La Chapuza de “El Torno”

Santiago Laz [colaborador]

El diluvio de invierno saca a la luz la incompetencia de algunos constructores y técnicos, se despejan incógnitas y asistimos como la naturaleza del agua, que se acomoda en el hormigón, busca su sitio en forma de gotera en la casa de algún paciente vecino que espera su llegada con el cubo de la fregona.


Al igual que el agua, la verdad busca su cauce, ya sea entre las páginas de la prensa o en forma de corrillo entre los vecinos de una comunidad afectada por una chapuza más. En la Barriada Pintor Sebastián Gessa, más conocida como El Torno, el pequeño chorro y la humedad incesante en el interior de algunos inmuebles, con las lluvias de estos días, ha puesto al descubierto la mala praxis en el Plan de Rehabilitación de Viviendas de la Junta de Andalucía, así como de los operarios designados por la administración para tratar el estado de las grietas, los sótanos, las cubiertas y las juntas de dilatación de los edificios.

La rehabilitación de El Torno a costado más de 1,2 millones de euros, con un 75% de subvención pública y el resto costeado por los vecinos, con un pago de más de 3.600 euros por propietario, para ver sólo cumplido el saneamiento de las fachadas. La cascada doméstica de estos días atrás denota que no sólo no ha existido una mejora integral, si no que no se ha tratado las cubiertas, ni los bordes de forjado, a lo que hay que sumar, reconocido por la Presidencia, defectos en la reposición de bajantes y gárgolas. ¿Dónde está la mejora integral? ¿Dónde está el dinero?

Otras de las incógnitas de esta fase de rehabilitación iniciada en 2006, es la falta de garantías o seguro para cubrir los desperfectos que han podido y que pueden ocasionar futuras precipitaciones. El exceso de celo de la Junta Directiva de la AAVV Pintor Sebastián Gessa, defendiendo la autonomía de los arreglos por parte de cada vecino, a pesar de los informes periciales, constata otra irresponsabilidad. Por ello les repito la definición de Asociación de Vecinos: Son agrupaciones de personas que conviven en un mismo ámbito o sector de la comunidad, los cuales se organizan legal y legítimamente con el fin de ocuparse de sus intereses y problemas comunes. Esta Junta Directiva que representa a una barriada de 150 viviendas con un problema común, debería de responder a las preguntas suscitadas por sus vecinos para tapar la fuente de donde emana el problema, en vez de incitar a recoger charcos con la mopa. Este es un caso primermundista y nimio comparado con el desastre de Haití. Al fin y al cabo, no es tan grave que te cale el agua, sino que te cale ese mensaje de “sinvergüenzas” Contratistas y/o Contratados que subraya la falta de profesionalidad.