La opinión
Fumanchú, el CHINAclero disconforme [colaborador]
Ya estaba más que harto, los nervios me comían mientras trataba de calmarme pensando en el ahora o nunca, mi familia me acompañaba y mi casa era una feria: suegra, cuñaos, primos, sobrinos y todos allí, sufriendo porque aquello no era disfrutar.
Aquel niño coge la pelota y hace con ella una galopada increíble por la banda mientras es perseguido por tres contrarios. Uno de ellos se queda atrás y es rodeado por cuatro, suelta la pelota muy mal. Con mucha dificultad trata de dejarla al compañero pero lo empujan, lo desequilibran y le quitan la pelota, pero de nada sirve porque su compañero la intercepta y se la pasa a su otro compañero de tacón y éste intenta pasarla.
Todo era una chapuza de jugada, el magnetismo o alguna fuerza desconocida formaba parte de aquel avance. Otra vez la interceptan mal pero, afortunadamente, el desvío hace que aquel famoso delantero se haga con la pelota para colgarla donde ya la defensa contraria está colocada, bien armada y cerrada. Así que coloca la pelota con elevación y bombeo hacia la posición del otro extremo, pero no me da la sensación de que sea buena idea. La pelota en el aire es sorteada a cara o cruz y al caer es interceptada por un defensa que la desvía con el pie para su desgracia hasta dejarla en el mismo pie del delantero central, que mientras se gira, ve él y vemos nosotros, la pared perfecta del inminente pase, cuando sentí que a toda mi familia se le levantaron las orejas a la vez.
Se producía el magistral pase, el receptor trataba de salirse muy hábilmente del fuera de juego y lo conseguía y allí quedo cuando recibió aquel balón, totalmente elegido para la gloria. No me lo podía creer, estaba en el lugar adecuado en el momento indicado y totalmente preparado para armar esa pierna con la ayuda de la otra, y con total frialdad para romper y romper con toda mi alma.
Era maravilloso. La red de la portería vibró y desde el cielo al suelo, mi hijo había dado un salto y casi se da con la lámpara, que menos mal que la cambiamos por otra que teníamos más baja. Mi suegra se reía a carcajada y todos gritábamos mientras mi reacción no fue otra que la de ponerme las dos manos en la cara y dejar el mundo en plena oscuridad, para poder concienciarme con certeza de que lo que acababa de ver era cierto, cuando mi reflexión fue interrumpida por aquellos golpes en la pared que divide mi vivienda de la de mi vecino, aquellos malditos golpes que el cabronazo de mi vecino me daba sólo cuando ganaba el Madrid.
Salí a la calle a la vez que él y le vi la cara de satisfacción porque no me podría mirar la mía. Nos saludamos como el que ve a alguien que ha venido de Francia. Jamás había visto en mi vida a tanta gente contenta y a tanta gente feliz a la vez y todos se dirigían a una misma dirección. Mujeres, niños, familias y familias enteras al completo hacia la fuente. No tenia duda de que aquello era histórico en la historia de Chiclana de la Frontera un hecho que jamás en mi pueblo había desbordado más felicidad, yo diría que esta vez había sido la única y primera en su historia desde que lo fundó ese conde de Medina Sidonia.
Y yo, tan tonto y tan feliz, no me acordaba de que estaba parao, y que no sabía si con los 420 euros ese mes de julio lo iba a tener cubierto de luz, de agua, de casa, gasolina y de clases particulares. No me acordaba de Zapatero, ni de Rubarcaba el implacable, ni der pezoe, ni de Román, ni de Marín, ni de la crisis, ni de nada porque estaba en una nube celestial, porque mi caraja individual me convertía en un tipo existente con existencia y con representación en este mundo. Una estúpida partícula de un determinado lugar del globo era reconocido por sus colores y por su marca a pesar de tantas diferencias, a pesar de tanta desconsideración y de tantas injusticias, envidias, rivalidades y celos entre nosotros mismos. Aquella noche, en mi pueblo, todos, pero que todos nosotros, dormimos con er colchón de la misma opinión.
Ya estaba más que harto, los nervios me comían mientras trataba de calmarme pensando en el ahora o nunca, mi familia me acompañaba y mi casa era una feria: suegra, cuñaos, primos, sobrinos y todos allí, sufriendo porque aquello no era disfrutar.
