Películas que hacen regresar tus recuerdos
Félix Arbolí [colaboraciones].-
Soy persona fácil de emocionar e, igualmente, sentir gratitud a la vida por haber protagonizado momentos tan fantásticos e irrepetibles. Los años, la profesión que he ejercido y el milagro de la televisión que nos hace regresar al pasado, hacen que me encuentre a veces con recuerdos y situaciones que me producen ensoñaciones prodigiosas. Esos instantes me hacen sentir como si hubiera tenido varias vidas.
Me resulta extraño y en ocasiones difícil de superar encontrarme ante personas, escenarios y circunstancias que me parecen formar parte de otro mundo y ser yo mismo un personaje distinto al que interpreta en mi mente esos recuerdos.
La televisión, esa caja a la que llaman tonta, aunque no tenga nada de necia, pues es la que rige nuestra vida y altera nuestras costumbres, es la que cuando menos lo esperamos nos trae a la mente y la nostalgia personajes que formaron parte de uno o muchos momentos de nuestra vida y los vemos, oímos y recordamos como si el tiempo no hubiera pasado, ni la muerte los haya arrebatado de nuestro entorno.
Mi mujer es muy amante del cine español y da la dichosa casualidad de que la mayoría de las películas que nos echan, se refieren a una época no tan lejana en el tiempo, pero sí cargada de fantasmas, pues ni sus protagonistas y actores de reparto están entre nosotros, aunque hayan formado parte más o menos importante en mi vida personal y profesional.
“ESA VOZ ES UNA MINA”
Rara vez no nos veíamos en rodajes, estrenos, cócteles, ruedas de prensa, etc. Era mi grata y entusiasta batalla diaria a la que tanto echo de menos. Mientras las vuelvo a ver en la pequeña pantalla, se alternan mis sonrisas y emociones. A Maribel le agradan hasta esas donde las divas de entonces, a través de un guión de circunstancia, lucían sus habilidades artísticas.
Y a mí me toca asistir por enésima vez a la proyección de esa película que me sé de memoria de tanto verla, porque en algunas de ellas he estado hasta en sus rodajes bastantes veces.
Esta vez le tocó a “Esa voz es una mina”, protagonizada por Antonio Molina. El cantante que hacía juegos malabares con su prodigiosa garganta. Es el artista que ha tenido y tiene más imitadores, aunque ninguno haya logrado igualarlo.
Creo que he visto todas sus películas antes y después de tratarlo, conocerle y entrevistarlo. Fue una persona fabulosa no solo en el aspecto artístico, sino en el personal. Un ser tan sencillo y agradable, como excelente persona. Puedo afirmarlo por grata experiencia.
Mi primer contacto, cinematográfico con este actor fue en el estreno de su película “Esa voz es una mina” en un cine de Mieres, (Asturias), donde yo pasaba unas cortas vacaciones junto a mi madre en casa de mi hermana. La misma que he vuelto a ver este sábado y me ha causado recuerdos gratos y tristes a un tiempo, al pensar que cuando la vi en el cine aún estaba vivo no solo su protagonista y compañeros cinematográficos, sino mi madre, hermana y cuñado.
REGRESO AL PASADO
Y son demasiadas ausencias para un corazón ya gastado. A su estreno asturiano fui con una joven que me gustaba y era hija de un médico vecino y amigo de mi familia. El cine estaba lleno. Yo entonces ni soñaba con que algún día me iba a encontrar cara a cara con ese “monstruo” de la canción.
Viendo de nuevo la película me vinieron a la mente cientos de anécdotas sobre sus personajes secundarios, a los que posteriormente llegué a conocer y hasta intimar con algunos y que, como le dije a mi mujer, ya solo están en la pantalla de los ensueños. Era un regreso al pasado, pero consciente de que no podía penetrar en ese escenario y abrazar a unos y a otros contándonos nuestras vivencias.
Tenía una casa muy bonita en la que se distinguía la intervención y el gusto, según me confesó, de su esposa, a la que adoraba y de la que me hablaba en incontables ocasiones con gran cariño y admiración. En la acera de enfrente, tenía una cafetería, pero de su actividad se encargaba otra persona.
Era una vivienda cómoda y espaciosa, donde uno se sentía bien y se notaba el toque inconfundible femenino. Su mujer era todo para él, la compañera ideal. En la entrada había una mesa muy coqueta con una foto en marco de plata de Franco, dedicada al artista. Ignoro donde andará ahora.
TESTIMONIOS DE UNA VIDA
Yo tengo fotos de grandes hombres que he conocido o tratado expuestas, aunque no todos fueran afines a mi pensamiento político o religioso y no he guardado ninguna por el qué dirán, ya que es cuestión que solo a mí me incumbe y de puertas para adentro de casa nadie me impone su criterio. Todos han formado parte de mi vida y los considero irrenunciables para mí.
Tengo una foto enmarcada en madera del presidente de la República, Alcalá Zamora, con un perro precioso, en el jardín de su casa, que debe tener su antigüedad, aunque se conserva en perfecto estado y otra del mismo tamaño y estilo sobre el traslado del féretro de José Antonio a El Escorial, junto a las de Pemán, Cela, Casona, Paso y otros escritores y famosos a los que he entrevistado.
Hasta las de Juan Carlos en una tienta charlando amigablemente conmigo, dedicada por el entonces Príncipe, además de otra firmada por él y doña Sofía, ya como reyes. Son retazos de mi vida que no se deben borrar, ni tampoco quiero hacerlo. Testimonios de una vida ajetreada y gratamente compensada.
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