¿Sois estúpidos, vagos y arrogantes?
Félix de la Fuente [colaboraciones].-
Si Josep Borrell tiene que recurrir a la prensa para enterarse de lo que está ocurriendo en el mundo, es lógico que monte en cólera contra toda esa multitud de altos funcionarios, que componen el servicio exterior de la UE y que no han sido capaces de prever lo que estaba ocurriendo o iba a ocurrir en Ucrania y en los demás países donde se encuentran. Pero lo que para Borrell es una afirmación, para mí es una interrogación.
Y el alto representante de la UE para la Política Exterior, antes de lanzar ese exabrupto debería examinar por qué sus súbditos son estúpidos, vagos y arrogantes. La respuesta quizás no sea tan simple como él se imagina. Lamentablemente la política de la UE no sigue unos derroteros muy distintos de las políticas nacionales.
Sánchez, en su soberbia napoleónica, culpa a su equipo de haberse presentado tarde y de haber hecho esperar el jefe de Estado. Eso sí que es arrogancia. Borrell culpa a los funcionarios de la Comisión de llegar tarde en su información sobre Ucrania. Ninguno de los dos reconocerá que la mayoría de los miembros de su equipo los han elegido a dedo ellos o sus respectivos partidos políticos.
Cuando en la política prima el clientelismo, el enchufismo y la mediocridad, no es de extrañar que lleguemos tarde. Cuando los jefes no quieren oír más que lo que les conviene, los súbditos se inventan la información, pues no se atreven a decir la verdad para no contradecir al ego del jefe.
Señor Borrell, ¿usted quiere tener realmente funcionarios
sinceros y competentes? No recurra usted
a las filas de los partidos políticos.
Pregúntese por los méritos que han hecho la mayoría de las personas de
las que usted está rodeado. La partitocracia es la diosa de la UE, pero que
puede acabar con el proyecto más noble y más integrador de toda la historia de
Europa.
Usted quiere la UE de la eficiencia, no de la mediocridad, una UE que llegue a tiempo a los problemas, incluso que se adelante a ellos. Esa es la UE que queremos también los ciudadanos. Pero para esta Europa, usted debe rodearse de los mejores, de los más competentes, sin preguntar qué afiliación política tienen.
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