Aquel niño coge la pelota y hace con ella una galopada increíble por la banda mientras es perseguido por tres contrarios. Uno de ellos se queda atrás y es rodeado por cuatro, suelta la pelota muy mal. Con mucha dificultad trata de dejarla al compañero pero lo empujan, lo desequilibran y le quitan la pelota, pero de nada sirve porque su compañero la intercepta y se la pasa a su otro compañero de tacón y éste intenta pasarla.
Todo era una chapuza de jugada, el magnetismo o alguna fuerza desconocida formaba parte de aquel avance. Otra vez la interceptan mal pero, afortunadamente, el desvío hace que aquel famoso delantero se haga con la pelota para colgarla donde ya la defensa contraria está colocada, bien armada y cerrada. Así que coloca la pelota con elevación y bombeo hacia la posición del otro extremo, pero no me da la sensación de que sea buena idea. La pelota en el aire es sorteada a cara o cruz y al caer es interceptada por un defensa que la desvía con el pie para su desgracia hasta dejarla en el mismo pie del delantero central, que mientras se gira, ve él y vemos nosotros, la pared perfecta del inminente pase, cuando sentí que a toda mi familia se le levantaron las orejas a la vez.
Se producía el magistral pase, el receptor trataba de salirse muy hábilmente del fuera de juego y lo conseguía y allí quedo cuando recibió aquel balón, totalmente elegido para la gloria. No me lo podía creer, estaba en el lugar adecuado en el momento indicado y totalmente preparado para armar esa pierna con la ayuda de la otra, y con total frialdad para romper y romper con toda mi alma.
Era maravilloso. La red de la portería vibró y desde el cielo al suelo, mi hijo había dado un salto y casi se da con la lámpara, que menos mal que la cambiamos por otra que teníamos más baja. Mi suegra se reía a carcajada y todos gritábamos mientras mi reacción no fue otra que la de ponerme las dos manos en la cara y dejar el mundo en plena oscuridad, para poder concienciarme con certeza de que lo que acababa de ver era cierto, cuando mi reflexión fue interrumpida por aquellos golpes en la pared que divide mi vivienda de la de mi vecino, aquellos malditos golpes que el cabronazo de mi vecino me daba sólo cuando ganaba el Madrid.
Salí a la calle a la vez que él y le vi la cara de satisfacción porque no me podría mirar la mía. Nos saludamos como el que ve a alguien que ha venido de Francia. Jamás había visto en mi vida a tanta gente contenta y a tanta gente feliz a la vez y todos se dirigían a una misma dirección. Mujeres, niños, familias y familias enteras al completo hacia la fuente. No tenia duda de que aquello era histórico en la historia de Chiclana de la Frontera un hecho que jamás en mi pueblo había desbordado más felicidad, yo diría que esta vez había sido la única y primera en su historia desde que lo fundó ese conde de Medina Sidonia.
Y yo, tan tonto y tan feliz, no me acordaba de que estaba parao, y que no sabía si con los 420 euros ese mes de julio lo iba a tener cubierto de luz, de agua, de casa, gasolina y de clases particulares. No me acordaba de Zapatero, ni de Rubarcaba el implacable, ni der pezoe, ni de Román, ni de Marín, ni de la crisis, ni de nada porque estaba en una nube celestial, porque mi caraja individual me convertía en un tipo existente con existencia y con representación en este mundo. Una estúpida partícula de un determinado lugar del globo era reconocido por sus colores y por su marca a pesar de tantas diferencias, a pesar de tanta desconsideración y de tantas injusticias, envidias, rivalidades y celos entre nosotros mismos. Aquella noche, en mi pueblo, todos, pero que todos nosotros, dormimos con er colchón de la misma opinión.
Bueno recuerdos hace un año. Ahora a seguir ganando.
ResponderEliminaresto es un mensaje para fumanchu de juan antonio el de la cabra el indignado que no tiene mascaras.. joe a cara descubierta hace ya joe de siempre que digo las cosas, astes la gente mierda de este pueblo de mierda decian el loco de la cabra, ya no es asi, el tiempo me ha dao la razon. pues bien ahora es la mia ahora voy a derrotar toda esta injusticia que ha avido aqui en chiclana .. quiero que veas el comentario que he hecho al sr miguel el de vipren que dice que es represante de las empresas yo no se que que empresas, bueno ahi lo digo. y que sepan todos estos maricones que asta aqui hemos llegao.. el de la cabra volvera.. a 1º de octubre,,, pero volvera de botellonas no de amargado... asta que todo esto se arregle---
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