Nos miran
José Antonio Sanduvete [colaborador]
Observad atentamente. ¿Veis aquel hombre que lee el periĂłdico sentado en el banco? ¿Y esa furgoneta de la compañĂa telefĂłnica que aparenta efectuar reparaciones? ¿No os dais cuenta de cĂłmo os mira el tipo del estanco cuando os vende el tabaco, cuando os da el periĂłdico?
Nos miran. Y nos oyen. Nos pinchan los teléfonos, nos leen el correo, alguien en algún lugar se dedica a contemplar en una multitud de pantallas de televisión nuestros movimientos durantes las 24 horas.
Colocan cámaras en los agujeros de las paredes, en los ojos de los cuadros que nos rodean en el salón, en el dorso de los espejos, tras el retrovisor del coche, en el salpicadero.
Manejan nuestras cuentas bancarias, nuestros carnets de identidad, nuestras compras y desplazamientos.
¿Nunca os habĂ©is fijado en ese satĂ©lite que nos persigue con su mirada de robot mecánico? Claro que no, se encuentra allĂ, en la estratosfera, sin abandonarnos ni de dĂa ni de noche.
Intuidlos. Sentidlos. Nos miran.
Y hacen bien, porque en cuanto pueda, si se despistan, si se relajan, si distraen por un momento su atención, acabaré con ellos.
Observad atentamente. ¿Veis aquel hombre que lee el periĂłdico sentado en el banco? ¿Y esa furgoneta de la compañĂa telefĂłnica que aparenta efectuar reparaciones? ¿No os dais cuenta de cĂłmo os mira el tipo del estanco cuando os vende el tabaco, cuando os da el periĂłdico?
Nos miran. Y nos oyen. Nos pinchan los teléfonos, nos leen el correo, alguien en algún lugar se dedica a contemplar en una multitud de pantallas de televisión nuestros movimientos durantes las 24 horas.
Colocan cámaras en los agujeros de las paredes, en los ojos de los cuadros que nos rodean en el salón, en el dorso de los espejos, tras el retrovisor del coche, en el salpicadero.
Manejan nuestras cuentas bancarias, nuestros carnets de identidad, nuestras compras y desplazamientos.
¿Nunca os habĂ©is fijado en ese satĂ©lite que nos persigue con su mirada de robot mecánico? Claro que no, se encuentra allĂ, en la estratosfera, sin abandonarnos ni de dĂa ni de noche.
Intuidlos. Sentidlos. Nos miran.
Y hacen bien, porque en cuanto pueda, si se despistan, si se relajan, si distraen por un momento su atención, acabaré con ellos.
Nos espĂan desde arriba.
ResponderEliminar¿Para cuando el juicio a la NASA?