Manolita Fernández Tocino volvió a llenar San Telmo y a repartir 4.000 panecillos de San Antonio
Van ya veintisiete años y este ha sido uno de los que más personas han acudido al acto.-
Un año más, y van 27, Manolita Fernández Tocino ha dado el pelotazo el día de San Antonio de Padua, aunque más bien deberíamos decir el panazo, porque de nuevo la iglesia de San Telmo se llenó en la misa en honor al santo portugués, aunque adoptado por la localidad italiana de Padua, donde fue a dar y murió años después a los 35 años. Después todos los asistentes se trasladaron a la calle La Plaza, frente al templo, para recoger su preciado panecillo.
Cada
año aumenta el número de personas que no quieren quedarse sin el pan que regala
Manolita, pan duro, que no es para comer, sino para guardar todo el año y
rezarle si lo necesitas. La fe, que lo
mueve todo. Y contra lo que pudiera parecer, quienes aguantan la larguísima
cola, que llegó hasta el antiguo mercado, no son solo mujeres mayores o mujeres
en sí, sino que también encontramos muchos hombres, jóvenes y de edad madura,
lo mismo que las féminas.
También esperan pacientemente personas en carritos de ruedas, tacatacas o con muletas. Son gente variopinta, de toda edad y condición, políticos incluso, que se acercan hasta Manolita para pedirle los panes, que entrega a cada uno de ellos. No importa que el sol apriete y que caiga sobre sus cabezas implacablemente.
Este año han puesto dos mostradores, con lo que todo fue más rápido y el calor que hacía tuvieron que padecerlo menos tiempo que en otras ocasiones. Pero Manolita no estuvo sola, ya que le acompañaron sus tres nietos y voluntarios, así como miembros de Protección Civil. Todo discurrió con normalidad, cada persona se llevó el panecillo a su casa y la anfitriona feliz y radiante de ver a tanta gente acudiendo a su llamada.
Como dijimos antes, más que en otros años. Las cuatro mil piezas fueron volando como por arte de magia. Y mientras, muchas personas, aquí sí más mujeres que hombres, querían retratarse con Manolita, la protagonista del día, que las atendía con agrado y su perenne sonrisa. Hubo panes para todos, nadie se quedó sin él y el día de San Antonio volvió a brillar como nunca.
No faltaron las televisiones, ni la prensa escrita y Manolita, como pez en el agua, contando a todos su devoción a San Antonio, que trajo de Sevilla y que hace décadas la llevó a convertirse en propagandista del citado santo portugués-italiano en nuestra localidad. Veintisiete años ya y como dijo a PUENTE CHICO hace algún tiempo, estará al pie del cañón mientras el cuerpo aguante. Pues eso, que aguante muchos años más. Y que la cola siga creciendo…
Ole por Manolita
ResponderEliminarVivan las caenas!!
ResponderEliminarBuen anis
EliminarY Miguel Ordoñez su marido , debería repartir Jamón para los panes
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