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La pataleta de Podemos

Francisco M. Navas [colaboraciones].-         

El espectáculo ofrecido por la ya exministras de Podemos, Ione Belarra e Irene Montero, en el acto de entrega de sus respectivas carteras a sus legítimas sucesoras, no dejó a nadie indiferente. Si se trataba de conseguir protagonismo personal a cualquier precio, sin duda lo consiguieron.

Frente a sus respectivas pataletas, absolutamente ridículas por lo pueril de sus protestas, he de confesar que me sorprendió la serenidad con la que soportaron el chaparrón las dos ministras recién nombradas, que van a sustituirlas en el Consejo de Ministros. Incluso tuvieron la elegancia de resaltar y alabar la gestión de sus antecesoras, aun cuando existiesen sobrados motivos para criticar algunas de sus actuaciones como ministras.

Tanto Ione como Irene repitieron argumentario, convirtiendo lo que debía ser un acto de compañerismo y cortesía en sendos mítines, rancios y agresivos en su exposición, y profundamente inexactos en cuanto a su razonamiento. Me explico: de los gobiernos de nuestro país nadie echa a nadie. Entre sus facultades exclusivas, es el Presidente de Gobierno quién nombra o cesa a sus ministros y ministras. Y ser titular de un ministerio no te convierte en titular del mismo de por vida.

Incluso algunos como Pablo Iglesias, líder carismático de Podemos, lejos de ser cesados, abandonaron sus respectivas carteras voluntariamente para intentar salvar a su formación política de la debacle que se les avecinaba en la Comunidad de Madrid. Por cierto, sin resultados positivos en apariencia.

FALTA DE AUTOCRĂŤCA DE BELARRA Y MONTERO

La falta de autocrítica de Ione Belarra e Irene Montero raya en lo patológico. Desde la marcha de Pablo Iglesias no han sido capaces de revitalizar un partido huérfano de un verdadero líder como él, el cual, no lo olvidemos, nombró por su cuenta como sucesora a Yolanda Díaz sin siquiera consultárselo.

Y mientras ellas han demostrado con algunas de sus actuaciones ser unas auténticas aficionadas en política, Yolanda Díaz ha conseguido, con una gestión ministerial impecable y con un talante personal que une y no divide, crear un nuevo espacio político, Sumar, donde Podemos se integró voluntariamente, con todas sus consecuencias, y que ha conseguido salvar los muebles de muchas formaciones políticas a la izquierda del PSOE.

De otra parte, resulta ridículo que ambas exministras se erijan en salvadoras de la democracia y de los derechos sociales en España, tachando al PSOE como poco de reaccionario. Habría que recordarles que cuando ellas comenzaban sus estudios universitarios ya llevaba el PSOE décadas luchando por la libertad y protagonizando todas las mejoras sociolaborales que se han dado en este país.

Es curioso que en la retahíla de insultos al PSOE, propio de un argumentario algo trasnochado, no se contemple siquiera una mención crítica al Partido Popular, que no ha dejado de obstaculizar los avances democráticos cuando no gobierna.

LA ELEGANCIA EN POLĂŤTICA DIGNIFICA A QUIEN LA PRACTICA

El gobierno de coalición estrenado por primera vez en la anterior legislatura ha resultado altamente fructífero para el país y para la sociedad en su conjunto. No me cabe la menor duda de que la crisis del COVID, la explosión volcánica en la isla de La Palma o la guerra de Ucrania, habrían sido abordadas de manera muy diferente por el Partido Popular, anclado permanentemente a Vox.

Y precisamente por haber sido un gobierno de coaliciĂłn nadie debe atribuirse ningĂşn logro del gobierno saliente, sea cual sea su cartera, porque si bien los ministerios proponen, las medidas se votan en el seno de las deliberaciones del consejo de ministros y ministras, y Podemos contaba con cinco carteras, frente a diecisiete del PSOE. Si este partido hubiese querido bloquear alguna propuesta de Podemos, podrĂ­a haberlo hecho sin esfuerzo alguno, aplicando la fuerza de su mayorĂ­a.

La elegancia en política dignifica a quien la practica. Es evidente que las representantes de Podemos no han sabido mantener la boca cerrada, de cara a los medios de comunicación, en relación con sus legítimas diferencias con el PSOE, lo que ha permitido dar una imagen irreal de desunión interna del gobierno que, a mi entender, les ha perjudicado electoralmente, permitiendo el ascenso del Partido Popular a costa de la pérdida de una parte de sus votantes y de la desaparición de Ciudadanos.

En cuanto a su negociaciĂłn con Yolanda DĂ­az, Ă©sta, no lo olvidemos, ha demostrado tener mayor formaciĂłn polĂ­tica que las dos ministras salientes. Desde el momento en que decidieron integrarse en Sumar estaban certificando la disoluciĂłn de Podemos en este nuevo espacio polĂ­tico, con todas sus consecuencias. La desapariciĂłn del mapa polĂ­tico de Pablo Iglesias les ha pasado una costosa factura.

SEGUIR EN SUMAR O IRSE, DIFĂŤCIL DILEMA

Ahora tienen dos caminos: abandonar Sumar en el Parlamento, para escenificar realmente su supuesta dignidad ofendida y su independencia ideológica, e integrarse en el Grupo Mixto, con una significativa pérdida de influencia política y de ingresos económicos, o permanecer en Sumar, disfrutando de los beneficios que dicha coalición les ofrece.

Eso sĂ­, sin olvidar que ahora quien manda es Yolanda DĂ­az, y ya ha demostrado con creces que posee la misma capacidad para negociar como para aplicar sus planteamientos polĂ­ticos a rajatabla, sin que le tiemble el pulso, y con la sonrisa en la boca.

Ojalá alguna vez las formaciones políticas a la izquierda del PSOE dejen de mirarse el ombligo, y se fortalezcan para seguir defendiendo y aprobando políticas sociales favorables a la ciudadanía. Porque la alternativa a un gobierno de progreso produce verdadero pánico.

           

 

           

           

 

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