Los héroes de la España vaciada
Félix de la Fuente [colaboraciones].-
Nunca he creído que los españoles fuéramos superiores o inferiores a otros pueblos. Ha habido épocas en que se ha hablado mucho de los complejos de inferioridad o de superioridad de los españoles. Pero, si digo que actualmente hay en España mucho complejo de superioridad, no estoy descubriendo nada nuevo. Todos los nacionalismos se basan en el complejo de superioridad.
Y tenemos, además del nacionalismo español -felizmente no muy
extendido-, el nacionalismo catalán, el vasco, el gallego, el mallorquín, el
valenciano. Es decir, tenemos un complejo de
superioridad bastante extendido. Pero tampoco creo que los españoles
seamos inferiores. Me estoy refiriendo al ciudadano normal, no a la clase
política española, pues ésta merece capítulo aparte.
Esta corta introducción sirve para disipar cualquier complejo de
superioridad que se pudiera atribuir a lo que voy a decir: Los españoles
tenemos muchas cosas muy buenas, y el ciudadano español, en el campo de la
solidaridad, ocupa los primeros puestos del mundo. Ésta es una realidad. Esto
no es soberbia, sino humildad, que en palabras de Santa Teresa es “andar en verdad”.
Y verdad es no sólo que somos el primer país del mundo en donantes
de órganos, sino también que tenemos cientos de miles de personas que están
ejerciendo de forma gratuita
una acción político-social a lo largo de nuestra geografía y sobre todo en esa
España profunda, que hoy calificamos de España vaciada, pero que en realidad es
una España olvidada.
LA ESPAÑA OLVIDADA
A pesar de los muchos problemas que tenemos aún, a pesar de los
millones de parados y de los actuales sueldos precarios, a pesar de nuestros
políticos, tenemos aún una reserva solidaria humana capaz de superar todas las
dificultades. La solidaridad familiar que
ha contribuido a superar o sobrellevar la crisis económica y laboral de los
últimos años, es parte de ese valor extraordinario de los españoles.
En esta misma línea, quiero rendir honores hoy, por fin, a esos
miles, quizá un millón, de ciudadanos silenciosos, desconocidos, que no salen
nunca en la tele ni en la prensa, pero que están dando vida a esa España
abandonada, a los miles de alcaldes y concejales de estos pueblos,
prescindiendo de si pertenecen o no a un partido político o si son de
izquierdas o de derechas.
Y digo por fin, porque a
pesar de tener mis raíces en esa España vaciada, en Torrescárcela, un pueblo
que, como tantos otros en toda Castilla y León, y en gran parte de Aragón y de
Castilla y La Mancha y de otras regiones, se resiste a morir, yo no era
suficientemente consciente de la heroicidad de estas personas.
Mientras en las ciudades y en parlamentos nacionales los cargos
electos están cobrando unos sueldos que muchos no se merecen, los cargos electos de la España olvidada tienen
que dedicar altruistamente su tiempo y muchas veces hasta su dinero, y su
trabajo ni siquiera es reconocido. Por haber vivido siempre en ciudad o en
grandes capitales, yo no era consciente de la labor desinteresada que están
realizando estas personas.
VOLUNTARIADO POLÍTICO
Reconozco que, a pesar de haber mencionado varias veces en mis
artículos la enorme aportación que podrían realizar los habitantes de estas
zonas al mantenimiento de nuestros montes y a la prevención contra los
incendios, no he denunciado suficientemente el abandono a que los políticos han
sometido a todas estas zonas.
Por esto, quiero recuperar hoy el tiempo perdido. Quiero
agradeceros en nombre propio y, seguramente, en nombre de los muchos españoles
que hemos emigrado de las zonas rurales de esta España abandonada, el que
mantengáis aún viva la llama de la esperanza, la esperanza de que no
desaparecerán esos pueblos donde hemos crecido y donde tenemos aún nuestras
raíces y nuestro pensamiento. Quiero daros las gracias porque no os habéis
quedado pasivos viendo como desparece parte de nuestra historia.
Pero quiero deciros otra cosa en la que quizás no hayáis pensado.
Tenéis en vuestras manos mucha más fuerza de la que os habéis imaginado. Están
surgiendo plataformas ciudadanas, independientes de los partidos políticos,
plataformas en las que caben todos los idealistas, cualquiera que sea su
pensamiento político, plataformas que, sin saberlo, quieren practicar el
voluntariado político que vosotros venís ejerciendo desde hace años.
GASTAR EL DINERO EN FINES SOCIALES
Quieren presentarse a las elecciones con listas de voluntarios, ya
sean jubilados o personas que se comprometen a no cobrar o a no cobrar más de
los que están cobrando actualmente, en caso de que salgan elegidas. Quieren que
el dinero de los españoles no se gaste en cargos públicos y se destine a fines
sociales. Y uno de los graves problemas sociales que tiene España es el
abandono de los miles de pueblos de la España profunda.
El chantaje nunca me ha gustado. Pero creo que aplicarlo con el
fin de salvar nuestros pueblos está más que justificado. Vosotros podríais
chantajear en el buen sentido de la palabra y ayudar a estas plataformas a que
triunfen en las ciudades, a condición de que ellas den vida a los pequeños
pueblos, para que sus habitantes no se vean obligados a emigrar e incluso para
que muchas personas pudieran volver.
El idealismo de estas plataformas es de la misma calidad que el
vuestro. Su triunfo sería vuestro triunfo y un triunfo social de todos los
españoles. Somos muchos los millones de españoles que procedemos de los pueblos
y que apoyaríamos esta colaboración.
No, no es una utopía, ejercer el voluntariado político, cuando hay
ya ciento de miles de españoles que lo están practicando en los pequeños
pueblos. Vuestra heroicidad no ha terminado aún.
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