofendiendo a los honestos y
desinteresados, al meter a todos en el mismo saco, y lo segundo, porque
nosotros no somos Dios.
A Dios no
le afectaba lo que los ciudadanos de Sodoma y Gomorra pudieran hacer, pero a
nosotros sí nos afecta y mucho lo que hacen los políticos. Afecta a nuestros
bolsillos, a nuestros hijos, a nuestros amigos, a nuestra seguridad, a nuestra
convivencia……
No sé si
las personas somos buenas por naturaleza como diría Rousseau, o el hombre, según Hobbes,
es un lobo para el hombre, pero de lo que estoy convencido es de que las
personas que se enrolan en un partido, si son buenas, salvo raras excepciones,
terminan haciéndose malas, y si son malas, se hacen aún peores.
CULTO AL
JEFE
Tal y como
están estructurados y organizados los partidos políticos, están fomentando el
culto al jefe. El partido político no es una empresa privada, en la que
asciendes de categoría por tus méritos propios. En el partido político es sobre
todo la relación con el jefe lo que priva.
Y, sin
embargo, según nuestra Constitución (art. 6), los partidos políticos son
necesarios, y me temo que no es este uno de los puntos de la Constitución que
se vayan a modificar en un futuro próximo, porque sus propios interesados, es
decir los partidos políticos, lo van a impedir.
La
Constitución no va a cambiar nada en este punto, a pesar de que los partidos
políticos son la segunda preocupación de los ciudadanos y, a pesar de que en la
era de la digitalización son cada vez más superfluos, y, sobre todo, a pesar de
que, según la Constitución, “su estructura interna y funcionamiento
deberían ser democráticos”, y no lo son.
Urge,
pues, un voluntariado político, es decir ciudadanos que prescindiendo de los
partidos políticos quieran dedicar algo de su tiempo libre al servicio de los
ciudadanos en el campo político. Los problemas sociales y económicos no podemos
separarlos de los problemas políticos, y, si hubiera más voluntarios políticos,
quizás no serían necesarios tantos voluntarios sociales.
PLATAFORMAS
CIUDADANAS
El
voluntario político quiera actuar en política precisamente para resolver los
problemas sociales ¿Cómo? A través de plataformas ciudadanas en las que quepan
todas las ideologías democráticas, porque todos estén unidos por la necesidad
de resolver, sin gastar ni cobrar un céntimo, los graves problemas actuales,
unas plataformas de ciudadanos que puedan coexistir con los partidos políticos,
pero que prescindan totalmente de ellos.
En
Barcelona se ha dado a conocer estos días la plataforma Voluntariado político y está calentando motores para poderse
presentar con las personas más competentes y desinteresadas a las próximas
elecciones municipales y europeas. Ojalá cunda el ejemplo en otras ciudades y
pueblos de España.
Chapeau a los políticos honestos, pero a los
demás no tenemos por qué perdonarlos.
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