Andrés Ruiz Piñero, un espíritu libre, gran artista, bohemio y soñador

BENITO VÁZQUEZ [colaboraciones].-

Andrés Ruiz Piñero ha muerto, aunque cueste creerlo, es cierto, nuestro amigo Andrés ha fallecido y fue incinerado el pasado 25 de junio de 2024, pero antes de su incineración sus órganos han sido donados para salvar otras vidas, por expreso deseo de su familia, que en un gesto que les honra y que dice mucho de su calidad humana, porque a pesar de estar pasando por un trance tan doloroso han pensado antes que nada en otras personas por las que aún se podía hacer algo por sus vidas. Seguro que desde cualquier lugar, de manera anónima, estarán siempre agradecidos.

Mi más sentido pésame a su compañera, hijos, hermanos y toda su familia, con los que me solidarizo y me uno en estos momentos de dolor. He tenido el honor, la gran suerte de conocerlo y compartir su amistad durante casi toda la vida, como uno más de sus numerosos amigos, los cuales aún estamos todos sobrecogidos y nos cuesta creer que Andrés ya no esté entre nosotros.

Son tantos los recuerdos, las anécdotas, las vivencias y los momentos compartidos que sería imposible enumerarlos, ni siquiera resumidamente, pero todos los que lo conocimos sabemos que Andrés era una gran persona. Era sobre todo un espíritu libre, fue siempre una persona cordial, honesta, leal, gran amigo de sus amigos y de una integridad moral inquebrantable.

Trabajó durante casi toda su vida laboral en el Instituto Poeta García Gutiérrez, donde conoció y estableció amistades con miles de personas que trabajaron o estudiaron allí. Seguro que todos lo recordarán. Una de sus pasiones preferidas ha sido la música, a la que dedicó gran parte de su tiempo, aunque le gustaba mucho la música en general y tenía grandes conocimientos de todos los estilos, tenía preferencia por el rock.

SIEMPRE ESTUVO FUERA DEL REBAÑO

Participó en muchos grupos musicales de la localidad y sabía tocar numerosos instrumentos, pero tal vez sea más conocida su faceta de carnavalero, saliendo en numerosas agrupaciones, con las que asistió al Falla en algunas ocasiones. En 2013 el mundo del carnaval reconoció su labor y su valía galardonándolo merecidamente con la Insignia de Oro del Carnaval.

Andrés ha sido siempre un gran artista, un bohemio y un soñador, rompiendo en muchas ocasiones con los estereotipos y convencionalismos sociales, pero con los pies en la tierra, sin dejar nunca de pensar y actuar con racionalidad y empatía. Su lugar estuvo siempre fuera del rebaño. Él pertenecía a esa comunidad de soñadores a la que pertenecen todos los hombres y mujeres que sueñan con un mundo mejor, donde resplandecerá la igualdad, la libertad, la justicia social y el apoyo mutuo.

Ahora nos ha dejado, pero su recuerdo permanecerá para siempre en nuestros corazones y tendrá un lugar destacado en la memoria colectiva de Chiclana con carácter de perpetuidad, que lo recordará con cariño y respeto, como lo que ha sido durante toda su vida, un chiclanero ejemplar de cualidades humanas extraordinarias. Andrés, el mundo seguirá sin ti, pero ya nunca será lo mismo. Te echaremos mucho de menos. Ni el tiempo ni el olvido borrará tu memoria. Que la tierra te sea leve, amigo, compañero.