EDITORIAL NOVIEMBRE 2015

Pues sí, sí que se puede.-

Los concejales chiclaneros de la oposición probablemente ni se hayan dado cuenta, pero en el último Pleno Municipal han hecho historia: Por primera vez desde el final de la dictadura, los ciudadanos han impuesto su voluntad ante las imposiciones políticas.

Y esto es sólo el comienzo, si se lo toman en serio, si se lo creen, podremos ver cómo, poco a poco, se acaba la mamandurria, los favores a los amiguetes, las imposiciones blindadas por la mayoría del señor D’Hondt, las contrataciones de nepotes con sueldos astronómicos, la oscura presencia de asesores que mucho cobran y poco orientan, los cargos de confianza justo al lado para poderlos controlar… y todas las coacciones antidemocráticas a las que estamos acostumbrados cada vez que el régimen gobierna… Y han sido tantos años...

José María Román tiene que estar alucinando con bolitas de colores: ¿Cómo es posible que unos izquierdosos antisistema se unan a la izquierda controlada y a la derecha desorientada para decirme a mí, a mí, que no? ¿Quiénes se han creído que son?

Y, al igual que Roma no pagaba a traidores, su homónimo Román estará rumiando su venganza ante la rebelión del populacho. Estar preparados que éste no perdona.

Además, a partir de ahora, la culpa de todas sus ineptitudes la tendrán quienes no aprobaron la subida del IBI.

A lo mejor estáis tan asustados como sorprendidos, pero no importa, lo habéis hecho. Y, lo más trascendental: podéis volver a hacerlo. Que sí, que de verdad se puede. Tenemos ante nosotros cuatro años impresionantes, en los que el poder ya no residirá en el gobernante omnímodo, sino en el pueblo que depositó su voto. ¡Madre de mi alma, no me había dado cuenta, a esto se le llama democracia!

ACABEMOS CON EL MIEDO

Por favor, no desaprovechéis esta oportunidad. Puede que nunca más se vuelva a dar. Cambiemos las viciadas formas consistoriales, impongamos la sensatez y el sentido común ante los desafueros en forma de plazas desangeladas, tranvía ruinoso e inútil, o construcciones caprichosas. Hagamos una ciudad de futuro.

Y, lo más importante, acabemos con el miedo. Que nadie confunda administrar con imponer su despótica voluntad. Que nunca más un gobernante pueda tener tanto poder que cambie la vida de una persona porque le cae mal o le lleva la contraria. ¡Que estamos en democracia! Ha tardado en llegar, pero ha venido para quedarse.

Os proponemos un plan: Estudiar propuestas que sean positivas para el pueblo de Chiclana. Olvidaros de comprobar si quien la propone es de derecha o de izquierda y olvidaros de analizar si eso es bueno o malo para vuestra formación política. Si es algo bueno para el pueblo, adelante.

Y para saber si el pueblo lo aprueba o no lo aprueba hay un instrumento muy simple y efectivo, se llama referéndum. Se le pregunta a la ciudadanía y si ésta dice sí, pues es que sí y si dice no, pues es que no. ¿Sencillo, verdad?

Tenéis en vuestras manos un arma muy poderosa de construcción masiva, se llama Pleno Municipal. Si la sabéis usar, dentro de cuatro años existirá una Chiclana totalmente diferente. No sólo en lo material, sino en lo afectivo. Se trata de convivir. Algo tan fácil…, que nos han puesto tan difícil….

Construir y convivir. Hacer más factible el día a día. ¿Quién nos iba a decir que desde la oposición sería viable?

¡Cambiemos Chiclana! ¡Que sí, que sí se puede! ¡Que es posible!