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Judíos, árabes y cristianos

  
Félix Arbolí [colaboraciones].-

La muerte alevosa de un ser humano no tiene justificación. No existen excepciones. El atentado masivo o crimen individual por razones ideológicas, étnicas o religiosas es mucho más reprobable. El mayor delito de la Iglesia católica ha sido, sin lugar a dudas, la etapa de su Inquisición. Es una página execrable en sus anales que no podrá borrar jamás.

Como católico me siento dolido por tan deplorable episodio. No creo que ninguno de sus autores sea digno de figurar entre nuestros más relevantes defensores de una fe que ellos denostaron.

Desde otra perspectiva, tampoco considero al pueblo judío como “pueblo elegido” del que pretenden sea mi Dios. Yo a ese “Ser “vengativo y cruel, no lo reconozco como mi divinidad, aunque me lo indique la Biblia que, para mí, es un libro apasionante de aventuras, eróticos cantares e historias fantásticas, poco convincentes. Libertad de opinión.

No doy la razón al judío, ni al árabe cuando matan y masacran en nombre de Dios. No puede haber un Ser capaz de enfrentar en esa lucha tan cruel a sus hijos porque unos le llamen Jehová y otros Alá en sinagogas o mezquitas. Lo considero una aberración.

El sanguinario y despiadado fanatismo islámico, tan extendido desgraciadamente por todo el mundo, ha golpeado y sigue golpeando con odio y crueldad en todos los países que ellos consideran enemigos, porque no reconocen a Alá como su único Dios. ¡Hay tantas maneras de invocar a Dios! 

ILUMINADOS

Los “iluminados” de su fe manipulan las mentes de los más débiles o más entregados a la causa y los someten a una terapia de odio y venganza contra todo aquél que no sea de su misma creencia. Creen ser premiados con un paraíso, al que sus mentores no tienen prisa en llegar. Los mártires de Alá se prestan obedientes a morir matando en su nombre.  No creo que a Alá le guste premiar asesinos, como a Cristo tampoco que torturaran y mataran en su nombre una serie de siniestros personajes con sotanas.

Los judíos, tras su triste y horrible holocausto nazi, decidieron establecer un Estado de Israel y allá emigraron en 1947, bajo los auspicios de Inglaterra y las normas emanadas de Lord Balfour, echando de sus tierras a la población palestina allí asentada desde tiempo inmemorial. Era una cuestión religiosa, basada en el Libro revelado. En esa zona siempre en conflicto tiene más importancia lo que dicen unos libros que la vida de las  personas que allí residen.

La Biblia, los Evangelios y el Corán rigen nuestras vidas de manera muy diferentes y hasta enfrentadas mayormente. Cuando llegaron a Palestina con la escabrosa intención de establecerse y fundar el “nuevo Estado” entre países circundantes, lo hicieron de manera disimulada y amigable. Luego, a las bravas, siguiendo las pautas de su famosa Ley del Talión, que también figura en su Libro. 

Y con el pretexto de defenderse de tantos enemigos que le rodeaban (no creo que pensaran les iban a invitar a sus fiestas sociales y veladas hogareñas), fueron acaparando mayor espacio gracias a la ayuda armamentista y financiera de su constante aliada USA. Sin omitir  esas sociedades y organizaciones poderosas y secretas que se mueven al compás del tintinear del oro de su Banca, donde ellos marcan la pauta. 

GENOCIDIO

La cuestión es que se han enzarzado en una guerra sin fin, pues ni ellos se encuentran seguros, ni los países que le rodean y fueron expoliados por la fuerza se resignan a que vengan desde todos los países a establecerse en una tierra que desde pretéritos tiempos era de los palestinos. Los hebreos llegaron a la antigua Palestina mil años después de que lo hicieron sus originarios habitantes, los Cananeos, que dieron el nombre de Canaán a su patria.

Luego los hebreos se dispersaron y se establecieron en muy distintos lugares de la tierra, adoptando sus distintas  nacionalidades y fundando en ellos sus núcleos familiares. ¿De dónde viene esa exigencia de tener que regresar a una tierra que ni siquiera conocían? Otra vez el Libro Sagrado.   

Lo que está ocurriendo en la zona palestina de Gaza es un genocidio en toda regla. Lo que ocurre en los distintos países donde la intolerancia de los islamistas causa masacres y crímenes espeluznantes, tiene igual calificativo. Perjudicados: los miles de inocentes, mujeres y niños que mueren sin culpa alguna porque los fanáticos de uno y otro bando no se atienen a razones y no quieren dejar de matar. 

Tan inocentes son las mujeres y niños palestinos víctimas de esta espantosa barbarie, como los judíos masacrados en el holocausto nazi y los miles de personas que murieron en el atentado de las Torres Gemelas, en el tren de Madrid y tantos otros lugares donde la Media Luna se tiñe de sangre inocente. Todos son culpables ante Dios y ante los hombres.

3 comentarios:

  1. Sr. Arbolí, discrepo con usted. Ya que pienso que las guerras no se hacen por motivos religiosos, sino por intereses económicos. La religión es la excusa para incitar a los pueblos a ellas, pero no la causa.

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  2. Los piraos que se inmolan no lo hacen por dinero.

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  3. pero los que le comen la cabeza al pirao para que se inmole o atacan con subterfugios la economía y la sociedad de su país para hundirlas y llevar a la gente a la miseria y deseperación más absolutas...si que lo hacen todo por dinero y poder. ¿A que si fueramos superhombres y no nos pudiesen matar y tiraramos del hilo de los muñecos de unos y otros bandos siempre llegaríamos al mismo puñado exclusivo de titiriteros que maneja todos los hilos? La guerra es un instrumento más de manipulación de masas, control de natalidad y motor de economía, de ahi que los poderosos la promuevan y luego pongan los sacos debajo de los cadáveres y bombas para que caigan billetes y billetes y billetes y billetes...

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