¿Por qué soy europeísta?
Félix de la Fuente [colaboraciones]..
Realmente, como diría Ortega y Gasset “yo soy yo y mis circunstancias”. Después de haber pasado varias décadas de la vida laboral en otros países de la UE, de estar viviendo en una ciudad bilingüe y cosmopolita y de estar profesionalmente rodeado de extranjeros, ¿qué otra cosa se puede ser? ¿Cómo puede uno seguir pensando solamente en clave nacional?
Claro que hay personas encarceladas en sí mismas que ni viven ni gozan de sus circunstancias, personas que llevan siempre las orejeras puestas, como los mulos, o machos (así se dice en Castilla), y van por la vida a piñón fijo, sin enterarse que a su lado caminan otras personas de distinto color, de distinta raza, de distinto idioma, de distinta religión, de distinta ideología, pero que tienen los mismos derechos, las mismas virtudes y los mismos defectos que ellas, y con las mismas aspiraciones que ellas por una vida más justa y mejor. Soy europeísta, por tanto, forzado por mis circunstancias. Claro que no solo por eso.
¿Qué significa ser europeísta? Defender activamente la integración europea ¿Razones? Son muchas y de diferentes tipos. Cualquiera de ellas ya sería suficiente para convencer al más nacionalista. Porque sí, europeísta es lo contrario de nacionalista, pero, ojo, que hay nacionalistas regionales y nacionalistas nacionales. Y con los nacionalistas acérrimos y los seguidores incondicionales de los partidos políticos, es mejor no perder el tiempo.
Soy europeísta, porque quiero la paz. La UE surgió de las ansias de reconciliación fundamentalmente entre Alemania y Francia, aunque también entre todos los países de Europa. La paz ha sido y es el logro más importante que nos ha brindado y está brindando a los europeos la integración europea.
Soy europeísta, porque no quiero fronteras ni controles, ni muros, ni fosos que separen a los países y a las personas, porque todas las personas debemos ser iguales ante la Ley, independientemente de la nacionalidad y del país donde hayamos nacido. Lo soy, porque, a pesar de todas las imperfecciones, injusticias y desigualdades que reinan en muchos países de la UE, y entre ellos España, Europa tiene el sistema social más avanzado y más ecológico del mundo, gracias en gran parte a la legislación europea.
CUESTIÓN DE SUPERVIVENCIA
Ser europeísta es una cuestión de supervivencia. Mientras las empresas se unen a nivel internacional para poder subsistir o los sindicatos tratan de hacer lo mismo para defender los derechos del trabajador, los españoles seguimos empeñados en trocearnos para caer en manos de cualquier tipo de mafia.
Como español, soy europeísta, porque Europa nos facilitó en su día el camino hacia la democracia y hacia el bienestar, porque Europa nos ha rescatado ya una vez y nos está rescatando de la incapacidad de nuestros gobernantes. Soy europeísta porque gracias a la libertad de movimiento de las personas que nos brinda la UE, puedo ver y leer lo que piensan otros países y me puedo liberar, así, del “pensamiento único” de casi todos nuestros grandes medios de comunicación.
Lo soy, como español, porque la Comisión Europea es la única institución que les está diciendo a nuestros políticos que se muevan para que en nuestro país se reduzca el paro y, sobre todo, el paro juvenil. Soy europeísta, porque la solidaridad, que es una de las ideas motores de la integración europea y que en un día nos ayudó a prosperar económicamente y a integrarnos en Europa, podría ayudarnos a superar el enfrentamiento entre las diversas regiones de España.
Soy europeísta, porque la UE ha ofrecido una oportunidad a millones de jóvenes europeos a través del programa Erasmus. ¡Gracias, Europa, por haberme abierto los ojos en tiempos de la dictadura de un militar y por ayudarme a tenerlos abiertos en tiempos de la dictadura actual de los partidos políticos!
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