Logo Derecho - Bann

Luis García Berlanga: se nos fue el maestro del cine español

Retrató como nadie el país en unos tiempos en los que la censura atacaba sin piedad

Luis García Berlanga, el director más importante del cine español conjuntamente con Luis Buñuel, se nos fue en silencio ayer sábado a los 89 años. Autor de la mayoría de las mejores películas de nuestro cine, llevaba años retirado de los escenarios fílmicos, aunque de vez en cuando hacía alguna salida para asistir a algún homenaje. El director valenciano nos regaló joyas como “Plácido”, “El verdugo”, Bienvenido Míster Marshall”, “Calabuch”, o la trilogía de “La escopeta nacional”, “Patrimonio Nacional” o “Nacional III”.


La pérdida de un director de cine tan importante como Luis García Berlanga nos deja huérfanos de una de las personas más clarividentes de nuestra cinematografía. Berlanga nos alegró la vida durante décadas con sus personajes humanos, sensibles, cómicos, cínicos, críticos, fetichistas, desamparados o reivindicativos. Su retrato de la vida en España en aquella época fue perfecta.

Sus películas, la mayoría con la inestimable colaboración de Rafael Azcona, principalmente, o Juan Antonio Bardem en sus comienzos. Delante de su cámara han pasado los más grandes de nuestro cine y teatro como Pepe Isbert, José Luis López Vázquez, Manuel Alexandre (fallecido hace poco más de un mes), Fernán Gómez, Pepe Sacristán, Juan Diego, Galiardo, Landa, Concha Velasco, Manolo Morán, Cassen, Saza, Mónica Randall, Agustín González, Antonio Ferrandis, Luis Ciges, Luis Escobar y un larguísimo etcétera.

Hablar de una película preferida sería muy difícil, ya que su filmografía es tan extensa y excelente que cuesta decidirse. De todos modos, podría decir que es “Bienvenido Míster Marshall”, con Pepe Isbert y Manolo Morán quizás en sus mejores papeles. Pero no puedo dejar atrás “Plácido”, o “El verdugo”, una crítica contra la pena de muerte, contra el garrote vil en unos años en los que la dictadura todavía era temible y la censura mucho más.

CALABUCH

Sin embargo, no quiero dejar en el tintero otras obras quizás menos conocidas pero también importantes: “Calabuch” y “Tamaño natural”. La primera rodada en una ciudad castellonense, Peñíscola, cuando todavía no habían hecho acto de presencia las grúas y la especulación urbanística. En ella Isbert era el farero y jugaba al ajedrez por teléfono con un entrañable viejecito, al que todos querían a pesar de haber llegado poco antes al pueblo. Edmund Gwenn da vida a un científico nuclear que se esconde de incógnito allí, huyendo de una vida que no le satisface demasiado.

Cuarenta y tres años más tarde rodaría en este mismo lugar la que sería su última película, París-Tombuctú, que comenzaba como “Calabuch”, con Manuel Alexandre –Manolito le llamaba Berlanga- pintando las letras de una barca con los nombres de los hijos de la pareja de enamorados que cuarenta y tres años antes había pintado en otra de igual tamaño, pero rodada en blanco y negro.

Bonito guiño al pasado, a su pasado, y a la ciudad donde se rodaron ambas, que tras cuatro décadas había pasado de pueblo marinero y encantador a ciudad llena de rascacielos en la playa, en la que la década de los 50 se había rodado la batalla de los cristianos contra los moros en “El Cid”.

Tuve la oportunidad de ir hace cerca de cuatro años a Peñíscola, donde se han rodado muchas más películas, y recorrí los lugares en los que discurrieron todos estos filmes, incluido el faro y el castillo del Papa Luna, impresionante, dominando el entorno, con unas vistas fantásticas. Me impregné de Berlanga, de Pepe Isbert, de Manuel Alexandre, de cine en definitiva. El paisaje ya no es el mismo, el horizonte ya no es azul, lo han conquistado edificios altos y feos, decenas de grúas que impiden verlo. Aun así, es una ciudad que recomiendo visitar.

En cuanto a “Tamaño natural”, es otra de mis preferidas. Atrevida, rompedora, misógina, erótica, triste, con un Michelle Piccoli en su mejor momento, aunque este actor francés nunca ha tenido épocas malas de interpretación. A ellas uniría “La vaquilla”, “Todos a la cárcel”, “Moros y cristianos”, “Los jueves, milagro”, “Novio a la vista”, “Esa pareja feliz”, su debú en el cine codirigiendo con Juan Antonio Bardem.

VISITA A CHICLANA

En noviembre de 2005 estuvo en Chiclana para hablarnos del erotismo en el cine dentro del seminario de la Fundación “Fernando Quiñones”. Entonces tenía 84 años y la memoria le fallaba más de lo que él quisiera, pero aún así, oírle fue una delicia y una ocasión irrepetible para conocer de primera mano su dilatada existencia.

