EDITORIAL-MARZO 2015

A aguas podridas, ganancias de manipuladores.-

Bueno, pues por fin, los políticos del PSOE se han enterado de que en Chiclana la capa freática está contaminada en gran parte del término municipal. Después de treinta años gobernando y cuatro en la oposición, los socialistas se han encontrado con que miles de ciudadanos llevan varias décadas teniendo las aguas de sus pozos ilegales contaminadas. ¡Qué sorpresa se han llevado!

Ni Sebastián Saucedo, ni José Mier, ni Manuel Jiménez Barrios y, por supuesto, José María Román, supieron nunca de la existencia de casas ilegales, pozos ilegales y fosas sépticas ilegales. Ellos, que tanto se preocuparon en sus tres décadas de gobierno del Ayuntamiento de Chiclana para que no hubiera viviendas ilegales, de pronto, por un informe que hace una concejala del equipo de gobierno municipal, sin permiso del alcalde para más inri, sale a la luz que muchos de los pozos del extrarradio tienen sus aguas contaminadas.

Y claro, ponen el grito en el cielo. Normal. Este alcalde es muy malo, ha consentido que miles de chiclaneros corran grave peligro de contaminarse. ¡Esto es intolerable. Hasta ahí podíamos llegar! ¡Hace falta una comisión de investigación! Tener a miles de personas en peligro de intoxicarse o incluso de morirse, no puede quedarse en nada. Hay que tomar medidas, y que sean ejemplarizantes.

Dicho y hecho. Lo primero que pensaron estos ilustres prebostes del capullo y la rosa fue en presentar esa propuesta en un pleno municipal. Saben que contarán con la ayuda de sus inestimables socios del partido que les colocó en la Junta, y de paso, seguro que también les puede caer el voto de la concejala que hizo el informe y que el mal alcalde ha cesado por atreverse a ello sin su permiso.

HACER RUIDO

El futuro de Chiclana está en peligro, los turistas dejarán de venir si se enteran que los de las casas ilegales tienen sus aguas contaminadas. Bueno, no, los turistas no. Éstos van a los hoteles del Novo o a los chalés de La Barrosa y ahí no hay peligro alguno porque el agua que llega a sus casas es la que suministra el Ayuntamiento y está en perfectas condiciones.

Da igual. Hay que hacer ruido para que intervengan los ecologistas, que tampoco se habían enterado hasta salir la noticia del cese de la edila, que en Chiclana los acuíferos estaban podridos. Y se ha sumado la Fiscalía, que tampoco estaba enterada. Y aunque la competencia de esas aguas sea de la Junta de Andalucía, ésta se hace la “Susana Díaz” y dice que no sabía nada.

La culpa es del alcalde actual, que no ha controlado la construcción de las viviendas, pozos y fosas sépticas dicen desde la Comunidad Autónoma. Y si la Junta dice que es del regidor actual, es del regidor actual. Claro que todas esas ilegalidades se han cometido durante los gobiernos de Saucedo, Mier, Jiménez y Román. Entonces, ¿la comisión de investigación debería investigarles a ellos?

DENUNCIAS ANTE LA JUNTA

Los vecinos y un partido político, el mismo de la concejala cesada, enviaron unos informes a la Junta hace dos años y uno, respectivamente, informando de ello, pero la Junta dice que no tiene constancia de que se haya intoxicado nadie a pesar de la gravedad de lo analizado.

¿Quiénes formarán parte de la comisión de investigación? ¿Los socialistas que permitieron las construcciones ilegales y, por tanto, responsables máximos de ello junto a los que las hicieron? Habrá que investigarlo. Tendrían que hacer otra comisión de investigación para ver quiénes pueden formar parte de la comisión de investigación.

Mientras tanto, el alcalde, responsable de las aguas legales y en buen estado, puede verse en un apuro durante las elecciones si en la campaña le acusan de ocultar algo que todos, salvo los alcaldes socialistas, sabían. Aunque el problema no lo haya creado él ni sea de su competencia. Ya lo dice el refrán: “A aguas podridas, ganancia de manipuladores”.