Que tome nota Chiclana de lo que va el Cambio Climático

Juan J. Rodríguez Ballesteros [colaboraciones].-

En la gran riada de 1965 tuvimos la suerte de que ocurrió de día, se vio venir y no hubo pérdida de vidas humanas. La cuenca del río Iro, casi un riachuelo con muchos arroyos que en él confluyen, es extensísima y acumula una ingente cantidad de agua que en caso de DANA o Gota fría es casi imposible de que no salga de su cauce.

En aquel 19 de octubre de 1965 -quédense con el mes-,  hacia las 11,30 de la mañana llegó una mujer de Las Albinas -quédense con el sitio- buscando a su hijo en mi clase del colegio de San Agustín. Los frailes, en poco tiempo y con buen criterio, nos mandaron a casa. Como siempre, la calle de La Plaza se inundó hasta la altura de la acera y durante varias horas así siguió hasta que llegó la avalancha de agua.

El Puente Grande hizo de presa por los troncos y demás, provocando la rotura del talud que protegía a la plaza de España. El agua subió hasta casi cubrir la planta baja y el patio de mi casa. Por la calle de La Fuente salían las bandejas, con sus dulces, del horno de la pastelería La Cubana a una velocidad inusitada; del Banco Español de Crédito salían muchísimos sobres que imaginábamos llenos de dinero y que Juan Luis Martínez intentó pescar alguno con una caña.

Poco después la fuerza del agua tumbó y arrancó el kiosco de la calle de la Vega. Una cama de matrimonio, con su almohada y colcha de damasquina celeste perfectamente colocadas, apareció flotando por esa misma calle como si fuera una extraña procesión. Se veían pasar dando brincos en el agua los caballitos del tiovivo que estaba en La Alameda de Río. Se decía que la Virgen Muerta de San Telmo se había atravesado en la puerta de la iglesia.

PILARES DE HORMIGÓN Y PELIGRO DE TAPONAMIENTO DEL IRO

¿Qué ha cambiado desde entonces? Lo principal es que ese tipo de eventos destructivos se van a repetir más asiduamente debido al Calentamiento Global, y además, serán cada vez más dramáticos, pues lo que ha comenzado no se va a revertir hasta sabe dios cuándo. Al río Iro se le ha ampliado su cauce y encauzado a su paso por la localidad.

El sistema de recogida de aguas pluviales ha mejorado notablemente y los puentes que se hicieron, aunque destrozaron el urbanismo, especialmente de la actual plaza de Andalucía que sigue desangelada -tapados con grandes carteles los destrozos- y la histórica y desaparecida Huerta de la Plata, permitieron que nuevas crecidas del río no desembocaran en riadas.

Eso ha sido así hasta que ha aparecido un nuevo peligro debido a la torpe actuación de las administraciones, pues el cauce del río ha sido ocupado por un bosque de 16 grandes pilares de hormigón que soportan el puente Grande, el del tranvía y los de la innecesaria plataforma que afea enormemente el comienzo de la alameda del Río, apareciendo esa estructura sin identidad ni gracia ni justificación, si bien ese daño no se percibe desde la plaza de Andalucía, todo hay que decirlo.

De todas formas es un proyecto de pocas luces, torpe. ¿Para qué gastar tanto dinero en algo que ni encaja ni aporta nada a la movilidad peatonal y además hace aumentar el peligro de taponamiento en caso de riada?  No logro entender ese afán de dejar huella en un entorno ya tan desgraciado.

ACTUACIONES DE POLÍTICOS DESCEREBRADOS

Ha cambiado y mucho la zona inundable de Las Albinas y La Longuera, el lugar por el que salía el agua de Chiclana, por el lado de El Lugar, cuando había una riada. Es de descerebrados haber llenado esa zona tan baja, donde yo de chico iba a coger renacuajos, de edificaciones y bloques de pisos, en vez de ser un espacio arbolado como corresponde a su peligroso emplazamiento.

Y lo que ya es de rasgarse las vestiduras, el haber colocado la infraestructura sanitaria pública más importante de la localidad -El Centro de Especialidades- allí, inutilizándola cuando más falta haría en caso de inundación. ¿A quién pudo ocurrírsele semejante barbaridad? Es junto a la plataforma y el tranvía sobre el Iro, otro insulto urbanístico. Y planean seguir construyendo, taponando el orilleo de una posible riada hacia su salida natural por los esteros y salinas.

Por último ¿por qué el Ayuntamiento no ha intervenido impidiendo la construcción de chaleres-viviendas en el cauce del río por la vaguada o carreterita del Palmar, que baja al Iro justo antes del puente del Pago del Humo? Lo mismo habría que decir de otras zonas cercanas a arroyos cuyo comportamiento bien se conoce de 1965.

El urbanismo de Chiclana ha sido negligente y dolosamente olvidado por autoridades ciegas y oportunistas que, por supuesto, les cobrarán sus impuestos. ¡Que no nos caiga una como la de Valencia!