Alguien se está cargando la Unión Europea
Félix de la Fuente [colaboraciones].-
En la vida quedarse parado es malo, pero ir lento es casi peor, porque te estás pseudoconvenciendo a ti mismo de que te mueves, de que avanzas, cuando en realidad estás llegando tarde a todas partes. Es lo que está ocurriendo con la UE, que dio un extraordinario salto hacia adelante en los primeros años de su existencia, limitado, es verdad, al campo económico y comercial, al suprimir los aranceles y las aduanas interiores.
Vino después el euro, que supuso otro gran paso, pero que ni siquiera ha llegado a ser la moneda de toda la Unión Europea. La integración económica debería ser el primer paso para la integración política, y, sin embargo, estamos muy lejos aún de alcanzar el primer paso o esa primera etapa. La cohesión económica, social y territorial no avanza, ni tampoco la solidaridad entre los Estados miembros (art. 3 Tratado de la Unión).
Sin una política fiscal común, es decir, sin una integración o armonización fiscal no puede haber una integración económica. El caso de la sociedad Ferrovial, prescindiendo de la responsabilidad o no responsabilidad del actual gobierno español, en la intención de esta empresa de trasladar su sede social de España a los Países Bajos, nos está demostrando que dentro de la UE hay en realidad paraísos fiscales, a los que se trasladan las sociedades porque allí se sienten más seguras o tiene menos impuestos, paraísos que, a la vez que despiertan nuestros sentimientos nacionalistas y enfrentan a unos países con otros, están ahondando aún más la brecha entre los países ricos y los países pobres.
Y ¿por qué no se da una armonización fiscal en toda la Unión Europea? Si me respondéis por qué no se da una armonización fiscal a nivel nacional en nuestro país, España, tendréis el 99 % de la respuesta a la primera pregunta. La armonización fiscal debería darse en los impuestos directos (sucesiones, impuestos de sociedades etc.), pero este campo es competencia única y exclusiva de los países miembros, y los gobiernos nacionales, cual perros del hortelano se niegan a ceder lo más mínimo.
Todos
los gobiernos nacionales son corresponsables, pues todos lo consienten o están
de acuerdo. No es la UE la que fomenta
el traslado de las empresas de unos países a otros, sino los gobiernos nacionales,
quienes impiden la armonización fiscal y económica dentro de la Unión,
fomentando, a su vez, los nacionalismos.
Los cimientos de la UE no están nada seguros y los nacionalismos pueden acabar con todo el edificio de la Unión. URGE LA UNIÓN ECONÓMICA, Y TAMBIÉN LA POLÍTICA
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