La Unión Europea un proyecto de paz
Félix de la Fuente [colaboraciones].-
Si hay una idea que salta de repente a nuestra mente cada vez que hablamos de la UE es la idea de paz. Las grandes guerras entre Francia y Alemania, que periódicamente teñían de sangre el continente europeo, son actualmente algo inconcebible gracias precisamente a esa reconciliación entre los dos países que se plasmó en el Tratado de París (1952), por el que se creó la primera de las tres comunidades europeas.
La paz, es decir evitar que se volviera a dar una nueva guerra fue la base y la razón fundamental de la declaración Schuman, de la creación de la Comunidad del Europea del Carbón y del Acero (CECA) y de los pasos que después se han ido dando hasta a la situación actual. Francia y Alemania, los dos grandes enemigos de antaño, son los motores de la integración europea actual. La paz reina no sólo entre Alemania y Francia sino en todos los países que integran la UE.
Pero no sólo esto. Previamente al tratado de París, la paz constituyó el núcleo de casi todos los proyectos de integración europea que se han venido produciendo a lo largo de la historia desde Erasmo de Róterdam, pasando por l’Abbé de Saint-Pierre, quien publicó la obra Proyecto para lograr la paz perpetua en Europa, por Immanuel Kant, Víctor Hugo y Coudenhove-Kalergi, por citar sólo a algunos.
“La paz perpetua no es una idea descabellada o una
fantasía irrealizable. Es un deber moral que debemos esforzarnos por alcanzar,
y la razón nos indica el camino para lograrlo”. Son palabras de
Kant. Y entre los
galardonados con el premio Nobel de
la paz se encuentran grandes defensores de la integración europea: Willy Brand, Aristide Briand y la misma Unión Europea.
LA UNIÓN DE EUROPA, UNA NECESIDAD
Puede ser que, en tiempos de Kant, la paz perpetua y la idea de una Europa unida fueran una utopía. Coudenhove-Kalergi, el autor de Pan-Europa, decía en 1922 que la idea de una Europa unida era entonces una utopía, aunque recordaba también: “Todos los grandes acontecimientos empiezan en forma de utopía y terminan siendo realidad”. La Unión Europea y la paz son una realidad. Decir que la integración es todavía una utopía, como hacen algunos, o que es imposible la paz en Europa, es negarse a aceptar una evidencia.
Pero tanto, la Unión Europea como la paz son unos proyectos que hay que ir desarrollando día a día. Estos proyectos han tenido época de esplendor y períodos de estancamiento, épocas con grandes dirigentes políticos, hombres de Estado y no hombres de partido, que remaban todos en la misma dirección, convencidos de la necesidad de una Unión Europea garante de la paz, y épocas, como la actual, en la que los grandes partidos tratan de hacerse mutuamente la guerra, para los que la Unión Europea es solo una agencia de colocación.
De la primera época podemos citara Adenauer y a sus palabras: “La unidad de Europa era el sueño de unos pocos, se convirtió en esperanza para muchos y hoy es una necesidad para todos nosotros”; a Willy Brandt, quien mucho antes que nadie dijo: “Podemos y haremos Europa”, y al recientemente fallecido Jacques Delors: “Europa y la paz son proyecto inacabados aún”.
Y los ciudadanos no podemos permitir que se nos vengan abajo. Y para los españoles nos vale la frase de otro gran europeísta, Helmut Kohl, cambiando la palabra alemana por española: “La unidad alemana y la unificación europea son dos caras de la misma moneda”.
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