No hubo conferencia, fue un coloquio con el público y nos contó muchas cosas interesantes. Afirmó que su mayor afición, por encima incluso del cine, “es el erotismo”. Se declaró amante del fetichismo, haciendo proselitismo de una fundación que han creado hace poco, “Academia del tacón de aguja”, invitando a las mujeres a afiliarse a ésta, eso sí, el tacón no deberá tener menos de doce centímetros.

UNA MUÑECA TAN CARA COMO LA BARDOT

Declaró así mismo ser amante del sadismo: “Me encanta atar a una mujer a la cama y darle azotes, eso sí, con su consentimiento y para que sienta placer. Eso me vuelve loco”, recordando una anécdota de una de sus películas: “Había una escena con Bárbara Rey atada a una cama, desnuda. Bárbara estaba entonces guapísima y la escena era simple, un segundo, entraba José Luis López Vázquez, la veía allí y cerraba. La tuvimos una hora poniendo disculpas”.

Habló de José Isbert, “se aprendía las frases que tenía que decir, pero no sabía de qué iba la película, no hacía falta ensayar mucho y sólo con hablar y decir su texto era suficiente. Fue un gran actor”, y de Michelle Piccoli, “es buen actor, pero tenía muchas rarezas”.

La muñeca hinchable de “Tamaño natural” costó nueve millones de pesetas de los años 70 y cuando se enteró del precio el presidente del estudio norteamericano que la producía, como Brigitte Bardot cobraba lo mismo por película les dijo: “Haberla contratado y que hubiese estado quieta durante la película”. Reconoció que en ese film, cuando Piccoli le saca la lengua a la muñeca “me puse cachondillo”, aunque aseguró que esa película no era erótica, que nunca había hecho este tipo de cine.

Conocerle, charlar con él, fue una de esas experiencias que nunca olvidaré. Descanse en paz.

6 comentarios:

  1. Una pena la muerte de Berlanga. Sus películas forman parte de mi vida, las he visto todas y me enfadé cuando no pude verlo hace cinco años. Me habría hecho ilusión asistir a este acto.Descanse en paz.

    ResponderEliminar
  2. Yo me parto con Bienvenido mister Marshall, me recuerda a la Junta prometiendo dinero pa chiclana, a Roman diciendo que nos van a dar no se qué y luego pasan las subvenciones por delante de nuestras narices y no vemos na. Este año nos darán 33 millones de pesetas pa la Ronda Oeste. De risa. Lo dicho, Berlanga retrató hace más de cincuenta años nuestra Chiclana de hoy.Lo malo es que Román no tiene el arte y la gracia de Pepe Isbert.

    ResponderEliminar
  3. Como arcarde de este pueblo que soy os debo una explicacion y esa explicacion que os debo os la voy a explicar porque para eso soy el arcarde de este pueblo y presisamente por ello os debo una explicacion y explicacion os la voy a explicar imediatamente porque para eso, para eso soy el arcade de este pueblo y me conoceis bien y por eso os debo una explicacion y esa explicacion os la voy a dar...............
    que bueno ja ja ja ja ja ja
    España no ha cambiado nada.

    ResponderEliminar
  4. Pues no, Fumanchu, España casi no ha cambiado porque a los dictadores de las armas lo han sustituido los de los votos, que llevan casi los mismos años que Franco y que han convertido un pais democratico en otro que cada vez deja mas que desear y lo grave es que los que llevan el timon se dicen socialistas. Ay pena, penita, pena, pena, pena, que malito es el Roman, cada mes hay mas paro, pena, que no se puede aguantar.

    ResponderEliminar
  5. Tiene razon y yo me alegro por ello
    Pero España es mucha España y no solo esta dividida en 4 partes derecha, inquierda, democracia y dictadura.
    Yo me refiero que los politicos llamense dictadores, derechos, izquierdos o democratas ante por lo que eran y ahora por lo son
    no han cambiado nada.
    siguen sin explicarse con el pueblo.
    En la pelicula es curioso que todo el pueblo debajo del balcon llevansen los mismos sombreros no lo he entendido nunca.
    a lo mejor el director quiso decir que cambian los pueblos y no sus gobernantes.

    ResponderEliminar
  6. Espero que lo disfruten como yo

    http://videos.larioja.com/informaciondecontenido.php?con=268

    ResponderEliminar

Los Comentarios publicados son de exclusiva responsabilidad de sus autores y las consecuencias derivadas de ellos pueden ser pasibles de sanciones legales.

Por favor al redactar tu comentario sobre EL TEMA, cuida las formas.
No utilices 'copiar y pegar' para grandes textos, ni mayúsculas en exceso. No poner textos en el nombre. No direcciones web externas. Mejor sin abreviaturas SMS. Los comentarios pueden ser borrados (ver Advertencia Legal)
.