EDITORIAL-Febrero 2014

Y Román cogió su megáfono…-

Vivimos en una ciudad en la que no acabamos de sorprendernos cada día. La última subida de cejas nos la ha proporcionado la imagen del que fuera alcalde por la gracia de Manuel Jiménez Barrios primero y de María Ángeles Polanco y Nadine Fernández después -que pasarán a la historia como las traidoras-, José María Román.

A la salida del pleno extraordinario celebrado el mes pasado sobre los valores catastrales, se unió a los que estaban en la calle protestando, cogió un megáfono y se puso a vociferar. Imagínense la sorpresa de los viandantes cuando vieron al exalcalde megáfono en mano. La foto de Miguel García (“El Faro de Chiclana”) es muy ilustrativa.

A la derecha vemos a un exconcejal del PP mirándolo como al mesías acabado de bajar del cielo. Es uno de los que comandan la asociación recién creada, otrora enemigo político pero que ahora ha cambiado de bando y se plega a los designios del nuevo redentor del pueblo. Igual en las próximas municipales va en su lista.

En medio, otra exconcejala del PP, también voz de esta asociación. Por cierto, esta entidad que dice luchar por un IBI justo, utiliza los mismos métodos que el nuevo salvador del pueblo, invitando a todos los medios de comunicación a sus ruedas de prensa o enviándoles notas menos a PUENTE CHICO. Lo mismo que hacen todas las entidades, presuntamente libres, que caminan bajo el palio romaní. Curioso.

Sigamos con la instantánea. Detrás del adalid megafonero vislumbramos un apesadumbrado secretario de Formación socialista en actitud oratoria. En medio vemos a un edil con cara ausente, rival político del Moisés chiclanero, pero que no le queda más remedio que estar porque para eso forma parte del grupo.

Pero la cara más llamativa es la del que está a la izquierda. Su gesto es indescifrable, porque parece aburrido, aunque igual estará pensando en el mingo que está poniendo su jefe. Hay más ediles socialistas con caras similares.

El PSOE por fin se quita la careta y da el paso al frente, y se muestra tal como es: mitinero. Y falso”.

Recordemos. Quien pidió la revisión de los valores catastrales siendo alcalde no fue otro que José María Román. Quien tenía que haberlos firmado cuando llegaron era él, pero la pérdida del poder lo impidió y le toco tal “honor” a Ernesto Marín, su sustituto en la alcaldía en 2007. Desde entonces tenemos estos lodos.

Pero lo más sorprendente de esta historia es que quien auspició estos altos valores ahora se venda como defensor de los débiles ciudadanos, que siempre le han importado un pimiento. Todos nuestros males han venido precedidos de sus nefastas decisiones al frente del Ayuntamiento. Igual quiere ser el Sánchez Gordillo de Chiclana.